CAPITULO XIV: CAMBIO DE PLANES

31 3 0
                                    

–Bien, regresaré a la tierra y le diré a Cupido sobre lo que está sucediendo aquí.
–No. No puedes decirle a Cupido que su padre está planeando iniciar una guerra entre humanos.
–¿Por qué?
–Porque no quiero que haya una pelea entre padre e hijo, mucho menos ahora que Cupido está perdiendo sus poderes. Marte es capaz de asesinar a su propia hijo si de ello dependiera cumplir sus ambiciones.
–¿Y por qué mejor no le decimos a Jupiter sobre esto?
–Porque no puedo confiar en nadie. Pueden haber otros Dioses involucrados en esto. Cualquiera puede estar aliado a Plutón.
–¿Por qué los Dioses querrían aliarse con los seres del inframundo para destruir la tierra o a los humanos?
–No se trata de eso. Verás, Orión, siempre han habido algunas diferencias entre los Dioses. No es muy difícil convencer a Plutón y a Proserpina para formar una alianza. Los seres del inframundo aprovecharían la oportunidad de tener de su lado a Dioses poderosos para reinar sobre la tierra, y esos Dioses aliados aprovecharían la oportunidad para acabar con otros Dioses.
–Ustedes sí que son raros. Pero tengo una pregunta, ¿quién es Proserpina?
–¡Agh! Proserpina es la Diosa del inframundo, la esposa de Plutón.
–Vale, dejando eso de lado, ¿qué pretende hacer entonces?
–Tal vez lo mejor será que dejemos que Marte actúe, y cuando lo haga, veremos quienes están involucrados en este plan. Pero, mientras tanto, tú cuida de Cupido.

LA TIERRA. DOS DÍAS DESPUÉS.

Estos dos días he estado viajando por el mundo haciendo mi trabajo como Cupido. Orión ha estado investigando más sobre el espía que está en la tierra y la posible guerra que se avecina. Alex ha estado queriendo convivir más conmigo. Quiere que seamos «buenos amigos», pero no me agrada mucho la idea. En fin. Ya estoy agotado y voy a volver a Londres.

(...)

–Cupido.
–¡Orión! ¿Qué tal todo?
–De momento, todo ha estado muy tranquilo, viejo.
–¿Alguna novedad?
–La verdad, no.
–¿Ves? No hay de qué alarmarse.
–No, viejo, creeme que sí. Yo he hablado con tu madre y las cosas no se ven muy bien.
–Qué te ha dicho mi madre exactamente?
–... ¡Agh! Mira, estamos sospechando que hay uno o más Dioses involucrados en un plan en contra de la humanidad y de otros Dioses.
–¿Por qué los Dioses querrían algo así?
–Yo le pregunté lo mismo a tu madre y ella me dio una explicación super extraña sobre sus indiferencias de Dioses y cosas así. La verdad, no la entedí muy bien.
–Conociendo a mi madre, supongo que querrá que nos mantegamos a salvo y estemos atentos a lo que suceda en la tierra.
–Exacto.
–Y que no confiemos en nadie.
–Exacto.
–Y cuando dice que no confiemos en nadie se refiere a que no confiemos en ABSOLUTAMENTE nadie, y eso incluye a Virgo y a Zaniah.
–Exac... ¿to? ¡Oh, mierda! ¡Zaniah y Virgo podrían ser los espías!
–Calmate, sólo bromeo. No creo que ellos sean espías del inframundo.
–¿Cómo puedes estar tan seguro, viejo?
–¿Tal vez porque ellos llegaron después de que mi madre te advirtiera del supuesto plan y porque toda su vida han vivido en el Olimpo? —Le digo con un tono sarcástico.
–Emmm... buen punto, viejo —Me quedo en silencio pensando un poco mientras Orión juega Candy Crush.
–Voy a llamar a Abbie. Le diré que ya estoy en Londres.
–¿Y si Abbie es la espía?
–¡¿Qué?! ¡¿Estás loco?!
–Sólo piensalo. ¿Y si te lanzó un hechizo para llamar tu atención y poco a poco te fue quitando los poderes? Dime algo, los primeros días podías sentir la presencia de otro Dios, en ocasiones, y poco a poco dejaste hacerlo.
–¿Y tú sientes esa presencia cuándo estás cerca de ella?
–Viejo, yo no he convivido tanto con Abbie como tú, pero, siendo sincero, las pocas veces que he estado cerca de ella no lo he hecho. Pero no me sorprendería no poder hacerlo, estamos hablando de una bruja y, con un hechizo, podría ocultar sus poderes ante nosotros.
–Orión...
–Piensalo, viejo. Tantos años que has venido aquí a la tierra y nunca te ha pasado esto, ¿por qué ahora sí? ¿Por qué precisamente con ella?
–Por el pecado de un Dios.
–Tal vez sea eso de su pecado, pero ¿y si no? Sólo piensalo un poco, viejo. Además, no creo posible que puedas sentir algo tan fuerte por alguien en un par de semanas —Lo que dice Orión tiene algo de lógica, pero me dolería saber que Abbie es una espía del inframundo y sólo quiere destruirme. Oh, ¡vamos! Esto tiene que ser una broma. Tendré que demostrar que eso no es cierto.

EL INFRAMUNDO. HORAS DESPUÉS.

–Señor Marte, le informo que Cupido, hace un par de días, le ha dado un beso a la mortal.
–¡Perfecto! Dime, ¿eso tuvo algún efecto en él?
–Al parecer ya no puede sentir la presencia de otros Dioses a su alrededor. A este paso, quizá en un par de días más, ya no pueda ni siquiera volar a cualquier lugar.
–A este paso, estaremos más cerca de abrir las puertas del inframundo e iniciar nuestro plan.
–No será así —Intervino Vega.
–¿Y ahora qué, asquerosa bruja?
–Hay un cambio de planes.
–¿Ah, sí? A ver, ¿qué propones ahora?
–... Tomaremos el Olimpo.

Un Cupido enamoradoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora