Egipto = Pasiones

494 42 15
                                    

Unas cuantas semanas después de comenzar su relación con Atem, Yugi recibió una llamada por parte del presidente provocándole una gran incomodidad, ya que, las cosas habían mejorado mucho en la empresa, su trabajo parecía brillar con mayor intensidad, su estado de animo también había cambiado, Yami se había ocupado de hacerlo sonreír en cada momento, no importa lo caprichoso que pudiera ser, parecía que el mayor deseaba consentirlo cada vez más, por lo cual, no sabía si había cometido algún error en su trabajo o Kaiba le estaría llamando por razones personales.

-Buen día jefe – saludó con educación para adentrarse a la oficina, con la mirada registró tímidamente todo el lugar buscando a Joey, pero este parecía no encontrarse, provocando que su cuerpo se tensionara más - ¿Qué necesita? – agregó caminando hasta llegar al frente del escritorio.

-Te llamé porque alguien solicitó tus vacaciones, me imagino que... sabrás quien es – respondió secamente, no estaba siendo severo, ni frio, pero se mostraba serio a pesar de que era un tema inesperado.

-Yo... bueno... - estaba nervioso y además incomodo, sin comprender bien de quien hablaba, hasta que recordó una conversación - ¿El señor Yami? – preguntó avergonzado y hasta cierto punto molesto mientras pensaba "¿Cómo se le había pasado por la cabeza hacer esto?" y "¿Cómo podía pensar que podría tomar vacaciones sin prepararme?"

-Si, ese idiota me pidió que te diera unas vacaciones – respondió para guardar silencio, como si estuviera analizando la reacción del menor – tenle paciencia, llega a ser bastante entrometido, pero nunca con mala intensión – se sinceró ocasionando una sorpresa en el contrario, quien a pesar de que sabía que eran amigos, jamás había visto una muestra tan clara de ello, aunque hubo una duda que se creó en su cabeza.

-Discúlpeme, usted... ¿sabe de nosotros? – preguntó algo incomodo, intentando confirmarlo, le era extraño hablar con su jefe de ese tema, así que estaba sintiendo como su corazón quería explotar y salir corriendo de la oficina

- ¿Quién crees que soportó los lloriqueos de ese bastardo? – respondió volteando sus ojos, causando una pequeña risa en Yugi, imaginándose un poco la situación – Apenas aceptaste, se instaló en esta oficina a beber hasta que tuve que sacarlo... Yo nunca lo había visto tan feliz, supongo que solo puedo agradecer – agregó como si estuviera desinteresado, pero su porte tranquilo se podía apreciar que era sincero.

-No... yo, realmente – no sabía cómo contestar, él también se sentía muy feliz– aun así, pedir vacaciones por mí, no sé cómo manejarlo – se explicó, buscando quizás un consejo, Yami lo había estado consintiendo en todo, no sabía en qué momento debía negarse.

-Moto, si te molesta no te las daré, aunque el gerente de recursos humanos está preocupado de que no hayas tomado casi ninguna desde que estás aquí – respondió con ligereza, como si aquello no fuera realmente importante – tu eres el que decide, después de todo, son tus vacaciones y a mí en particular me beneficia tenerte aquí – agregó observando a su empleado seriamente.

-Pero... ¿acaso no se molestará conmigo? Quizás este arruinando algún plan que tenga – preguntó nervioso, aunque nunca lo había visto molestarse con él, si había visto ese lado de él, y realmente se ponía tenso de pensarlo, no quería que todo fuera en picada apenas comenzar con su relación.

- ¿Molestarse contigo? – su voz salió con tal burla que confundió, al contrario – Ese bastardo está totalmente embelesado por ti Moto, si rechazas esto, solo lo harás triste, y si te molestas con él por sus acciones, él solo comenzará a suplicar por tu perdón – respondió con una sonrisa divertida, como si lo último fuera algo que quisiera ver.

Rompiendo la historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora