𝙂𝙧𝙖𝙛𝙛𝙞𝙩𝙞 𝘾.𝙍.𝙊

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Narra Sol.

Suspiré viendo la luz del día entrar por la ventana, era temprano seguramente ya que la alarma para ir a trabajar no sonaba.

moví mi cabeza, mirando a Tomás dormir tranquilo envuelto en las sabanas mientras una sonrisa adornaba mi cara por lo que el me hacía sentir.

le estaba haciendo mimos en el pelo, mientras en la habitación solo se escuchaba el ruido de algún reloj viejo que colgaba de la pared.

Tomás se removió y por instinto dejé de hacerle mover mis dedos sobre su pelo.

- Segui. - se quejó con su característica voz ronca.

sonreí y seguí con mi mano en su pelo, admirando sus mechones verdes azulados y su pelo oscuro.

- Tenes re lindo el pelo. - sonreí.

- Yo estoy re lindo. - aumentó su ego causando mi risa.

- Si, siempre. - me acerqué a su cuerpo, besandolo y el me acostó encima de su cuerpo.

- Nunca entendí este tatuaje. - hablé mirando su pecho, el cual lo adornaba un murcielado con la cara de lo que parecía ser un roedor.

dejé besitos cortos en su pecho mientras sentía su mirada en mi, me acerqué a su cara y cuando iba a dejar otro beso en su boca, la alarma sonó.

- Hora de ser responsable. - me pare y me metí en la ducha rápidamente ya que estaba desnuda.

- ¿Querés que te ayude?. - escuché su voz en el cuarto y supe que estaba con una sonrisa.

no contesté y seguí bañandome, a los minutos salí envuelta en una toalla y Tomás el cual estaba con el celular me quedó mirando.

- ¿Que?. - lo miré y volví mi mirada a mi placard buscando ropa.

- No podeees. - se quejó.

- Si puedo. - sonreí agarrando una remera simple y unos pantalones, ya que afuera hacía calor pero no mucho.

me volví a encerrar en el baño para cambiarme tranquila, no porque Tomás me moleste ni nada, pero estaba apurada por llegar a tiempo.

- Te llevo. - avisó cuando salí del baño y estaba sentando en la cama con su ropa puesta. - Hoy tengo que hacer unas cosas con H, asi que no creo poder venir a verte. - explicó.

- No pasa nada. - sonreí.

bajamos las escaleras y preparamos un desayuno rapido para que el me pueda llevar al trabajo a tiempo.

- Llegamos reina. - habló deteniendo su moto delante del café, donde también llegaban Norma y Agustín, el cual no se porque razón miró fijamente a Tomás y el lo quedó mirando también, había algo raro.

- Ey ¿Estas bien?. - toqué su brazo.

- Eh. - volvió a el momento en el que estabamos, algo distraído. - Sisi, no te preocupes.

- Bueno, me voy. - sonreí frente a el. - Cuidate mucho y no hagan cagadas con H.

- Nos portamos bien mami. - rió y me dejó ir, aunque no arrancó la moto hasta que vio que yo entre tranquila.

de igual manera esa tranquilidad se fue al ver a Agustín con cara de pocos amigos.

- ¿Ese es tu novio?. - preguntó con mala gana ordenando el lugar.

- ¿Te importa?. - rode los ojos.

- No te conviene el crackero, Solcito. - susurró antes de que me meta en los vestuarios, dejándome con una sensación rara.