Día 18

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1 de Agosto de 2019. Photograph- Ed Sheeran

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Estos días he encontrado que no me siento muy habilidosa para expresar como me siento, más aun para entender una ruptura como la nuestra, un corazón roto... aunque hoy ya no lo digo como un lamento, sino más bien como algo que es parte de vivir, lo digo hasta con cierto cariño por el recuerdo de lo que fue y el aprendizaje que hoy representa. Estos días he encontrado algo de refugio en otros corazones, en líneas de personas cuyas palabras con matices de resquebrajo son más certeras que las mías, hoy quiero compartirlas contigo para decirte algunas cosas.

Cosas como que los días ya no duelen tanto con su propio pasar, que cada día que pasa vienen muchas preguntas, como las que plantea Corina Bruni:

"¿Fue verdad o mentira?

¿Fue realidad o fue tan sólo un sueño?

¿Fue un sentimiento vago, indefinible?

¿O fue un amor profundo?

No sabría decirlo, pero fue."

Y así agradezco que aunque sea haya sido, fuera lo que haya sido, pero fue. Aunque a veces se torna un poco duro y oscuro la ausencia de un abrazo tuyo, o un chiste en el cual me falta tu risa, a veces se torna un poco solo todo esto y se vuelve un poco más difícil de a ratos pensando lo mucho que la convergencia de nuestros tiempos cambió mi percepción de lo antes fue, Benedetti lo expresa mejor que yo:

"Todas las parcelas de mi vida tienen algo tuyo y eso en verdad no es nada extraordinario vos lo sabés tan objetivamente como yo. Sin embargo hay algo que quisiera aclararte, cuando digo todas las parcelas, no me refiero sólo a esto de ahora, a esto de esperarte y aleluya encontrarte, y carajo perderte, y volverte a encontrar, y ojalá nada más. No me refiero a que de pronto digas, voy a llorar y yo con un discreto nudo en la garganta, bueno llorá. Y que un lindo aguacero invisible nos ampare y quizás por eso salga enseguida el sol. Ni me refiero a sólo a que día tras día, aumente el stock de nuestras pequeñas y decisivas complicidades, o que yo pueda o creerme que puedo convertir mis reveses en victorias, o me hagas el tierno regalo de tu más reciente desesperación. No. La cosa es muchísimo más grave. Cuando digo todas las parcelas quiero decir que además de ese dulce cataclismo, también estas reescribiendo mi infancia, esa edad en que uno dice cosas adultas y solemnes y los solemnes adultos las celebran, y vos en cambio sabés que eso no sirve. Quiero decir que estás rearmando mi adolescencia, ese tiempo en que fui un viejo cargado de recelos, y vos sabés en cambio extraer de ese páramo, mi germen de alegría y regarlo mirándolo. Quiero decir que estás sacudiendo mi juventud, ese cántaro que nadie tomó nunca en sus manos, esa sombra que nadie arrimó a su sombra, y vos en cambio sabés estremecerla hasta que empiecen a caer las hojas secas, y quede la armazón de mi verdad sin proezas. Quiero decir que estás abrazando mi madurez esta mezcla de estupor y experiencia, este extraño confín de angustia y nieve, esta bujía que ilumina la muerte, este precipicio de la pobre vida. Como ves es más grave, Muchísimo más grave, Porque con estas y con otras palabras, quiero decir que no sos tan solo, la querida muchacha que sos, sino también las espléndidas o cautelosas mujeres que quise o quiero. Porque gracias a vos he descubierto, (dirás que ya era hora y con razón), que el amor es una bahía linda y generosa, que se ilumina y se oscurece, según venga la vida, una bahía donde los barcos llegan y se van, llegan con pájaros y augurios, y se van con sirenas y nubarrones. Una bahía linda y generosa, Donde los barcos llegan y se van".

Extrañarte ya casi no va acompañado de una lágrima, sino de una sonrisa, aun quisiera que llamaras, aun quisiera escucharte, pero no como las últimas veces, con tantas cosas dentro del pecho, no. Quisiera escuchar tu voz contándome algo que viste en internet, o como conseguiste un nuevo artilugio o poder en tus tardes jugando videojuegos, quisiera escucharte en una vuelta a la esquina del tiempo, escucharte como lo que fue, es este apego a los recuerdos y no la conciencia objetiva de la realidad presente lo que se define como sentir el extrañarte y eso normalmente ya no viene con dolor, sino con cariño y nostalgia.

Debo de confesar que las horas en terapia, las tardes con amigos, los planes que se cocinan ahora que no estás, el tiempo que paso conmigo y muchas otras cosas han vuelto esto más sencillo, me hacen sentir más libre y más feliz de saber que las cosas si pueden seguir sin ti aquí, siempre fue así pero no me había percatado de ello. Hoy sé que te amé y me amaste, pero que en algún momento empezamos a amarnos mal, y si te fuiste porque me amabas y yo interpreté eso como un rotundo signo de amarme mal, también hoy me doy cuenta de que te amé peor yo. Dice José Sbarra:

"No.

No conocí el amor.

Solo conocí

el exasperante deseo de que el amor existiese."

Puse así en ti expectativas sobre lo que el amor debía ser, estudiado, premeditado, cauteloso, en vez de simplemente dejarlo ser como debiera ser porque nunca es igual para nadie, debí amarte sin esperar que tú también lo hicieras y dejar que solo fuera, como una de esas plantas que nacen de las grietas del pavimento, sin que nadie les pida que crezcan, solo lo hacen y le aportan a la cotidianidad y lo gris de la ciudad algo de color. Hoy sé que no te supe amar porque no debía aprender a hacerlo, sino solo sentirlo, algo devenido del amor a mí misma que tampoco me tuve, debí solo amarme y compartirlo contigo... sigo aprendiendo de la libertad que me brinda tu ausencia.

También estoy aprendiendo a perder el amor de mi vida, a perderte más no a olvidarte, tu recuerdo quiero que me acompañe siempre, la cálida reminiscencia de tus abrazos. Si te soy honesta hoy no quiero enamorarme otra vez, por lo menos en un tiempo, a veces siento que si no supe amarte entonces quizá no sé amar del todo y no sé si voy a poder aprender a hacerlo, a dejar que simplemente sea. Aprender a perderte es todo lo contrario a lo que quería hacer, aprender a esperarte, pero eso hubiera implicado hacerme daño con los recuerdos y usarlos como una corona de espinas en vez de apreciarlos como un tesoro que tuve y a los cuales puedo acudir cuando todo parezca mal. "El Arte" de Elizabeth Bishop me enseña a dejarte ir:

"No es difícil dominar el arte de perder:

tantas cosas parecen llenas del propósito de ser perdidas,

que su pérdida no es ningún desastre.

Perder alguna cosa cada día. Aceptar aturdirse por la pérdida

de las llaves de la puerta, de la hora malgastada.

No es difícil dominar el arte de perder.

Después practicar perder más lejos y más rápido:

los lugares, y los nombres, y dónde pretendías

viajar. Nada de todo esto te traerá desastre alguno.

He perdido el reloj de mi madre. Y, ¡mira!, voy por la última

—quizás por la penúltima— de tres casas amadas.

No es difícil dominar el arte de perder.

He perdido dos ciudades, las dos preciosas. Y, más vastos,

poseí algunos reinos, dos ríos, un continente.

Los echo de menos, pero no fue ningún desastre.

Incluso habiéndote perdido a ti (tu voz bromeando, un gesto

que amo) no habré mentido. Por supuesto,

no es difícil dominar el arte de perder, por más que a veces

pueda parecernos (¡escríbelo!) un desastre."

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⏰ Última actualización: Aug 01, 2019 ⏰

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