Gracias por la espera.
El invierno se acercaba y Altaïr estaba feliz de tener un cuerpo caliente que durmiera a su lado, además de un departamento que lo mantenía caliente, estaba feliz por eso, no obstante, no lo diría aún bajo tortura.
Se habían acomodado a una rutina que para ambos les funcionaba, Altaïr compraba el desayuno mientras Ezio compraba la cena, ambos salían temprano para la universidad, y en la tarde Ezio pasaba por el sirio para ir a comer, apenas llevaban viviendo tres meses y parecía que su rutina encajaba perfectamente bien.
Ezio regreso al apartamento temprano, Altaïr aún tenía algunas clases más, así que se adelantó para pedir comida, pero una sombra provocó que fuera sigiloso, se movió lento cerca del departamento, pero se arrepintió
-Christina- llamó la atención de la sombra
-Ezio, querido- se acercó e intento besarle pero Ezio se alejó.
-Christina, ¿Qué haces aquí?- la pregunta iba con un toque de sorpresa.
-Ahh tontito, pues a visitar a mi novio, ya que no me contesta mis llamadas- le dijo colocando las manos en su cuello.
-Espera...- dijo mientras se quitaba las manos- rompí contigo antes de venir a Estados Unidos- comentó alejándose.
-Yo te dije que no quería romper- le dijo cruzando de brazos.
-Pero pasó, y no deseo tener una relación contigo- Ezio se preocupó, miró la hora de su celular, cálculo que Altaïr llegaría en un par de horas, por lo que metió a Christina a su departamento.
-¿Por qué?, dame una razón lógica- comentó sentándose en el sillón, Ezio suspiro.
-Yo...conocí a alguien- sonrió ante el recuerdo de Altaïr.
-¿Qué?, en poco tiempo, no lo acepto- Christina no dejaría ir a Ezio tan fácilmente.
-Christina, no me importa si no lo aceptas, yo quiero a esa persona, así que regresa a Italia- comentó
Christina se acercó, posó sus manos en el pecho de Ezio, y las mantuvo en el cuello, acercando sus labios al mayor.
-No creo que alguien pueda sustituirme- se acercó besando la barbilla de Ezio, el italiano intento separarse sin lastimar a Christina, pues lo educaron como caballero.
"Él está aquí, deshacerte de ella",
Sin embargo ya era tarde, y Altaïr entró al apartamento notando la sugestiva imagen.
-Perdón por interrumpir, iré a la habitación- su tono era frío, su mirada molesta, se fue a la habitación.
-¿Quién es?- Christina pregunto, no obtuvo respuestas, pues Ezio rápidamente corrió a la habitación, Christina quedó perpleja ante aquella reacción, miro alrededor y noto que en el mostrado estaba el celular de Ezio, sonrió.
Ezio entró a la habitación y encontró a Altaïr mirando la ventana, no parecía afectado, pero sabía que aquél hermoso sirio podía esconder sus sentimientos.
-Altaïr te juro...- empezaba a decir mientras se acercaba, pero Altaïr interrumpió dándole un beso abrumador para el italiano, dejándolo perplejo.
-Dile a la zorra que ya tienes dueño, y no te dejaré tan fácilmente- susurro lo más seductor que pudo en el oído del italiano, este sólo asintió y salió de la habitación.
Después de aquel beso, Ezio encontró a Christina en el mostrado, su mirada había cambiado a emocionada cuando sus ojos se posaron en él
-Tienes razón, me queda claro que has encontrado a alguien más, no te molestare más- comentó abrazándolo.
-Este cambio es repentino, ¿Porque?- Ezio sospechaba.
-No hay razón, ¿Seguiremos siendo amigos?- pregunto inocente, Ezio asintió.
-Claro, ¿Regresaras hoy a Italia?- pregunto, se sentía feliz de acabar en buenos términos.
-Ehmmm estoy cansada, pero tengo un familiar aquí, iré a visitarlo, mañana compro el boleto- comentó tocando sus rizos rubios, Ezio sonrió.
-¿Quieres que te lleve?- pregunto.
-No, estoy bien, no quiero molestar, nos vemos Ezio- dijo saliendo, Ezio sonrió ante el detalle, pero le preocupaba aquel repentino cambio, vio su celular en el mostrador, así que sonrió, lo tomó y desbloqueo, noto que estaba las fotos que se había tomado con Altaïr, no recordaba haberlo dejado así.
"Christina" no le tomo importancia y regreso a la habitación, donde Altaïr lo esperaba.
El mes pasó sin problemas, se acercaban a la temporada más fría pero llena de fiestas y Altaïr empezar a buscar un trabajo, aún con las insistencias de Ezio de no hacerlo, al final quedaron en un acuerdo, que Altaïr lo buscará al inicio del siguiente año, Ezio había aceptado a regañadientes.
Recibió una llamada de su hermana era un domingo por la mañana, era raro, casi no la llamaba, no era que se llevarán mal, simplemente estaban ocupados.
-Bueno- contestó sin separarse del cuerpo de Altaïr que dormía plácidamente.
-¿Quién es tu apuesto novio?, ¿Por qué no me lo dijiste?- la pregunta lo hizo despertar, y levantarse de un brinco.
-¡De que estas hablando!- casi grita, el sirio se levantó y Ezio se tranquilizó, le mando una sonrisa y lo acostó, salió de la habitación
-No lo niegues, Christina me envío la foto, te ves adorable con él- dijo su hermana, y Ezio suspiro pesadamente.
-¿Alguien más lo sabe?- pregunto, no sabía si su hermana lo apoyaba pero era obvio que no era el momento de sacar tal revelación
-No, y te sugiero que esperes un tiempo más para decirlo, a madre y a padre no les gustaría saber que tienen un hijo gay, por mi parte, quédate tranquilo, no le diré a nadie- comentó su hermana, luego río.
-Gracias, me harías un gran favor- le comentó y sonrió.
-Es tan lindo, y guapo, ¿Cómo se llama?- pregunto.
-Altaïr A'had- contestó, se sentó en el taburete del mostrador, se sentía más tranquilo, avergonzado pero tranquilo.
-Por las fotos que envió Christina, se nota que están perdidamente enamorado- comentó su hermana y luego se escuchó una voz.
-Clau ¿Qué estás haciendo en el establo?- escuchó la voz de su madre a las lejanías.
-Me voy, luego hablamos- colgó, Ezio miro el celular y tecleo el número de Christina.
-Bueno- la voz se escuchaba adormilada.
-Christina ¿Que planeas hacer con las fotos? No me intimidó- hablo amenazante, debía ser fuerte.
-Yo...lo siento, no fue mi intención, no haré nada, guardaré el secreto, lo juro-balbuceaba Christina, pues acababa de levantarse.
-¿Por qué lo hiciste?- pregunto, estaba calmado, pero debía dejarle claro la situación a Christina.
-Es que...bueno- Ezio empezó a perder la paciencia.
-Christina, habla ya- ordenó, no le gustaba hablar así a las damas, menos a su ex novia, pero debía de hacerlo.
-En la foto, se veían tan tiernos- explicó, Ezio notaba el tono de cariño.
-¿Envidia?- pregunto cauteloso, aunque lo dudaba.
-No, claro que no, es decir, eres atractivo, y aquel chico igual, se me hizo muy tierna la imagen- convenció.
-Christina por muy tierna que sea, no debes hacer eso- Ezio suspiro calmado.
-Ya sé, no lo haré de nuevo, pero debes admitir que son tan lindos- suspiro la chica detrás de la línea, y Ezio sonrió suavemente.
-Entonces, ¿No planeas amenazarme?- pregunto y Christina río.
-Claro que no, eres mi amigo y jamás haría eso- comentó y luego se escuchó un silencio, cuando Ezio iba hablar, Christina se adelantó- Dile a ese zorro ladrón que te cuide, me entero que rompió tu corazón e iré a asesinarlo, aun cuando se trate del maestro asesino Altaïr el chico tierno- comentó.
-¿Como...-
-Es obvio que se quién es- se escuchó una carcajada- nos vemos Ezio, cuídate- colgó, y Ezio sintió un alivio, al saber que al menos tenía buenas aliadas.
Para Ezio las clases eran un poco tediosas, no era un imbécil, pero tampoco era un cerebrito, no obstante ver a Altaïr caminar por el pasillo, acompañado de la secretaria, era para él algo intrigante más que economía de planificación, así que salió un rato del salón, algo grandioso de la universidad es que podía salirte del salón sin pedir permiso, para evitar molestar al profesor en las clases.
Siguió sigilosamente al sirio, hasta que llegó a la dirección, era curioso, ¿Porque un serio sirio tendría problemas?, espero hasta que salió.
Altaír estaba molesto, más que molestó, sentía un malestar en el estómago, que mejoró al ver al italiano recargado en la pared, suspiro, sabía que los había seguido.
-¿Qué haces aquí?- pregunto, estaba a punto de desquitarse con Ezio.
-Estoy curioseando- dijo algo cínico, se acercó al sirio y le sonrió, para Altaïr fue una cura, ya que el enojo, y la irá se desvanecía.
-Pues verás, ¿Te acuerdas que fui un buen samaritano?-pregunto recordando aquel día
-Sí, lo recuerdo- empezaron a caminar saliendo del edificio, y pasaron a los casilleros, llegaron al casillero de Altaïr.
-Pues fui expulsado- comentó con sorna, sacando su libro, de su pequeño casillero, entonces Ezio lo detuvo
-¿Quieres un poco de ayuda?- pregunto y Altaïr lo miro expectante
-¿Cómo harías eso?- pregunto y Ezio sonrió, miro a los pasillos si había alguien y le dio un beso, roces de labios pero significativos
-Déjamelo a mi cariño- dijo y fue al despacho del director, Altaïr espero a fuera del despacho, suspiro cansado, luego salió Ezio con una gran sonrisa.
-Adelante, entra- con seguridad, le indicó que entrara, Altaïr entró.
Altaïr estaba extrañado, el director se había disculpado, y no lo expulsó, miro al italiano, tenía su mochila en el brazo y sonreía tan galante y confiado.
-¿Que...?- ya ni dijo más cuando Ezio le dio un beso no sin antes asegurarse que no había nadie, y salieron del colegio.
-Mi tío maneja la cuenta del director- confesó, y Altaïr entendió todo.
-Gracias- sonrió
-Me lo agradecerás con otra cosa- seductoramente dijo, Altaïr negó con la cabeza, aquel italiano lo estaba volviendo adicto a su amor.Lamentos la falta de ortografía.
Gracias por leer, nos vemos en la siguiente actualización.
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Un sentimiento en la distancia [Ezio x Altaïr]
Fanfiction¿Qué nos conecta con el pasado?, ¿Por qué te amo si apenas te conozco?, Ahora, ¿Qué misión me obligan a cumplir? Secuela de Un momento a la distancia, deberán leerla para leer esta parte.