|°Capítulo 15°|

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El cumpleaños número diecisiete de Jungkook había llegado y Jimin ya tenía todo planificado para que ese día resultara ser uno extremadamente bonito y feliz. Lo que más anhelaba en aquel momento era conseguir la máxima felicidad del otro, nada más que eso importaba y para llegar a su objetivo Jimin estaba dispuesto a darle todos los gustos, a consentirlo sin límites y a hacerle realidad sus deseos, pues de verdad quería que el castaño se sintiera pleno y dichoso junto a él. Aunque claro que le gustaba consentirlo todo el tiempo, en realidad quería que todos los días Jungkook se sintiera de aquella manera, él realizaba todo lo posible para que así fuera, pero siendo una fecha tan especial sentía que debía esforzarse mucho más.

Lo primero que se encontraba en la lista de cosas que llevar a cabo en el cumpleaños del ojiverde era prepararle un delicioso desayuno y llevárselo a la cama. Por lo tanto, aquella mañana se levantó muy temprano, procurando no hacer demasiado ruido al salir de la cama para que Jungkook no despertara. Jimin continuaba sin aprobar el hecho de que el pequeño —no tan pequeño— durmiera con él la mayoría de las noches, sin embargo no podía hacer algo al respecto puesto que no se daba cuenta en qué momento de la madrugada se pasaba con él. Ya le había dicho una vez que tenía que dormir solo en su propia habitación, pero al parecer Jungkook no se veía muy entusiasmado con la idea de hacerle caso. Además, y aunque lo negara, a Jimin le agradaba dormir junto a él. El cuerpo del menor le transmitía el calor que el frío invierno le robo.

Abrió la puerta de su habitación con mucha dificultad, pues en sus manos cargaba una bandeja de madera en la cual transportaba el magnífico desayuno que tanto se había esmerado en preparar. El mismo contaba con dos humeantes tazas de cafés con leche, dos vasos de jugo natural de naranja, un plato con tocino y huevos revueltos, algunas tostadas por si acaso, un potecito con mantequilla, otro con mermelada de arándanos y, por último, un par de frutas. Se trataba de un desayuno muy variado para los ojos de alguien que solo se limitaba a comenzar cada mañana con un simple café con tostadas quemadas. Sin embargo, había otros detalles que hacían que el desayuno luciera más especial: un globo color azul que decía "Feliz Cumpleaños" colgaba de un extremo de la bandeja justo al lado de un osito de peluche que se hallaba también allí.

Una vez que pudo entrar en la habitación sonrió, sintiéndose orgulloso de él mismo por no haber
derramado nada. Observó a Jungkook, quien estaba durmiendo como un angelito en su cama, y su sonrisa se ensanchó. Siempre había querido hacer esto con su pareja, bueno... Jungkook no era su pareja, pero eso no importaba.

Dejo con una extrema delicadeza la bandeja sobre la mesita de noche y a continuación se acercó al castaño para así poder despertarlo.

—Jungkook —lo llamo en susurro mientras le tocaba el hombro—. Es hora de levantarse, pequeño.

El susodicho se removió un poco debajo de las sábanas, pero no quiso abrir los ojos. Estaba cansado y deseoso de seguir durmiendo. Aparte, el clima estaba perfecto para quedarse en la cama, acurrucado con todas las mantas. Lo único que más precisaba en aquel momento era que Jimin se acostara junto a él y que le acariciara el cabello como solía hacerlo cada noche para que se pudiera dormir.

—Vamos, arriba, tengo una sorpresa para ti —insistió el pelinegro, pero al notar que el otro no tenía intenciones de despertarse decidió meter una mano entre las mantas hasta llegar a la zona de las costillas del menor. Allí comenzó a proporcionarle cosquillas porque sabía que eso lo despertaría. 

Jungkook al instante empezó a soltar risitas involuntarias que se fueron intensificando cada vez más hasta convertirse en sonoras carcajadas, mientras que se retorcía por causa de la risa. Jimin agregó su otra mano libre con el objetivo de aumentar las cosquillas para luego pasar a sentarse sobre él a horcajadas. Sus rodillas se acomodaron a ambos lados de sus
caderas de modo que se transformó en una posición muy comprometedora, pero las risas de los dos chicos hacían que no fuese para nada sexual.

Peligro de Extinción (Jikook) [Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora