|°Capítulo 39°|

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Petricor. La ciudad entera olía a petricor. Aquel inconfundible y deleitable aroma a tierra mojada que se desprendía luego de que las nubes atravesaran su instante de melancolía y derramaran todas aquellas gotas que inundaban la ciudad, satisfaciendo las raíces de quienes nos daban vida otorgándonos oxígeno.

El otoño había llegado, dejando atrás los días de calor. Las hojas de los árboles comenzaron a teñirse de aquel bonito color naranja, y una vez que estaban listas se dejaban caer en los brazos de la libertad, flotando en el aire al compás de la brisa. Hasta que su efímero vuelo acababa y llegaban a su destino: el suelo. Su ciclo de vida había finalizado.

Y así como todo lo que empieza termina, el clan debía estar preparándose para su derrota. Su final se avecinaba. Jimin lo sentía. La inmensa emoción que este experimentaba se podía apreciar desde la distancia, pues si todo salía bien, por fin Inglaterra podría volver a ser lo que solía. Por fin, los refugiados podrían regresar nuevamente al país. Aunque quizá, luego de todo lo sucedido, a más de uno le generaría cierto temor volver a casa.

Si la suerte estaba de su lado, lo que sucedería esa nublada tarde de otoño marcaría un antes y un después en la historia. Marcaría el final del formidable cataclismo que se había originado por culpa de las almas más ruines del planeta, y el principio de una nueva era de restauración.

Jimin se encontraba muy ansioso. Deseaba que el plan ya se pusiera en marcha. Él se ubicaba en una de las dos grandes furgonetas que habían reservado para la ocasión, una de ellas pertenecía a la corporación. Ambas se hallaban aparcadas en lugares estratégicos, a una distancia respetable de una de las entradas del metro. Por fuera parecían ser vehículos normales, pero por dentro eran un mundo de tecnología.

Jimin se situaba junto con los agentes, mientras que sus aliados ocupaban la furgoneta restante.

Soo Ra y Taehyung, ambos expertos en el área de computación, eran los encargados de hackear las cámaras de la guarida de la familia Black y obtener el control de las mismas.

Sin embargo, para llegar a este punto hay que retroceder un poco. Gracias a la ayuda encubierta de una gran amiga de Jimin que formaba parte de la corporación, Soo Ra, el chico de ojos azules logró reunir a una gran parte de los agentes que tenían bajo su cargo el caso del clan.

Soo Ra, la chica osada de ojos grises, los invocó, de manera anónima, a través de un anuncio que brindaba información reciente de un miembro clave del clan, a que asistieran a un sitio alejado y poco concurrido. El cual Jung Hwa se había encargado de preparar.

Los agentes habían allanado el lugar con intenciones de atacar, mas nunca se habían imaginado que terminarían todos —hasta los que se mantuvieron afuera haciendo guardia— encerrados en una habitación de la cual les resultó imposible salir por sus propios medios.

Justo en medio de aquella singular habitación, cuyas entradas habían sido selladas, se proyectó un holograma bastante grande en forma de pantalla. Fue de ese modo en como el grupo rebelde del clan se comunicó con los agentes, explicándoles la situación con el fin de calmar la tensión que allí se vivía.

El escuadrón, liderado por Namjoon, ya había pedido refuerzos. Pero entretanto permaneció en alerta en todo momento, a la espera de recibir algún tipo de señal del enemigo. Visto que no iban a permitir que los manipularan, no cedieron con facilidad.

Namjoon no dejaría que su equipo cayera en la trampa, aun y cuando ya había escuchado todas esas razones que narraba aquella voz que no poseía rostro, ni figura, para conseguir que confíen en su palabra. Él no creía nada. Sabía lo ingeniosos y persuasivos que estos eran. Y por eso, optó por quedarse callado, enviándole señales a sus compañeros para que estuviesen atentos.

Peligro de Extinción (Jikook) [Adap.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora