13- SALVANDO AL SOLDADO GENNEN

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                              AXEL

–¡¿A qué te refieres con entrar a Florida?!, ¡¿piensas que realmente entraremos en ese infierno?!.– me cuestiona la amiga de mi hermano, Lucy, que había estado muy callada hasta ahora– Vaya mierda de líder eres.– dice en tono molesto.
–Axel, no somos suicidas.– dice Kat de brazos cruzados– Ella tiene razón, es muy mala idea.–
–Escuchen. Hemos viajado mucho para llegar hasta aquí. Lo menos que podemos hacer es revisar. Podríamos encontrar algo útil; como comida o armas.– trato de dar un argumento razonable para entrar.– No cuesta nada por lo menos dar una vuelta alrededor con cautela.–
–O podríamos encontrar una muerte segura, ¿también pensaste en eso?.– comenta mi hermano en tono de fastidio.
–Bueno, entonces, ¿tienen una mejor idea? ¡¿a caso creen que habrá algún lugar sin zombies?!.– digo molesto levantandome de golpe del asiento– Nunca encontraremos un lugar sin ellos. Y aunque lo hagamos, en algún momento ellos nos encontrarán y tendremos que dejar ese lugar para buscar otro. Así funciona esto. Es mejor que vayan acostumbrándose a verlos por todas partes y huir en cada momento.– una mezcla de sentimientos se forma en mi cabeza. Enojo, porque la cuidad está devastada, frustración, porque ellos no me apoyan y no sabemos que hacer, y miedo, porque no importa a dónde vayamos, podemos morir.
Entonces, todos se quedan callados por aproximadamente cinco largos minutos. Pensando, reflexionando en lo que les dije y en lo que puede llegar a pasar. Pero solo dije la verdad, así es esto.
Ni siquiera sé si encontraremos algo en la ciudad. Pero también hay una posibilidad de que encontremos mucho, incluso cosas del ejército.
–Pero... Es que es demasiado peligroso...– comenta Leslie de pronto rompiendo el silencio que había entre nosotros.
–Bueno, miren. Hay dos opciones, entrar a Florida para ver qué cosas útiles encontramos, cualquier cosa nos viene bien.– señalo la cuidad en llamas a lo lejos– O simplemente entrar por gasolina, llenar el tanque del camper e irnos a otra ciudad que quede cerca.– tomo el mapa que estaba doblado en el asiento del conductor y lo reviso unos segundos.
–¡Pero solo piensenlo!.– grita mi hermano para llamar la atención de todos, levantándose de su asiento– Si esta ciudad está así de destruida en dos semanas, ¡imaginen como estarán las otras!.–
       Todos estamos de pie formando un círculo, debatiendo sobre qué sería lo mejor que podemos hacer. Todos, a excepción de Nayem, que está sentado en la parte trasera del camper aún deprimido, sin hacer ningún ruido.
–No llegaremos a ningún lado con esto... Tendremos que decidirlo por la suerte, ¿les parece?.– de la guantera saco una moneda y recorro con mi mirada el rostro de todos. Todos tienen la misma expresión de miedo e inseguridad por lo que va a pasar, pero al final solo mi hermano asiente aprobando mi idea.

                          MICHELLE

Todos nos quedamos en silencio al no tener otra manera de decidir esto mientras Axel lanza la moneda al aire y la atrapa entre sus manos.

–Espera... ¿Quién cuidará el camper?.– pregunta Leslie antes de que Axel revele la cara de la moneda.
–Entonces podríamos dividirnos en dos grupos, ¿no creen?. Los que no queremos ir nos quedamos a cuidar el camper...– comenta Kat a todos nosotros.
–Yo opino que sería muy peligroso que se quedaran aquí, porque técnicamente, el único que quiere ir es Axel y obviamente no puede ir solo...– digo mientras Jairo pone todas las armas que tenemos sobre la mesa ya que es seguro que vamos a salir a explorar de una u otra manera.
  
      Mientras discutimos exactamente qué haremos; Nayem se levanta de la cama en la parte trasera, camina rápidamente hacia nosotros con una expresión dura pero seria y toma un arma.
–No sean cobardes... Solo son unos zombies.– él sale por la puerta del camper rápidamente sin que nosotros alcancemos a hacer o decir algo, simplemente nos quedamos confundidos. Quise detenerlo, pero como todos los demás, ninguno de nosotros hizo nada.

–Maldita sea. ¡Ahora tenemos que ir por el idiota para que no lo maten!.– Michael también toma un arma.
Axel lo toma del brazo y lo gira para verlo a la cara– Ni se te ocurra ir solo.– le ordena de manera dura pero él solo se suelta y sale del camper corriendo detrás de Nayem– Maldito...– Axel suspira molesto– Al final no tenemos opción, tendremos que entrar a Florida.– lanza la moneda lejos y toma un revólver para recargarlo con prisa.
–Vas a hacer que nos maten a todos solo por una estupidez.– comenta Lucy detrás de nosotros, ella es la única que no está participando y se mantiene alejada.
–¡¿Quieres callarte?!.– le grita Axel– Si tienes un lugar mejor que este a dónde ir, ¡adelante, vete!. Ahí está la puerta. Pero si no mantienes la boca cerrada, juro que yo mismo te entregaré a los zombies. Trato de hacerlo lo mejor que puedo.– él simplemente abre la puerta cuando ya está listo, arma en mano, cuchillo en su bolsillo y mochila colgada de sus hombros– Tomen lo que necesiten los que irán conmigo, nos vamos ya.–
–Yo iré por otro camino para ver qué más encuentro. ¿Vienes, Michelle?.– me pregunta Jairo colgándose su mochila y yo solo asiento, preparándome rápido y saliendo junto con él.

                         MICHAEL

Sigo a Nayem de cerca tratando de hacer el menor ruido posible para no atraer a los zombies.
Corro para estar a su lado. Vengo con muy pocas armas, solo un cuchillo y un revólver con dos cartuchos. Sin mencionar que Nayem solo trae el revólver que tomó antes de salir.
      Él comienza a caminar más rápido sin razón, al grado en que corremos los dos, pero nuestras pisadas hacen mucho ruido.

–Nayem, no hagas tanto ruido...– le digo en voz baja sin prestar atención por donde voy. Por lo que termino chocando con un zombie que va dando la vuelta en la esquina de un edificio y ambos caemos por el impulso.
      Pero antes de que pueda hacer algo, el zombie reacciona y se sube sobre mi. Lucho para que no me muerda pero es muy fuerte; y cuando está a punto de morderme Nayem simplemente le dispara en el cráneo, sus dientes están a centímetros de mi hombro.
      Me lo quito de encima y Nayem, en un arrebato de ira y tristeza comienza a llorar y a dispararle apesar de que ya está inmóvil. Cuando se termina las balas se arrodilla, saca su cuchillo y empieza a apuñalarlo.
Yo sigo tendido en el suelo, distraído viéndolo desahogarse con el zombie por lo que no noto que otro se me acerca por la misma esquina, se arrodilla a mi lado y me sujeta del brazo. Me sujeta con fuerza para atraerme a él y trata de morderme, pero lo empujo lo más fuerte que puedo con mi brazo libre y logro alejarlo y liberarme.
Me pongo de pie inmediatamente y saco mi cuchillo viendo alrededor. El ruido de los disparos atrajo a muchos más, son más de veinte y vienen en todas direcciones.

–¡Maldita sea, Nayem!. ¡Te dije que no hicieras ruido!.– le grito y me preparo para lo peor. El cuchillo en la izquierda, el revólver en la derecha. Solo espero que Nayem me ayude por lo menos a matar algunos y poder correr.
      Pero dirijo mi mirada a Nayem que aún sigue arrodillado y veo como recarga el revólver y acerca el cañón lentamente a su cabeza. En un movimiento rápido, casi involuntario, pateo su mano el revólver sale disparado por el golpe y cae en los pies de un zombie, quedando inalcanzable.
      Con desesperación disparo en todas las direcciones tratando de usar la mejor puntería que puedo en matar a los más cercanos pues es la solución más rápida, aunque sé que se acercarán más zombies por el ruido.

      Empiezo a sentir el miedo en mi estómago. No tengo muchas opciones. Veo a todos lados buscando una salida y localizo un espacio por dónde podemos correr; a lo lejos veo una casa con la puerta abierta con solo tres zombies cerca de ahí.
Levanto del brazo a Nayem y corro lo más rápido que puedo jalandolo, pero él ni siquiera hace el esfuerzo de correr. Cuando me acerco a la casa el zombie más cercano nota mi presencia y se acerca, pero como es un niño no me es difícil matarlo calavandole mi cuchillo en la frente con mi mano libre.
      Los otros dos zombies cercanos son un hombre y una mujer, supongo que eran una familia. La mujer usa zapatos de tacón alto, lo que hace que camine aún más torpe. Me acerco a ella velozmente y le pateo su pie, lo que hace que se doble en una posición extraña y pierda el equilibrio. Aprovecho para seguir corriendo mientras arrastro a Nayem y conseguimos entrar a la casa, para yo después cerrar la puerta con seguro.
Reviso la casa a la carrera. Solo encuentro fruta enlatada, unos cuantos cuchillos de cocina y un machete; supongo que lo usaban para la jardinería.

–Oye...– Nayem rompe el silencio después de unos minutos. Está sentado en el sofá de la sala, cabizbajo.
–¿Qué?.– le respondo a secas sin voltear a verlo mientras reviso un montón de revistas en la sala.
–¿Por qué no me dejaste hacerlo?.– me pregunta con voz apagada.
–Ugh... No por que muera alguien que aprecias te tienes que suicidar. Eso no es el fin del mundo.– respondo de mala gana y después de unos segundos entiendo la ironía de lo que dije.
–Como sea... Gracias.– él se levanta y se acerca– ¿Que has encontrado?.–
–No mucho. Solo algo de comida, cuchillos, un machete y dos mapas. Uno del país y otro del condado.– digo señalando mi mochila en mi espalda– Yo digo que los zombies ya se distrageron, es hora de irnos.– me acerco a la puerta y pongo mi mano en el picaporte de la puerta.
–¿Cuál es el plan?.– me pregunta antes de que gire el picaporte– Ni siquiera tengo armas.– solo le doy unos cuchillos de los que encontré aquí.
–Tu solo... Corre, corre y no te detengas hasta llegar al camper.– abro la puerta principal de la casa, empuñando el machete listo para correr.

CRASH WORLD - Parte 1: SIN RETORNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora