JARDÍN DE AMAPOLAS (Daryl Dixon)

CAPÍTULO II: DILEMAS

DILEMAS

-¿Cómo estás T? -pregunté, mientras me ponía de cuclillas cerca de la pared donde se encontraba con su espalda apoyada. 

Gran parte de su rostro moreno se encontraba con sangre y se notaba que todo su cuerpo dolía demasiado como para aún poder ponerse de pie.

-He tenido mejores días. -respondió con un deje de enojo en su voz.

-¿Cómo está la señal? -escuché pasos atrás mío acercándose.

-Como el cerebro de Dixon, débil. -dijo dando un vistazo con desprecio hacia donde se encontraba su atacante- Pero voy a seguir intentando.

-¿Para qué? No pueden hacer absolutamente nada. -interrumpió Andrea- Allá abajo parece Time Square.

Solté un suspiro de cansancio ante su respuesta. 

Nunca estaba de acuerdo con el radical pesimismo de Andrea. Pocas veces estaba satisfecha con los movimientos del campamento y era especialista en buscarle fallas a los planes, pero esta vez a mi pesar tenía que darle la razón. Había que ser realistas, a menos que ocurriera un milagro y el helicóptero que Rick vio nos rescatara, no se me ocurría una manera de que saliéramos de aquí. 

Al menos no convertidos en zombies. 

-¿Quiénes son los otros que nombraron?- preguntó Rick con una mirada confundida.

-Solo es un pequeño grupo de personas fuera de la ciudad. -contestó Jaqui acompañado de un gesto despreocupado de su mano- No hay centro de refugiados. Eso es solo un sueño. 

-De acuerdo, -asintió el oficial- ya que obviamente no podemos salir por las calles hay que buscar otra alternativa. ¿Qué tal por debajo de ellas? Por las alcantarillas. -propuso.

-Es posible. -dije con entusiasmo ante la idea- Oye Glenn, revisa el callejón de al lado. ¿Ves alguna tapa de alcantarilla?

Mientras mi compañero se dirigía de manera veloz hacia el borde contrario del techo, no pude evitar pensar que, a pesar de que Rick nos había puesto en este aprieto, al menos se estaba esforzando en buscar una solución y eso era más de lo que la mayoría del grupo había hecho alguna vez.

-No veo nada, deben de estar del otro lado, donde están los caminantes. -dijo mientras volvía con paso lento hacia nosotros.

-Quizás no, -irrumpió la voz de Jaqui a mi izquierda- estos son edificios viejos que tienen túneles de drenajes hacia las alcantarillas que suelen estar en los sótanos. 

-¿Cómo estás segura de eso? -pregunté con voz curiosa

-Era mi labor, trabajaba en urbanización. -respondió con simpleza mientras dirigía su mirada al grupo incitándonos a movernos. 

El desconcierto y la desconfianza era claro en nuestros rostros mientras volvíamos sobre nuestros pasos hacia la planta baja.

•••

-¿Es esto? ¿Estás seguro Glenn?- preguntó Rick mientras nos acercábamos a una escalera que llevaba a un oscuro túnel subterráneo.

- Sí, ya revisé este lugar otras veces, es lo único aquí que va hacia abajo. Pero nunca baje. ¿Quién querría hacerlo? -comentó con sarcasmo.

De manera unánime e inconsciente volteamos nuestros rostros en su dirección. Pena, compasión y un poco de burla se reflejaba en mi mirada mientras me acercaba lentamente hacia él y le daba un pequeño abrazo.

-Fue lindo conocerte y trabajar contigo Glenn. -dije al alejarme de su delgado torso.

-Esperen ¡¿Qué?! ¡¿POR QUÉ TENGO QUE IR YO?! Yo te ayudé Rick. -comentó con un semblante molesto.