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Narra Sol:

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Narra Sol:

me levanté y suspiré cayendo en cuenta que me quedé dormida en el sillón y mi espalda me dolía muchísimo.

me levanté como pude, sin ganas de ir a trabajar pero sabía que debía hacerlo.

dejé las tostadas cocinándose en la tostadora y el agua arriba de la hornalla prendida asi cuando bajaba solo preparaba el café y comía las tostadas acompañadas de algo. 

me cambié con algo comodo y bajé a desayunar, agarré mi celular y revisé las notificaciones, cuando terminé, levanté todo y lavé lo usado para salir en dirección al trabajo.

al llegar saludé como de costumbre y me fui a cambiar, cuando volví ya había una persona que atender y siendo sincera me sorprendió de quien se trataba.

- ¿Homer?. - dije esperando no haberme equivocado su nombre y sonrió asintiendo.

- Que onda wacha. - me saludó. - Venía a verte para hablar de Cenfe. - me miró.

- ¿C.R.O?. - pregunté suponiendo que se trataba de el.

- Si, de el. - rió. - Perdón es que yo le digo Cenfe.

- Bueno. - vi que entraron unas personas. - Te preparo un café y espérame en alguna mesa que atiendo y voy.

- Dale, dale. - asintió y se dirigió a la mesa mas cercana.

terminé de atender y cuando revise que nadie entre me acerqué a la mesa de Homer.

- ¿Entonces?. - lo miré y me senté en la silla desocupada frente a el. - ¿De que queres hablar?. - sonreí.

- Bueno, Cenfe me contó lo de ustedes. - dijo a lo que asentí. - Y yo se mas que nadie que el es una persona difícil de entender, pero te aseguro que no busca hacerte mal.

- Te entiendo, pero no se por que estas vos aca diciéndome esto y no el. - suspiré. - Quiero decir, se que estas intentando ayudar, pero yo no estoy para que me estén escondiendo y si el quiere eso, lo mejor es que busque a alguien a quien si le guste esconderse.

- Tenés caracter wacha eh. - me sonrió.

seguimos hablando unos minutos hasta que tuve que volver a atender y el se fue luego de despedirse e insistir en pagar el café a lo que me negué repitiendo que la casa invitaba.

salí del trabajo y cuando crucé la plaza y a Tomás en uno de los bancos mirando en mi dirección, el cual en cuanto me vio se acercó.

- ¿Sol podemos hablar?. - me agarró del brazo y me di vuelta para mirarlo.

- Me parece que dejé las cosas bastante claras. - lo miré seria y el sonrió.

- Vamos a tu casa y necesito que me escuches. - insistió a lo que asentí rodando los ojos. - No te sale hacerte la dura conmigo wacha. - rió y le golpeé el hombro.

 - rió y le golpeé el hombro

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𝙂𝙧𝙖𝙛𝙛𝙞𝙩𝙞 𝘾.𝙍.𝙊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora