CAPÍTULO VI: TRATOS (Pt. 1)

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TRATOS (Pt. 1)


Una vez adentro esperé por Rick y Daryl para cerrar la puerta, pensé que venían justo detrás de mí. Unos cuantos segundos después atravesaron la puerta, Rick venía con un enorme bolso negro colgando de su brazo. 

Esa debía de ser la bolsa de armas, por suerte no habían alcanzado a llevarse todo.

-¿Cómo están? -preguntó Rick con preocupación.

-Con ganas de matar a ese bastardo. -contestó Daryl caminando de un lado hacia el otro, como un animal enjaulado dentro de la pequeña oficina.

-Por el momento creo que bien. Nada de gravedad para haber sido golpeada por un bate. Para mi tercera golpiza espero recibir algún tipo de premio. -dije bromeando, largando una pequeña risa nerviosa al final en un intento de aligerar el ambiente y las preocupaciones. 

Pero obtuve la respuesta contraria.

-¿Con un bate? -todos voltearon a verme preocupados- ¿Te encuentras bien?

-Hijos de perra, ahora sí. Son unos malditos cobardes sin pelotas. -Dixon se acercó casi corriendo hasta el chico, y estaba segura de que le hubiera dado una paliza de no ser porque T-Dog se interpuso y no se movió a pesar de los constantes agravios del castaño.

-Cálmense muchachos, les dije que estoy bien. Era una broma –dije enfatizando al final.

La mirada de Rick me inspeccionó rápidamente buscando alguna lesión visible que desmintiera lo dicho, al no encontrar nada volvió su mirada al cautivo.

La verdad es que no me encontraba del todo bien, la adrenalina estaba bajando y había partes de mi cuerpo que estaban empezando a doler. Estaba segura de que la paliza de hoy, sumado al golpe de Merle, había dejado en mi torso un bonito mapa en tonos verdes y morados.

Con Daryl controlado y el chico atrapado entre los escritorios Rick preguntó con calma.

-Esos hombres con los que estabas ¿a dónde fueron?

-No les diré nada. Ustedes fueron los que me atacaron malditos-respondió pasando su mirada por Daryl y por mí- Querías encontrar a tu hermano y me gritabas como si fuera mi culpa.

-Se llevaron a Glenn. ¿Por qué no hacerlo también con Merle? -preguntó enojado.

-¿Merle? Ja. -bufó con burla- ¿qué clase de nombre es ese? No llamaría así ni a mi perro.

Este niño sí que no sabía cerrar la boca.

Logrando liberarse en un descuido de los brazos de T-Dog se dirigió con rabia hacia el muchacho. Sintiéndome cansada y hastiada de la situación puse mis manos en frente de él para detener su arrebato.

-Demonios, Daryl. Cálmate, ¿no ves que te está provocando a propósito? 

Daryl retrocedió molesto y se acercó a la mochila de Glenn, que había dejado en la oficina para que no lo incomodara. Abrió uno de los bolsillos y sacó un trapo azul, el mismo que contenía el miembro amputado de su hermano.

-¿Quieres ver lo que le pasó al último que me hizo enojar?

Desenvolvió la mano, se acercó al chico y la tiró en su regazo. Este no tardó en darse cuenta de lo que era y como si tuviera un resorte en el trasero salió disparado cayendo al suelo.

Daryl aprovechó y lo tomó con ambas manos de su cuello.

-Tengo un cuchillo sin filo, si no dejas de tocarme las pelotas esta vez comenzaré por los pies. -pequeñas gotas de saliva cayeron en el rostro desfigurado del muchacho, mientras intentaba alejarse sin éxito de Dixon.

JARDÍN DE AMAPOLAS (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora