Capitulo 10: La novia de Edward.

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Mis ojos se abrieron antes de que la luz del sol entrara por la ventana. Gruñí frustrada, era Domingo, podía dormir lo que se me antojara y no podía. Una vez que mis ojos se abrieron no pude conciliar el sueño. Una risita me hizo recordar que no estaba sola. 

En la cama estaba Jasper, tumbado boca arriba pero con su cabeza ladeada hacía mí. Me acerque, acurrucándome a su lado.

-Buenos días. -susurro.

-Buenos días -murmure- ¿Cuál es el plan hoy?-dije con entusiasmo.

Jasper me miró confuso.

-Emmm..... pues... no he pensado en nada.

Me reí al ver su cara, pero pronto tape mi boca con la mano. Mi padre debía estar durmiendo. Él sonrió. 

-Mientras piensas que podemos hacer, iré a desayunar. 

Camine en silencio hasta la cocina, de vez en cuando miraba hacía atrás y veía a Jasper seguirme era sigiloso como un gato. En la cocina, estaba mi gata que al verle bufo y se le erizo el pelo. 

-Shhhhh, tranquila -dije mientras agarraba y le acariciaba.

Sus bufidos pasaron a ser ronroneos. Mire a Jasper que seguía en el mismo sitio. 

-No le caes muy bien a los animales -dije divertida.

-Bueno, soy un depredador. Me alimento de animales. -dijo con una sonrisa reluciente.

Me fije en que no llevaba la misma ropa que ayer, por lo que supuse que volvió a su casa en algún momento de la noche. Comencé a preparar mi desayuno: unas tostadas y café, bajo la atenta mirada de Jasper que parecía admirar cada movimiento.

-Tengo varias preguntas... ¿Los vampiros dormís?

  Negó.

-Entonces, ¿que hacéis?

-Eso depende, cada uno busca una afición ya sea aprender idiomas, tocar algún instrumento...

-¿A que dedicas tu el tiempo?

-La verdad he aprendido varios idiomas, pero ya debes saber que lo que a mi me gusta es la historia. Tengo muchos libros de diferentes épocas...

-Tiene que hacerse larga estar una eternidad así -comente.- ¿Por qué no me contaste ayer tu pasado? ¿Tan terrible es? 

Él suspiro y se sentó frente a mí, esperaba a que el café y la tostadas estuvieran listas así que tenía tiempo de sobra.

-Promete no juzgarme y no me interrumpas -dijo sonriendo- De mi vida humana a penas recuerdo cosas, flashes de un pasado. Fui el comandante del ejercito de Texas en 1863, mientras evacuábamos familias me encontré con tres mujeres, poco después descubriría que era vampiras. Maria me transformó debido a que estaba en el ejercito, pensó que le vendría bien mis habilidades. 

Él tomó una pausa, como si estuviera visualizando el momento. Yo lo miraba curiosa. 

-Creía que lo que Maria sentía por mí era amor, pero tan solo me manipulaba. Yo era un neófito, con el don de sentir y manipular emociones, me use para controlar ejércitos de neófitos. Cuando alguno no servía, era yo quien me encargaba de acabar con su existencia...

Me miró, supuse que esperaba algún tipo de reacción, pero yo solo sentía frustración, por él. No se merecía aquello.

-Sentir lo que sentía los neófitos antes de morir, o lo que sentían los humanos de los que me alimentaba... Era abrumador y terrible. Eso me llevo a un estado de depresión bastante duro... Pero no todo fue terrible, conocí a un amigo Peter, quien era bueno en la lucha, quizá por ello Maria lo mantuvo. Aquello no duraría mucho, Maria planeaba matar a Charlotte quien se había convertido en alguien importante para Peter, así que los deje escapar. Fue la única acción buena de la que no me arrepiento...

La chica sin miedo  (saga crepúsculo 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora