expresiones artísticas en muros de todo lo que me hiciste sentir.
𝗧𝗢𝗗𝗢𝗦 𝗟𝗢𝗦 𝗗𝗘𝗥𝗘𝗖𝗛𝗢𝗦 𝗥𝗘𝗦𝗘𝗥𝗩𝗔𝗗𝗢𝗦 𝗽𝗿𝗼𝗵𝗶𝗯𝗶𝗱𝗮 𝘀𝘂 𝗰𝗼𝗽𝗶𝗮 𝘆 𝗰𝘂𝗮𝗹𝗾𝘂𝗶𝗲𝗿 𝘀𝗶𝗺𝗶𝗹𝗶𝘁𝘂𝗱 𝗰𝗼𝗻 𝗮𝗹𝗴𝘂𝗻 𝗰𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗱𝗲 𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗻...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Narra Sol:
- Sos una genia. - dijo cuando nos acostamos y lo besé.
- ¿Si?. - dije dejando besos cortos en su boca y el apretó mi cintura asintiendo.
bajó su mano de mi cintura a los botones de mi short pero lo paré.
- Yo no, estoy bien. - le sonreí.
- ¿Segura?. - preguntó asegurándose.
- Si, es que no me gusta, me da verguenza y eso. - le sonreí ganándome otra sonrisa de su parte y me besó.
- Está bien reina. - acostó su cabeza a la altura de mi cuello y cerré mis ojos sintiendo su respiración. - Sos hermosa Sol.
- Vos sos hermoso Tomás. - sonreí. - ¿Puedo hacerte una pregunta?. - me mordí el labio.
- Si. - asintió.
- Realmente, ¿Por que no querés que te vean conmigo?. - miré el techo y el se quedó en silencio.
- Creí que ya habíamos hablado de eso. - se levantó y me miró.
- Es que no lo entiendo, ya conozco a tus amigos y les caí re bien, pero aún asi insistis en que nadie sepa. - dije tranquila.
- No estoy para planteos Sol. - dijo levantándose.
- Bueno dale. - bajé las escaleras y abrí la puerta con el detrás mío. - No me vas a hacer sentir mal por preguntar algo que tengo derecho a saber y si no queres decirlo, genial, te vas. - lo miré y el solo me miraba callado.
- No te entiendo. - negó y salió.
- No, yo no te entiendo a vos, tanto que me buscas y no tenes los huevos de que nos vean juntos y yo no quiero eso para mi, no quiero vivir escondida del mundo para estar con vos. - hablé clara. - Anda garcharte a alguna que si quiera estar escondiendose. - suspiré. - Si no es que también la escondes.
cerré la puerta y subí las escaleras para irme a dormir.
al otro día al despertarme, me cambié y me preparé para ir a trabajar.
bajé las escaleras, me hice unas tostadas y un café y cuando los terminé salí en dirección a mi trabajo.
al llegar vi a Agustín, lo saludé por respeto y me metí en los vestuarios para cambiarme.
al salir comencé a atender gente hasta que se hizo la hora de irme y cuando llegué Camila estaba en la puerta de mi casa.
- Ay boluda hace cuanto estas acá. - me acerqué a saludarla e hice que entre a casa. - Me hubieras llamado.
- No pasa nada. - rió. - Recien llegaba, vine ahora porque sabía que salías de trabajar y nosotras teníamos un tema pendiente.
- Tenes razón. - sonreí. - Preparo unos mates y te cuento.
asintió y busqué todo lo que necesitaba dejándolo en la mesa para luego poner el agua a calentar y sentarme frente a ella.
- ¿Entonces que onda con el tatuado?. - levantó las cejas.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.