Era jueves por la mañana cuando Yugi Moto recibió una llamada de su jefe para subir a su oficina, sintió unos nervios increíbles, a pesar de los años que ya llevaba trabajando para el hombre, seguía siendo intimidado por su increíble mirada azulada, su semblante tan frio y por su presencia como presidente de una de las compañías más famosas en el mundo de la moda KaibaCorp.
-Akiza, ¿ya tienes todo listo para subir? – preguntó mientras se acomodaba su cabellera tricolor y su traje, al terminar se giró para ver a su subordinada, la cual se encontraba recogiendo carpetas y su Tablet digital – por favor, no vayas a ser imprudente – casi que le suplicó a la mujer y es que en ocasiones la menor llegaba a ser demasiado impulsiva.
-Jo... jefe lo hice solo una vez y usted no me perdona, pero le aseguro que todo está bien – respondió con una sonrisa brillante haciendo avergonzar un poco al mayor, todavía no se acostumbraba a ser llamado "jefe" aunque debería, después de todo era el gerente y principal diseñador de la empresa.
Yugi representaba toda la imagen gráfica de KaibaCorp, aunque era algo que ni él mismo terminaba de creerse, ya que, de ser un principiante que había sido rechazado por múltiples empresas y agencias de diseño finalmente había conseguido un sitio para poder crecer y evolucionar a un diseñador de tendencias conocido como el Mago oscuro, debido a que nadie conocía su rostro, pero todo lo que hacía era perfecto.
-No perdamos más el tiempo, vamos... - mencionó sin darle más importancia al asunto, para caminar hacia el ascensor, su taller se encontraba varios pisos debajo de presidencia, algo que era un arma de doble filo, por un lado, le daba espacio para que ninguna de las otras gerencias le molestara, pero cuando había reunión debía salir primero para no llegar tarde.
- ¿Qué necesitará el presidente? – preguntó Akiza bastante curiosa, rara vez la llamaban a ella – ¿no será para despedirnos? – agregaba algo preocupada ya que usualmente no hablaban con el presidente, siempre era con su secretario, la única forma de ver esos ojos azules resultaba ser en una pasarela o en una entrega de un proyecto final.
-Cálmate... no lo creo – respondió con una sonrisa un poco falsa, para darle cierta confianza a la menor, aunque no negará que esa idea pasó por su cabeza, pero había aprendido por los años que el presidente no era tan despiadado como muchos pensaban, además si en la reunión estaba su secretario presente, no había tantos problemas.
Llegaron finalmente a la oficina encontrándose al presidente con su mirada afilada como siempre y a su secretario, el cual parecía estar realmente contrariado, Yugi le observó curioso, el hombre era su amigo, así que siempre estaba pendiente de lo que necesitaban, realmente era su gran compañero de trabajo.
-Señor Kaiba, Señor Wheeler ¿Qué necesitan? – preguntó la chica y Yugi estuvo a punto de regañarle, su imprudencia de tomar el mando le tensaba, a pesar de siempre poder acatar ordenes, no llegaba a respetar los diferentes filtros que debía pasar para decir o hacer algunas cosas.
-Necesito que apoyen a Wheeler en todo lo que puedan, y requiero que cualquier cosa que él les pida se lo guarden para sí mismo, no me gustan los rumores ¿ha quedado claro? – Kaiba ignoró por completo la actitud de la chica, algo que agradeció en el fondo Yugi, que decidió solo afirmar ante el pedido del presidente, no necesitaba hacer preguntas, solo aceptaría lo que ese hombre quería.
Sin más Wheeler comenzó a decir lo que necesitaba, para empezar, le dijo a Akiza que requería maquillaje, joyas y pelucas algo en lo que ella se destacaba, si se necesitaba un estilo fresco y natural, ella era la indicada para crear todo ese estilo.
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Rompiendo la historia.
FanfictionMuchas historias podían pasar al mismo tiempo, solo se debía ver con una lupa para descubrirlas Durante mucho tiempo Yami había sido socio y amigo de Seto Kaiba, y lo había visto conseguir al amor de su vida, aunque el hombre tardó 10 años en descub...