Cap 21

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Urías estaba que le reventaba su cólera.

¿Cómo no te diste cuanta antes? soy un idiota.

Leya Kimsly era en realidad Ayel Kimsly… claro Leya al revés es Ayel.

¿Cómo pude ser tan tonto?

Tenía que matarla y así vengar la muerte de su hermana.
Pero… Cuándo fuera la hora ¿lo haría?

¡Tienes que hacerlo! Le regaño su conciencia.

Diablos...

Se la pasó toda la noche y la mañana pensando en ella. En sus besos, sus manos acariciándolo, tenso la mandíbula. Y resultaba ser Ayel, su enemiga… y lo que parecía que ella no lo reconoció, porque sin duda igual lo hubiera atacado.
No. Tendría que matarla, y sabía el lugar perfecto para hacerlo…
.
.
.

Ayel había regresado a la tienda de Doña Rosa, Susan había creído que salió a comer, así que era el turno de ella para ir a comer a su casa. Usualmente le llevaba media hora en volver, pero esta vez estaría sus parientes así que tardaría.
Ayel tenía que ocuparse de la tienda ella sola.
Suspiro, estaba desconcentrada, por una parte estaba feliz por Gretel y Nick pero por otra sólo pensaba en Alejandro. Sus labios, sus manos tocándola, sacudió su cabeza, olvídate de eso. Se dirigió a la bodega para sacar algunas cajas de
accesorios que habían llegado la semana pasada pero que no habían escorado ni ella ni Susan. Reviso su lista y saco tres cajas medianas, una caja grande y dos cajas chicas, las apilo y salió de la bodega. Escucho que alguien entraba a la
tienda clientes salió detrás del mostrador.

—¡Hola! Buenos tardes… —Dejo las cajas en el mostrador. —… ¿En qué le puedo? — Reprimió un gemido, delante de ella se hallaba Alejandro.

Urías pudo ver lo asombrada que ella estaba al verlo en la tienda.
Ayel recobro la cordura y hablo pero su voz tembló.

—¿Necesita algo? —balbuceo ella

—Yo… —Sonrío — si necesito… —Dudo —un regalo

Ayel estaba asombrada ¿un regalo? qué clase de regalo desearía…
Urías trato de oler sus emociones, ahora que sabía quién era no dejaría que las oculte, pero era difícil distinguir si estaba asustada, asombrada o quería que se
fuera. Es muy buena.

—¿Usted que me recomienda?

¡Ir a la bodega y tener sexo! — se mordió la lengua —¿Qué cosas piensas?

—Bueno… tenemos una amplia gama de objetos para dama. ¿Qué le gusta a la dama del regalo?

Sonrío pensando en ella — le gusta todo lo negro o intimidante en cosas simples... —Vio palillos chinos que aún tenía en la cabeza.

—mmm — pensó — venga conmigo. —Ayel lo llevo en un recorrido por toda la tienda, mientras le decía —tenemos suéteres de color negro, collares de color negro, mmm vestidos de color negro, pan…

Urías no le prestaba atención a lo que decía sino como lo decía sus labios…
todavía puede sentir su sabor a menta contra los suyos. Se endureció de solo
pensarlo. Diablos...

Ayel no se podía concentrar al tenerlo detrás de ella, podía sentir su ardiente
mirada sobre ella todo tiempo. Cuando Ayel intento tomar un vestido para mostrarle él tenía intención de preguntar por el así que lo tomaron al mismo tiempo. Sus manos se tocaron y le envió a cada uno una descarga de energía.

—¿Todo aquí es negro? —preguntó Urías al cabo de un rato

Ella se encogió de hombros — Usted me pregunto si había algo en negro y yo le estoy respondiendo.

Del Amor al Odio. | Trilogía Were Hunter #1 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora