Capítulo 5

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Despues de lo de Carlos, fui a ver donde estaban mis primos y cuando los vi, me miraron con una cara de inocentes... Tramaban algo, lo puedo jurar, lo sé y no estoy mintiendo.

- Chicos, ¿que tramáis? Cómo no me digáis os váis a enterar -contesté preocupada y enojada a la vez-

- ¿Mmm....? No, tranquila, bueno sí, nos has pillado, te hemos comprado un vestido, es muy mono, pruébatelo -dijo mi prima Elena con cara de inocente-

-¿¿¿QUEE??? Ni loca me compro un vestido, no, no y no -me alejé de ellos y me puse a mirar bufandas para cuando hiciera frío-

- Venga por favor, sé femenina por una vez, no va a pasar nada, ya te contaré para qué es ese vestido, pero por favor pruébatelo, que ya lo he pagado y no me devuelven el dinero -dijo con cara de cachorrito mojado-

- Bueeeno, vale, me lo probaré, pesadita -odiaba ponerme vestidos, pero si era para que se callara Elena, lo haría-

Por fin me lo probé, antes de abrir el probador, me miré en el espejo, aunque no me gustaran los vestidos, se veía muy bien, no era ni muy escotado ni muy de monja de convento y me llegaba antes de las rodillas, total, ni muy corto ni muy largo, y era color coral con destellos rosas.

Salí del probador y mis primos se quedaron viéndome en estado de shock.

- Oye... Qué es sólo un puto vestido, no pongáis esas caras, y Mario, estás babeando -me reí a carcajadas, el se sonrojó por las babas en el chaleco, cogió un pañuelo y se las limpió, me reí aún más-

-Perdón perdón, es que hace tiempo que no te veía con un vestido y se me ha caído la baba sin querer -rió un poco sonrojado intentando poner una excusa-

-Sí claro... -murmuré-

-Oh lá lá! Laura, estás ardiente, dame tu ropa que la guardo en mi bolso -dijo ella tendiéndome la mano para que se la dé-

Le aparté la mano -Claro... te doy mi ropa y... ¿¡Qué salgo desnuda?! -grité haciendo que toda la gente que había en esta tienda me miraran descaradamente y con cara burlona-

-Laura, baja la voz -rió mi primo Mario- te van a querer violar, tía sexy -murmuró-

- Idiota -le pegué una colleja-

-Auch, eso dolío -dijo angustiado y avergonzado de que su prima menor le pegase, reí-

-Para que aprendas, primito mío -se cruzó de brazos y se sentó en el sillón de los probadores, se veía totalmente cansado, pobre-

-Prima, quería decir que me dieras tu ropa para guardarla y te quedaras con el vestido puesto para que te vean ardiente hasta que llegues a casa -me dijo mi prima entusiasmada-

Y antes de que pudiera negar habló -Por favor, por favor, por favor, te lo ruego, me pongo de rodillas, por favor, por f... -le interrumpí-

-Vaale, que sí, no chilles más, ew -suspiré, daba unos chillidos escandalosos-

- Lo sabía -dijo haciéndose la creída- Yo siempre gano, Laura -me abrazó y le correspondí el abrazo-

-Por favor, vámonos, no aguanto más aquí con tantas faldas y sujetadores, por dios, Iugh, vámonos, ¡ya! -gritó mi primo Mario-

- Claro que nos vamos ya, pero antes, me voy a comprar una gorra de Imagine Dragons, me queda algo de dinero de lo que me sobró del autobús, no hace falta que os gastéis más dinero, chicos -les dije yéndome para las gorras, cogí una gorra blanca y negra que tenía de letrero "IMAGINE DRAGONS." Cuando fuí a pagar, mi prima se me adelantó y me pagó la gorra -bufé-

Cuando íbamos por la calle camino a casa y yo con mi vestido coral puesto, había chicos ardientes que me tiraban silbidos, otros me guiñaban el ojo y otros simplemente me mandaban un beso, odio ir por la calle así, ¡lo odio!

Al fin llegamos a casa, me tiré en el sillón en forma de L y me acosté, puse MTV y ahí estaban cantando Imagine Dragons, me quedé embobada.

-Laura, estás viciada a ese grupo -rió-

-Shh -rodeé los ojos y seguí viendo como cantaban, hasta que mi tía cogió el mando de la tele y la apagó -¿Por qué? ¿Por qué la has apagado la televisión? -grité haciendo que todos rieran-

-No es para tanto, lo tengo puesto para que se grabe -suspiré al escuchar eso decir a mi tía-

- Laura, hoy viene un amigo de Mario a cenar, compórtate, ¿vale? Y no seas tan tímida -sonrió-

- Lo que faltaba, el primer día que me mudo aquí y ya vienen más personas -bufé-

- No va a pasar nada, es un chico agradable, no es tan mujeriego como sé que tanto piensas -dijo mi primo Mario convenciéndome-

- Bueno que venga, yo pediré pizza y me quedaré en mi habitación ¿vienes Pablo? -el asintió-

- No jovencitos, de aquí no se mueve nadie, ustedes se van a arreglar y van a bajar a comer, y si no, ya saben -sonrió maliciosamente- Les patearé el culo -rieron todos a lo que yo suspiré-

- Bueno vale, pues que venga, que le vamos a hacer... - y me fuí para mi cuarto-

Me tumbé en la cama, todavía faltaba una hora para que viniera ese misterioso amigo de mi querido primo. Me di un baño de agua caliente con espuma, y así, me llevé media hora, hasta que escuché a mi pirmo reir, había cortado el termo de agua caliente y comenzaba a salir fría, me iba a enfermar.

¡Idiotaa, por tu culpa me voy a enfermar! -contesté enojada a lo que él se disculpó riéndose ya menos-

Me sequé el cuerpo y el pelo con el secador, y me perfilé las cejas; fuí a mi habitación y cogí algo de lo que me había comprado. Saqué de la bolsa unas mallas vaqueras con pitillos por abajo y una camiseta de media manga negra, me planché un poco más el pelo y me delineé los ojos, la verdad es que no sabía porque me estaba arreglándo tanto -me encogí de hombros-

Ya estaba lista, cuando bajé todavía no había llegado el chico, suerte para mí -pensé- y me senté al lado de mi prima en el sillón que había al lado del comedor, lo estábamos esperando, que raro todo esto.

-Oh prima, que sexy te ves -dijo Mario guiñándome el ojo-

-Cállate por dios, si no quieres que te mate -le enseñé el dedo de fuck you a lo que él se cayó, bien por mí-

Llamaron al timbre, oh no, ya comenzaría mi desgracia, llegó la hora de mi muerte, bueno, tampoco es para exagerar Laura -me dije a mi misma-

-Ya llegó, voy a abrir -dijo mi tía Ángeles-

-Vale -dijimos los tres al unísono-

Mi tía abrió la puerta, todavía no ví quien era el chico, éste le estrechó la mano a Mario y saludó a Elena, y después a mí.. Dios, esto no puede estar pasando.

-Espera...¿Laura? -dijo a lo que yo me puse roja, empezamos bien-

-¿Carlos? -dije siguiéndole el rollo e intentarme tranquilizar de lo nerviosa que estaba-

- Espera... ¿Se conocen? -dijo mi primo Mario confundido-

-No espera, emm... en realidad somos agentes secretos -dije con sarcasmo en mi voz-

-En realidad no -rió- nos chocamos en el centro comercial y nos presentamos -sonrió Carlos-

-Sí, es verdad... -más nerviosa no podía estar-

-Bueno bueno, chicos, a comer, que se enfría la comida -y dicho esto, nos pusimos a comer-.

Una nueva vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora