1- BAJO MINNEAPOLIS

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                               AXEL

Mientras corremos hacia la zona residencial, tratando de encontrar un lugar seguro para escondernos, vemos como el ejercito de Minneapolis, nuestra ciudad en Minnesota, pobremente trata de resistir contra la horda de infectados, de zombies, que a cada minuto va acercándose más y más rodeando a los militares.

Nos alejamos del centro de la ciudad, pues está hecho un caos; escapamos de la escuela cuando la infección comenzó hace un par de horas.

–¡Tenemos que escondernos o vamos a morir!.– dice Nayem, agitado de tanto correr.
–¡Mi casa es la más cercana, podemos ir ahí!– dice Karim, poniéndose al frente de nuestro grupo y corre para que nosotros lo sigamos. Karim da vuelta en una calle y los siete nos detenemos de golpe, en silencio. Un montón de zombies en esa calle nos bloquea el paso.
Todos ellos son muertes recientes, aún cae sangre fresca por las mordidas expuestas que tienen o les gotea de su boca, dando a entender que comieron hace poco tiempo.

–¡Mierda!.– murmuro bajo y me escondo tras la pared de la casa de la esquina, lejos de la vista de los infectados– ¿No conoces otra ruta, Karim?.– susurro para no llamar la atención de los infectados a la vuelta de la esquina.
–¡E-espera! Estoy pensando...– dice él, viendo alrededor para tratar de orientarse con las calles del vecindario– Debajo de toda la ciudad... Están los canales de drenaje.– hace una pausa pensando, con la mirada pérdida– De pequeño, entré un par de veces ahí. Digamos que era una manera de esconderme, era muy útil; no pregunten por qué.– comienza a caminar hacia una alcantarilla en medio de la carretera, a unos metros de nosotros.
Michelle, otro amigo nuestro que consiguió salir con nosotros de la escuela cuando todo comenzó, recoge una piedra del suelo.
–Tenemos que distraer a los zombies para que no vengan por el ruido de la tapa.– sin avisar, él lanza la piedra hacia la ventana de una casa un poco lejana a nosotros, rompiendo el vidrio y haciendo que los zombies vayan en dirección a ese ruido.
Los observo fijamente, no parecen muy inteligentes; ellos solo se dieron la vuelta gruñendo y caminaron torpemente en dirección opuesta a nosotros, siguiendo el sonido.

Cuando consiguen levantar la tapa con la fuerza de tres personas, comenzamos a entrar todos, uno por uno.
Karim, Leslie, Michelle, Nayem, Fer, mi hermano menor Michael y yo.
Al cerrar la tapa todo queda totalmente obscuro, sin mencionar el olor, me marea. Huele obviamente a deshechos humanos, nauseabundo.
Se me ocurre sacar mi teléfono de mi bolsillo y encender la linterna, los que aún conservan batería hacen lo mismo y en total hay cuatro fuentes de luz en el túnel.

–Es por...– Karim observa los tres túneles obscuros, buscando el camino– ¡La derecha!.– comienza a caminar por el túnel. Yo no podría orientarme aquí debajo, pero supongo que él ya ha bajado muchas veces y conoce el camino.

Después de un rato caminando en silencio, vemos la luz que se filtra por los orificios de la alcantarilla.
–Ya llegamos, esperen a ver si no hay zombies cerca... Cuando salgamos, mi casa quedará a dos calles.– Karim empieza a subir los tubos en la pared que son las escaleras y al llegar arriba empuja la alcantarilla con fuerza. Esta se levanta solo lo suficiente como para ver fuera sin llamar la atención.

De pronto, disparos que vienen de fuera hacen eco aquí dentro. Karim se sobresalta y deja caer la pesada tapa, que provoca un ruido muy fuerte al golpear y hacer eco de nuevo, es insoportable, me zumban los oídos por unos segundos.
La alcantarilla se abre sin previo aviso cuando Karim termina de bajar las escaleras. Una oleada de luz inunda el lugar, lástima mis ojos.
Cuando me acostumbro de nuevo a la luz, los veo, dos hombres con armas y uniforme militar nos apuntan por unos segundos y después bajan las armas.

–¿Niños? ¿Qué hacen en este lugar?.– pregunta uno de los dos militares, el que está a la derecha.
–Escapando, escondiendonos para no morir. ¿Qué más?.– dice Leslie después de mucho tiempo de silencio, resaltando lo obvio.
–Bueno, salgan ya. No hay más infectados cerca.– dice el hombre de la izquierda alejándose para darnos paso y subir.

Cuando estoy fuera de nuevo respiro profundamente el aire fresco, casi me da gusto estar fuera de ese lugar.
Junto con la pareja de militares anterior, hay aproximadamente diez soldados en el área, seguramente los únicos sobrevivientes del anterior ejército masacrado.

–¿Solo quedaron ustedes?.– pregunto al militar que nos encontró dentro.
–Si... Nosotros subimos al camión antes de que nos rodearan.– él suspira mirando al suelo– Pero eso ya no importa, nosotros nos dirigimos a nuestra base, suban al camión para llevarlos con nosotros, es seguro ahí.– él comienza a dirigirse al camión, haciendo señales para que los otros militares suban también.

CRASH WORLD - Parte 1: SIN RETORNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora