CRASH WORLD - Parte 1: SIN RETORNO

14- HERMANOS BLAKE

                              AXEL

Cuando Michelle y Jairo salieron, yo decidí quedarme en el camper un poco más por si mi hermano y Nayem regresaban. Pero todos están tardando demasiado, se suponía que solo sería una entrada rápida para encontrar a Nayem y ver si de casualidad encontraban algo útil... Ya ha pasado más de dos horas desde que los cuatro salieron y ninguno ha vuelto. Realmente estoy preocupado.
      Mierda, no puedo dejar que se coman a ninguno. Y mucho menos a mi hermano, tengo que salir a buscarlo.

      Me levanto del asiento del conductor y tomo mi arma y mi mochila casi vacía. Saqué todo lo que no creí necesario en este momento para que sea más liviana y tener más movilidad.
      Llevo dos cuchillos, dos revólver exactamente iguales, como si fueran gemelos y un rifle que robamos de los guardias de la comunidad. Llevo en la mochila municiones, dos botellas de agua, un poco de comida y un pequeño botiquín.

No sé qué tan peligroso sea entrar a la ciudad, ni cuanto tarde en encontrar a alguno de mis amigos, pero tengo que ir. Al menos para comprobar si los encuentro vivos o muertos.
      Camino hacia la puerta en silencio con la intención de no despertar a Kat y que no me descubra; pues ella, Leslie y Lucy se quedaron dormidas por estar esperando sin hacer nada. Kat está dormida con la cabeza sobre los brazos en la mesa.
Abro la puerta lentamente esforzándome por no hacer ningún ruido, pero en el momento que la puerta cruje cuando se abre, Kat levanta la cabeza sobresaltada, parpadeando para librarse del sueño.
–Mierda...– susurro molesto cerrando la puerta.
–¿A dónde vas, Axel?.– me pregunta mientras se levanta y se acerca a mi, pero por la mirada que me dirige, es seguro que ya lo sabe. Además es obvio lo que voy a hacer.
–¡Estaba a punto de salir!, ¡me cago en todo, maldita puerta!.– le doy un golpe con el puño cerrado, realmente no quería lidiar con ella y salir sin que se diera cuenta.
–Ibas a ir a buscarlos... ¿Verdad?.– hay veces que odio a las personas con oído sensible.
–Obviamente. Ya tardaron demasiado.– vuelvo a abrir la puerta pero ya de manera ruda y sin cuidado, pues ya no me importa hacer ruido o no.
–Voy contigo.– me dice sin siquiera pensarlo, comenzando a alistarse.
–Definitivamente no, es muy peligroso.– le respondo a la misma velocidad que ella me respondió a mi, sin siquiera pensarlo.
–¡Por eso mismo no puedes ir tú solo!.– ella cuelga su mochila en su hombro.
Cómo Kat levanta la voz, despierta a Leslie a Lucy. La primera dormía en el sofá y la segunda en la cama en la parte trasera del camper.
–No puedes venir conmigo. Al menos dos personas tienen que cuidar el camper y no las podemos dejar solas, tú eres la más apta para quedarse.– digo con tono lo más calmado posible.
–¡Pero no puedes ir tú solo a buscarlos a todos!. Seguramente morirás si vas solo antes de encontrar a alguno.– me responde de manera alterada, cruzando los brazos– No eres un súper-humano, esto te supera por mucho.– la veo fijamente a los ojos, sus ojos únicos. Primero fijo mi atención en su ojo izquierdo de color azul, y después muevo mi vista a su ojo derecho verde. Ella me ve fijamente de una manera seria, pero yo simplemente no le presto mucha atención por sus ojos.
–Oh vaya, gracias por el apoyo.– le respondo sarcástico saliendo de mis pensamientos pero sin estar realmente alterado.
Lucy se acerca y se aclara la garganta– Ahm... Yo iré con él.– ella se pone de pie a mi lado. Kat y yo la vemos con confusión.
–¿Qué? ¿Segura?...– le pregunta Kat con tono inseguro.
–¿Por qué el repentino interés?.– le pregunto un poco inseguro, aún no confío mucho en ella.
–Michael es mi único amigo aquí. No me gustaría que le pase algo. Además entre más personas viajemos aquí será más difícil que me coman a mi. Y mi madre siempre trataba de ayudar... Y yo quiero hacer lo mismo.– ella responde sin interés.
–Bueno... Al menos está dispuesta a encontrarlos.– Kat sonríe leve.
–Entonces... ¿Me darás un arma o pretendes que salga sin una?.– me pregunta tendiendome la mano.
–Toma lo que necesites de la mesa y vámonos. Ya esperamos demasiado.– me recargo en la puerta esperando.