Empresario - Ángel

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Zane Truesdale es un hombre que ha trabajado realmente duro por conseguir todo lo que ha tenido, desde su niñez fue alguien con un espíritu fuerte y decidido, deseoso de triunfar en la vida, por lo cual cuando su padre le entregó una empresa que prácticamente estaba en bancarrota no dudó en intentar reanimarla con esfuerzo y pasión, teniendo hasta que sacrificar mucho de sí mismo.

Con los años todo su esfuerzo valió la pena, Cyber Dragón se consiguió posesionar como una empresa que podía competir con los peces grandes como KaibaCorp, llegando hasta el punto de destacar sobre la demás, pero debido a que la industria de la moda estaba sufriendo un monopolio ocasionado por "la sociedad" comenzó a surgir una gran presión sobre él y los otros empresarios que estuvieran fuera de ese círculo. Fue un punto en su vida tan asfixiante que consideró que solo debía abandonar y eso hubiera hecho si aquel ángel no hubiera aparecido en su vida.

- ¿Estás bien? – unas pequeñas palabras en un bar fácilmente serían considerada un ligoteo de principiante, pero cuando vio de quien provenía quedó en completo silencio.

Una chica de apariencia dulce e ingenua tenía un aire tan puro que fácilmente podía considerar que era una invitada de alguien. Zane con suavidad miró a su alrededor para saber quien era su acompañante, pero estaba sola, sin nadie alrededor ¿Cómo pudieron dejarla así?

-¡Hey! Pequeña... ¿estás sola? ¿quieres acompañarnos? – esa voz hizo que la mujer se girara confundida, su expresión fue incomoda e intentó negarse, pero de inmediato insistieron – Estabas con Astro seguramente eres muy buena – aquella palabras maliciosas tensaron todo su cuerpo y la confundieron aún más.

- Son realmente molestos, largo – Zane intervino con una voz gélida, todos le vieron desafiante, pero cuando le reconocieron se echaron hacia atrás, el peliazul tenía una reputación bastante firme como para entrometerse con él.

-Ah... Gracias – respondió la chica cuando quedaron solos – Yo soy Serenity, un placer – sorpresivamente se presentó con una calidez que provocó una débil sonrisa en el hombre.

-No deberías comportarte de esa forma en un bar como este – le regañó – Zane Truesdale, ¿con quien has venido? – preguntó de inmediato, no fue porque le molestara su presencia, pero se podía notar que no era chica que debería estar sola.

-Lo siento... - respondió avergonzada – con mi hermano y sus amigos, pero le llamaron del trabajo y me quedé con Astro, pero... él necesitó hacer algo, y me quedé aquí, me gusta este ambiente, es bastante diferente – confesó con una voz suave y tranquila.

El mayor estaba asombrado con la sinceridad que estaba hablando, siendo apenas unos desconocidos, pero quizás lo que más le perturbó fue el nombre de Astro, era bien conocido por ser un modelo bastante perjudicial, no es que él frecuentara esos lugares, solo había hecho una investigación de campo para buscar formas de mejorar a su empresa, y ese hombre estaba en su lista negra de modelos.

-No es buena idea, este lugar... fácilmente podrían colocarte algo en la bebida o llevarte a la fuerza – le advirtió tomando de su copa con tranquilidad – Es mejor que vayas con tu hermano – le dijo con seriedad.

-Tienes razón, pero antes... ¿te importaría darme tu número? – aquella pregunta lo tomó completamente fuera de base casi al punto de dejar caer su bebida. Observó a la chica que tenía una mirada brillante, acompañada con una sonrisa dulce un aire ingenuo... pero tuvo que apartar todo eso para ver esa energía explosiva que había dentro de ella – me gustaría volver a verte, quizás para escuchar un poco el porque tus ojos... se ven tan bellamente atormentados – alegó sin cambiar su expresión.

Rompiendo la historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora