Mayordomo - Guardaespalda

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Francia, país lleno de lo último en moda y aire embelesado con el romance, en otras palabras, un lugar perfecto donde cualquier pareja pudiera sentirse en ambiente, pero para Yusei y Jack quienes se encontraban trabajando eso era imposible, tenían el deber de cuidar a los hijos y las madres de sus jefes, así que, aunque quisieran poder pasear, se habían mantenido alejados cuidando cada rasgo de su trabajo, siendo servicial, fiel y educado.

- Abuela, estoy cansada – mencionó una dulce niña de cabellos rubios claro, que se había detenido para ver a la mujer que se encontraba guiando a todo el grupo, ella se giró solo para verla con una suave mirada intentando comprenderla, pero por su aire tan severo, parecía desear regañarla.

-Tienes razón, llevamos caminando mucho rato, aunque no he comprado todo lo que quería – respondió pensativamente mientras observaba a Jack quien llevaba tantas cajas que le era imposible ver por donde caminaba – faltan unas cuantas bolsas más – mencionó seriamente al percatarse que, a pesar de todo, el hombre tenía espacio para cargar más.

- ¿¡Más!? – se exaltó Sebak quien ya consideraba que todo era una exageración, veía hasta con lastima a Jack que apenas se le podía apreciar un poco de su cabellera rubia – esto es más que suficiente, quiero ir al hotel a descansar – agregó apoyando a su hermana, mientras cruzaba sus brazos irritado.

– Abuela Shizuka dile algo... - le pidió Seth por debajo intentando ayudar a sus dos empleados, y apoyando a sus hermanos, realmente eso era una exageración, llevaban apenas tres días en Francia y en todos habían comprado la misma cantidad, ya no podían con sus almas.

-Es cierto, Emperatriz es suficiente – retó la mujer con naturalidad – Todos estamos cansado, sin contar que Yusei y Jack parecen necesitar un descanso de tus caprichos – declaró sin ningún miedo, y aunque los estuvieran defendiendo, ellos se sintieron sumamente tensos por las palabras de la mujer, en especial el pelinegro que le tenía particular temor a enojar a la mayor.

-¡ja! Ellos deberían estar acostumbrados – respondió cruzando los brazos, no era mentira que ellos trabajaran mucho, pero Seto Kaiba jamás los exprimía como lo hacía ella, Yusei había tenido que ir al carro varias veces para colocar las compras y regresar a ayudar a la mujer, aun así, Jack seguía teniendo demasiadas cajas y no todas eran precisamente livianas, es más, si veías al detalle podías ver cierto temblor de la posición tan incomoda en la que se encontraba.

-Si necesita comprar algo más, me puedo ocupar yo, así pueden descansar, Jack las llevará al hotel y yo iré más tarde con sus compras – intentó negociar el pelinegro, deseaba descansar, pero, sabía muy bien que si la Emperatriz quería seguir comprando nadie se lo podía quitar de la cabeza.

-Mmm... No, me han quitado las ganas, venga vamos al coche – respondió para comenzar a caminar haciendo suspirar de alivio a todos, y sin más la siguieron, en ese momento Yusei trató de ayudar a Jack con algunas cajas para que fuera más cómodo, pero este se negó esquivamente, y sin decirle nada siguió el caminó guiándose solo por el suelo.

Yusei no pudo evitar enojarse, Jack había estado bastante irritable ese día, posiblemente porque había estado con la presión de la emperatriz o eso era lo que había estado pensando el pelinegro, por lo que no le siguió peleando, solo esperaba que todo se le pasara cuando acabara ese suplicio de viaje.

Al llegar al hotel "Nuevo Domino" fueron recibido por los empleados, los cuales le hicieron una reverencia a la Emperatriz mientras esperaban por sus órdenes, a diferencia de KaibaCorp, la cadena de hoteles era propiedad de la mujer, aunque en el último tiempo quien había estado asumiendo el control había sido Mokuba, el cual había permitido extenderse mucho más de lo que ella lo había hecho.

Rompiendo la historia.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora