25- INVESTIGACIÓN CASUAL

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                               LUCY

Hoy, después de otra semana en prácticas de enfermería, es mi día de descanso, algo que amo y a la vez odio.
Es un día en el que puedo descansar en mi habitación, dar una vuelta por ahí y perder el tiempo, pero lo odio porque yo me aburro muy rápido. Si me pongo a intentar dormir empezaré a divagar en mis pensamientos y perderé el tiempo. Si me pongo a caminar me aburriré a los cinco minutos y volveré a la habitación porque no hay mucho de divertido en un hospital. Si escribo en mi diario máximo tardaré media hora y me quedará todo el día restante libre. Simplemente no encuentro que hacer.

Busco entre los libros que Axel le trajo a Kat hace unos días pero nada me llama especialmente la atención, todo es lectura larga y pesada que requeriría más de un día de descanso para terminarlo.
      Hablando de Kat, nos hemos vuelto más amigas últimamente; las tres, de hecho. A pesar de que no nos conocíamos para nada al inicio de todo esto, como Kat y yo compartimos las prácticas de enfermería y dormimos en la misma habitación nos hemos acercado más, y eso me da gusto. Con Leslie es un poco más difícil porque solo la vemos después de las horas de trabajo, pero a pesar de que es muy tímida y callada las tres nos llevamos muy bien.
      Buscaría a Kat para por lo menos perder el tiempo en su compañía pero resulta que su día libre es mañana. Maldición...

      Busco por nuestra habitación algo que hacer o algo con que entretenerme, pero no toco las cosas de las otras, solo con la vista. Nada. Suspiro aburrida quitandome un mechón de cabello de la cara.
Entro a la habitación de los hombres y encuentro sobre la cama de Michael su mochila y sus armas, incluyendo el machete que siempre lleva. Que extraño... ¿Por qué dejaría sus cosas? No es nada seguro para él haber dejado sus armas...

      Al no encontrar nada interesante que hacer me paseo por el interior del hospital, viendo desde las puertas de las habitaciones para diferentes cosas; rayos x, consultorios, quirófanos, pero todo obviamente vacío al no tener pacientes a quien atender.
      Paso frente a la puerta del baño y me detengo, preguntándome si entrar o no; al final termino entrando poniendome frente al espejo y llega a mi mente un recuerdo de un momento muy parecido a éste, cuando aún estaba en la escuela.

Hace unos meses.
Tiempo antes del brote zombie.

      Entro al baño de mujeres de la escuela, seguida de mi mejor amiga. Ambas conversamos mientras hacemos nuestros asuntos en el baño, para reencontrarnos en los lavabos frente al gran espejo. Decido arreglar un poco mi cabello pues el listón rojo que uso para atarlo en una coleta está un poco flojo.

–Lucy, tienes que hacer la tarea de filosofía ya, es para mañana.– mi amiga Ann se pone de pie a mi lado, viéndome fijamente a los ojos a través del espejo. Al escuchar eso yo suelto un bufido y ruedo los ojos pues estoy cansada de que me lo recuerde.
–Te digo que no tengo nada de ánimos de hacerla, Ann... Nunca me ha gustado describirme...– saco de mi mochila un cepillo para darle una cepillada rápida a mi cabello.
–Si no lo haces te irá mal en filosofía... Yo ya hice mi descripción, si quieres te puedo ayudar con la tuya.– continúa insistiendo– Incluso podrías dictarme y yo escribir, para que no se te haga tan pesado el trabajo...– sé que busca convencerme de todos los modos posibles, y sé que no es muy justo que yo la ponga a escribir mi propio trabajo, pero si así puedo terminar con esto, que remedio.
–Está bien, Ann... ¿Qué es lo que tengo qué hacer?.– suelto un suspiro atando de nuevo mi cabello con el listón rojo.
–Lo que sea, lo que se te venga a la mente. Tu estatura, tu fecha de nacimiento, color de ojos, de cabello, todo eso. Incluso puedes ayudarte viéndote al espejo.– Ann sonríe al ver que consiguió convencerme de describirme.
–Bien... Ehh...– apoyo mis manos en el lavabo acercandome al espejo para verme mejor, comenzando a analizarme y empezando a dictarle. Ella ya está lista con una libreta y una pluma– Mi nombre es Lucy Stone... Tengo diecisiete años, nací el dos de septiembre y mido un metro setenta y seis. Tengo el cabello rubio y largo hasta la cintura y los ojos verdes, ambos rasgos heredados de mi madre... Tengo cejas anchas y bien delineadas junto con una frente algo amplia. Nací en Salt Lake, Utah y viví ahí hasta los trece años que mis padres decidieron cambiarse de ciudad debido al trabajo de mi padre, que nos hizo vivir de ciudad en ciudad. Tengo una muy buena autoestima y se me facilita mucho hacer amigos– sonrío con algo de soberbia pues estoy dictandole a Ann solo cosas buenas que me hacen quedar bien– Estudio y leo mucho en casa ya que nunca me han interesado mucho las fiestas. Mi videojuego favorito es Fallout. Soy buena en deportes; mis favoritos son el volleyball y el basketball, lo cual ayuda a que tenga un cuerpo delgado y saludable. Soy muy condescendiente y amable, es muy difícil hacerme enojar o hacer que algo me moleste. Me encanta estar en ambientes cómodos. No espero nada de nadie ya que yo puedo hacer lo que me proponga. Espero un día llegar a ser una doctora igual que mi madre, casarme y quizá tener hijos... Pero quién sabe...– termino de dictarle a Ann, que termina con la muñeca cansada después de unos minutos escribiendo.
–¿No crees que pusiste demasiadas cosas buenas o que te hacen quedar como la mejor persona del mundo?.– me pregunta mi amiga con una sonrisa a la vez que nos dirigimos a la salida.
–Pues así es como me veo yo, y si a la profesora no le gusta ya no es mi problema. Yo me describí lo mejor que pude...– me cuelgo en los hombros la mochila después de haber guardado mi cepillo mientras salimos del baño para ir a cualquier otro lugar.

CRASH WORLD - Parte 1: SIN RETORNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora