Una nueva vida.

Capítulo 8

Me despedí de Ana y me dirigí de nuevo al parque, todavía era temprano, me senté de nuevo en el banco hablando con Ana por whatsApp y de pronto se acercaron a mí tres chicos como yo, tenían pinta de chicos malos, pero no presté atención, seguramente iban en otra dirección...

- Oye buenorra ¿vienes con nosotros a dar una vuelta? -me preguntó uno de ellos con una sonrisa, conocía esa sonrisa, era muy maliciosa, me tenía que ir de allí, ¡ya!-

- Emm... No gracias, me tengo que ir -y justo cuando me tenía que ir me cogieron los otros dos del brazo, oh no, esto no puede empeorar, me querían hacer daño, lo sabía, pero yo tenía que ser fuerte-

- ¡¡¡Soltaaaaaadme!!! ¡¡¡Ya, o les patearé las pelotas a cada uno de ustedes!!! -les grité enojada, de pronto querían abusar de mí, vi a Carlos en la esquina buscándome y me vió, dios, no podía estar pasando esto, él no me podía ver como una debilucha, así que hice lo que les dije, les di una patada en las pelotas a los tres-

-¡Ja! Eso para que aprendáis de no abusar a las personas indefensas, manchas de hijos de p... -y me fuí, vi a esos chicos levantarse de nuevo y fueron corriendo a toda velocidad a por mí, "TIERRA, TRÁGAME" pero Carlos se les abalanzó-

-Dejadla ya, hijos de puta, ¿no os dáis cuenta de lo qué estáis haciendo desgraciados? ¡NO TENÉIS VERGUENZA! -le dijo Carlos a los chicos misteriosos y le dió una paliza a cada uno y me enojé con él, nos fuimos para casa-

-Eres un imbécil, yo se defenderme sola, tampoco tengo un cartel en la cara diciendo "DEFIÉNDANME" -recorrí los dedos por mi frente diciendo cada una de las letras- Déjame -le dije enojada-

-Laura, yo solo quería ayudarte, no fue mi intención, yo sé que eres fuerte, pero eran treees -dijo alargando la "e"-

Estábamos en silencio caminando, estaba reflexionando sobre todo lo que había pasado y suspiré, y aunque no quería decir lo que iba a decir lo sentía-

- Eh... lo siento Carlos, sólo querías ayudarme ¿no? Te comprendo, gracias -le di un beso en la mejilla, dios, su perfume y el olor a sus labios me vuelven loca, pero por dios, Laura ¿que demonios estás diciendo?-

- No pasa nada linda, sabías que te ibas a enojar pero estaba seguro de que me ibas a rogar que te perdonara -sonrió con orgullo y con burla-

- ¡IDIOTAA! -le pegué en el brazo y lo empujé contra la pared. Oh, lo había empujado demasiado fuerte, me puse nuevamente roja como un tomate recién sacado del frutero-

- Pues si que eres fuerte eh... -se rió y se puso de nuevo en su lugar, yo seguía más roja aún y me temía que había perdido la voz-

-Laura... No te pongas nerviosa, no tengas miedo por favor, sabes que nunca te haría nada malo ¿no? -me dijo con un brillo en los ojos-

-Ya lo sé, pero es que, no se como decirlo... Soy muy tímida, ya te habrás dado cuenta -reí nerviosa-

-Ya ya, me he dado cuenta desde el día que te vi pero no te quería decir nada porque si no te enojarías -se rió a lo que yo me reí también-

-Mañana te me levantas temprano que te voy a dar una sorpresa -me dijo-

- ¡¡¿¿Qué!!?? ¿Una sorpesa? ¿Porqué eres tan amable conmigo? -le pregunté sorprendida-

- Te lo contesto todo -se rió y levanto su mano emumerando sus respuestas- Uno, lo que oyes. Dos, Sí, una sorpresa que espero que te guste y tres, porque eres mi amiga ¿no? -me respondió-

- Bueno vale, pero... ¿que me pongo? Porque yo los vestidos los odio ¿sabes? -le dije-

- Ja, ja, ja -se rió- Ya lo sé, eso no hace falta ni preguntarlo, tu ponte lo más cómoda posible y unos deportes -me besó en la frente y miré hacia arriba, ya habíamos llegado a casa y por fin entramos, estaba agotada.

CONTINUARÁ...