15- QUE HERMOSA NOCHE PARA MORIR

17 1 0
                                    

                            NAYEM

Mi plan funciona a la perfección.
Después de que Axel salta, comienzo a disparar al aire con intención de atraer más zombies a la casa.
Lucy salta.
Es mi turno de saltar.
Corro para tener impulso y salto sin dudarlo. Al caer golpeo en el techo con algo de dolor en el cuerpo, pero lo ignoro y me levanto rápido.

–¡Acelera!.– le grita Axel a Michael.

Antes de alejarnos de la casa, saco unos cerillos y unos petardos que encontré en la cocina cuando aseguré las puertas.
–¿Para qué es eso?.– me pregunta Axel, disparando a los zombies que están en la ventana de la habitación. Si llegaran a dejarse caer alcanzarían a caer en el techo.
–Ya lo verás...– enciendo la mecha de los petardos con un cerillo. Después, los lanzo y entran por la ventana del primer piso mientras nos alejamos de la casa muy rápido.
–¡Entren al autobús, rápido!.– les indico y abro la escotilla del techo, saltando dentro del autobús. Detrás de mí entra Axel y entre los dos ayudamos a Lucy a bajar sin tener que saltar.
Los petardos empiezan a estallar a lo lejos, y con ellos, la casa explota para después quedarse en llamas.
Unos segundos después, el autobús se detiene, simplemente se apaga.
Y de entre las llamas de la casa emerge una multitud de zombies en llamas, que se acerca lentamente a nosotros.
–Felicidades, genio.– me dice Axel en tono sarcástico.– ¡Mica!, ¡enciende el maldito autobús!.–
–¡No puedo!. ¡El motor hace ruido pero no arranca!.– grita Michael, girando la llave nervioso. El motor solo hace el ruido de arrancar pero vuelve a apagarse.
–Oigan... No creo que las ventanas de esto resistan mucho...– Lucy se aleja de la ventana cuando unos zombies ponen sus manos calcinadas por el fuego en los cristales, atraídos por el ruido del motor.
–¡Intenta con pisar el acelerador al mismo tiempo que giras la llave!.– vuelve a gritarle Axel a su hermano.
Michael lo intenta y parece arrancar, pero vuelve a pagarse– ¡No funciona!.–da un golpe al volante.
–¡No te detengas!, ¡sigue intentando!.– le grito yo cuando un zombie en llamas rompe la ventana. Al estar incendiándose no puedo acercarme a matarlo, por lo que le disparo acercando el cañón a su frente.

Después de unos minutos que parecen horas, el autobús sigue sin encender y varios zombies consiguen entrar por las ventanas pues no podemos matarlos a todos. Pero aunque querramos, ya ni siquiera podemos salir del autobús por qué está rodeado por una multitud de zombies hambrientos.

Michael lo sigue intentando. Un giro de llave, luego otro, y otro más. Y de la nada, el autobús acelera sin previo aviso, provocando que los zombies frente al autobús quedaran aplastados; y nosotros, que estábamos de pie, caemos por el impulso del arranque.
–¡No te detengas hasta salir de esta maldita ciudad!.– grita Axel poniéndose de pie con dificultad, quitándose de encima un cadáver que acababa de matar.

Al llegar sin más complicaciones, los cuatro bajamos después de verificar que nada nos siguió y nos dirigimos al camper.
      Al entrar, Axel no dice nada, solo deja caer su mochila, camina y se deja caer en el asiento del conductor con un suspiro. Supongo que él también está muy cansado...

–Tardaron demasiado.– comenta Jairo, sentado en una silla en la pequeña mesa.
–Y eso que nosotros salimos a explorar después de ustedes y volvimos antes.– agrega Michelle.
–¡Hey!, ahora que lo pienso, ¿cómo hiciste explotar la casa?. Maldito loco.– Michael me da un golpe en el brazo mientras sonríe.
–Dejé que el gas de la estufa abierto por mucho rato. Lo aprendí en una película.– explico con orgullo sentándome en el sofá. Realmente nunca creí que eso fuera útil algún día.
–¿Qué tal les fue?, ¿encontraron algo útil?.– pregunta Kat acercándose a nosotros, pues estaba sentada en la cama del fondo.
–Pues... No. La verdad no.– responde Michael en un tono apagado– Ni siquiera llevé mochila. Solo encontré unos mapas viejos.–
–¡Oh!. Ya verás lo que yo encontré...– Axel se levanta y recoge su mochila del suelo– Realmente no lo esperaba encontrar, pero cualquier cosa útil me viene genial en este momento.– él abre su mochila mientras sonríe y saca algo dejándolo en la mesa con un golpe sordo. Es una ballesta con camuflaje militar; linda, pero no es lo mejor que puede haber.
Me parece algo tonto que se emocione por un arma tan lenta. Pero la verdad es que si es muy útil; si recoges las flechas lanzadas nunca se te agotará la munición.
Pensándolo bien, yo quisiera tener una...

CRASH WORLD - Parte 1: SIN RETORNO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora