Capítulo 11

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Estaba muy cabreada, tenía ganas de golpear a alguien, lo juro.

Veo a Carlos sentarse al lado mía en el banco que me senté cuando salí de esa maldita cafetería.

- Laura, tranquílizate, cuéntame que te ha pasado -me dijo sacándome de mis casillas, así que hice lo que tenía que hacer, le dí un puñetazo en su abdomen y salí corriendo-

- Déjame estúpido -le dije y me fuí dejándolo a él en el banco retorciéndose-

Cogí una de las bicicletas que se pagaban en aquellos carriles de bicis y me alejé de allí, ya sé, voy a ir al parque, al menos nadie me molestara o eso espero, sino saldrá con un ojo morado, ya no tengo compasión de nadie ni por nadie.

Llevaba una hora columpiándome en un columpio mientras los niños se ponían esperándome para que lo soltara, malditos...

Ya se me había pasado un poco el enfado, la solución era esa, o ¡ESTAR SOLA O ESTAR SOLA! aunque es la misma, bueno..., no se qué hago hablándo sola, soy rara y estoy loca, lo sé, gracias.

De pronto alguien empieza a columpiarme y cuando me tiro del columpio sin un rasguño, suerte la mía, vi a Carlos detrás de mí, entonces me fui andando a otro lado del parque.

- Laura por favor, yo no te he echo nada para que huyas de mí y encima ese puñetazo en el abdomen, se qué estás enfadada per... -le interrumpo-

- Está bien Carlos, está bien, te dejo estar conmigo si es lo que quieres, pero para ya, ¡me va a explotar la cabeza, por la madre de Dios! -le dije furiosa-

- Vale, vale, tranquila -me abrazó y me quedé exhausta- ¿todavía quieres ir a donde te iba a llevar o ya no...? -me preguntó desilusionado-

- Sí, claro, vamos, pero que sea rápido por favor, necesito despejarme o si no estallarán por aquí mis sesos, si eso es lo que quieres -el se rió y yo rodé los ojos-

Esperamos el bús y entramos, yo estaba jugando a mi querido juego Candy Crush Saga mientras pensaba como distraerle para no contarle lo que me pasó

Además, hay una cosa que no les conté, en el colegio me hacían bullying, sí bullying, por ser una amargada débil y antisocial, pero ahora soy mas fuerte y quién se cruce en el camino de la González se las verá.

Carlos estaba discutiendo con una anciana sobre la lana, según él, esa lana no era de terciopelo, era de hilo sucio, ni que el fuera un profesional para entender de eso -tan solo rodé los ojos-

Paramos en la parada de un viejo parque con acantilados, cascadas y todo eso, me imagino que será así, me gusta mucho la naturaleza y dibujar cosas en ella. Nos bajamos y entramos, no sabía donde ir, esto era inmenso, ¡wow!...

- Ven Laura, por aquí -me dijo Carlos señalando a un oscuro túnel, una vez entramos, me sentía como un agente secreto

- Comunicándome con inspector Gache, sí, estamos en un pequeño pasadizo para dirigirnos al castillo del guardián del infierno, sí, claro, sí, ¡adiós! -grité entusiasmada, me sentía como un detective-

- ¿Laura? -me saluda con la mano para que reaccione y olvide mi cuento de misterio ¡mierda! Con lo bien que se sentía así ¡Maldito Carlos!

- Idiota, estaba interpretando mi propia historia de Inspectora Gache -le tiré de la oreja y el rió

¿Por qué se ríe? ¿Acaso le gusta que le peguen? ¿Es masoquista? Yo contesto por él, ¡Sí!

Para mi desgracia, llegamos a la salida del túnel, ya se terminarìa mi cuento ¿por qué a mí? Sí, lo sé, soy una exagerada, pero ¿y qué? Soy así, que se le va a hacer.

Despues de salir de ese hermoso túnel, me encontré con un paisaje hermoso, incluso podría venir aquí todos los días para concentrarme en mis cosas, era alucinante.

El suelo estaba completamete lleno relleno de césped bajo y fino, muy cuidado en resumen, en éste había rosas, margaritas, tulipanes, orquídeas, e incluso trigo sembrado, había manteles preparados para tener un día estupendo de picnic ¡oh yeah, también había comidas!

- Wow, esto es hermoso -me tiré encima suya y caímos al suelo riendonos- Gracias Carlos gracias por traerme aquí, te quiero, te quiero -lo abracé, me di cuenta que estaba encima suya y que lo estaba dejando sin respiración pero me importaba un pimiento-

- M-me al-legro q-que te guste Laura p-pero... ¡No puedo respirar! -le solté dejándolo con la respiración agitada-

- Que nenaza eres -rodé los ojos-

- Sí, sí, Laura no te engañes, sé que estás intentando cambiar de tema para que no me digas que te pasa pero no te escaparás, venga, sentémonos -me cogió de la mano y me sonroje ¿por qué? Pues ni idea.

Quería despistarle y salir corriendo.

- Vale, Carlos mira ¡una cucaracha X-men volando en tu hombro! -le grité, éste se volteó soltándome para salir corriendo, !Bien! Ésta es mi oportunidad!

¡Corre Forest corre, tú puedes! Y así, salí corriendo dejando a Carlos boquiabierto.

- Maldita seas Laura ¡ven aquí! -me gritó corriendo detrás mía, pero aún así yo tenía ventaja-

- Claro claro, pero a quién se le ocurre creer que hay una X-men, ¡eso es ficticio! -me reí pero siempre sin parar de correr-

Iba corriendo a tope, pero para mi desgracia me tropecé con una piedra

¡Genial!

Carlos me cogió de la mano nuevamente y me llevó al lado del lago de este parque natural, nos sentamos.

- Venga Laura, ya puedes empezar a contarme.

Mierda...

Una nueva vida.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora