Pasado #6

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Después de varios intentos para poder zafarse a Skyla del brazo, no hubo éxito hasta que habían llegado a la entrada de la cabina principal, donde ella lo soltó rápidamente para acomodar su postura.

     Dreadwing la miró indignado. Todo el esfuerzo de él fue en vano cuando lo único que se necesito fue la presencia de lord Megatron para librarse de la chupabrazos. Es como si ella estuviera molestándolo por puro gusto.

     Skyla estaba hincada sobre una rodilla, con una mano en el pecho y la cabeza respetadamente baja. —Le seré leal a usted y solo a usted, si con eso me permite estar entre sus filas.

     —Levántate, Skyla —dijo Megatron con los brazos en la espalda. —¿Cuál es la razón por la que te quieras unir ahora, cuando antes no pertenecías a ningún bando?

     —Porque los Autobots me arrebataron a alguien muy importante para mí.

     Megatron apartó la mirada ante ese comentario. —Entiendo ese dolor. —Luego con rudeza se volvió a ella—. Hiciste un buen trabajo controlando a esos sacos de tornillos allá fuera en el pasillo. ¿Cómo sé que no quieres ganarte su confianza y quedarte con mi nave?

     —No, lord Megatron. No me interesa en lo absoluto quitarle el puesto de líder. Lo único que me importa es acabar con esta guerra. —Ella no mentía, no le interesaba para nada controlar la nave ni las tropas. No le van ni vienen. Lo único que le importaba era realizar su venganza, y una vez hecho, abandonaría la Némesis y su bando para poder ser libre otra vez—. Cuando comandé mi propia nave también llegué a encontrar esa actitud de diferencias entre mis tripulantes. Aprendí a manejar a los bots así gracias a mi hermana, y también gracias a una vieja amiga, Cleodata —dijo Skyla encogiéndose de hombros.

     Megatron abrió los ojos tan amplios, tan afligido. —¿Cleodata?, ¿la conociste?

     —Así es, señor, antes de la guerra. Fue una gran femme.

     —Sí que lo fue. —Un ligero tono de melancolía se escuchó en su voz, luego Megatron bufó a un lado—. Quisiera odiarla por lo que hizo, pero no puedo cuando ella lo hizo por amor. —Megatron hizo una pausa, pensando en si lo que estaba a punto de decir merecía ser oído.

     Recordó el pasado, su expresión cuando se volteó y la vio parada detrás de él con un agujero en el pecho.

     Recordó la conmoción, ese sentimiento de pena profunda que sacude el ánimo de una persona, especialmente hasta despertarle la compasión o las ganas de llorar, o la culpa, por no haberle dicho antes que la amaba. Megatron sintió el mismo hueco en el pecho, metafóricamente hablando, que luego subió como un nudo hasta la garganta.

     Recordó cuando trató de decírselo pero las palabras no le salían. Cayó sobre sus temblorosas rodillas por el pánico y la sostuvo entre sus brazos. No creía que fuera posible perder algo cuando siempre se ha propuesto a conseguir todo lo que quiere. Lo malo es que no es bueno manteniendo lo que tiene.

     La guerra antes se trataba de libertad, pero cuando el amor no sienta a la justicia en su trono, el odio la sustituye con la venganza, porque el trono de la justicia no puede estar vacío. —Por eso hago esto. Si revivo Cybertron con esto, podré revivirla también —finalmente dijo Megatron.

     Dreadwing no tenía palabras, ¿quién diría que el líder general de los Decepticons se había dado el lujo de encontrar el amor? Por tan solo un momento, pensó en darse ese lujo también. Pero luego recordó que él no es Megatron. Megatron es Megatron, es el líder, y él . . . tan solo es un leal sirviente a su lado.

     Skyla no contestó, solo observaba. Al fin y al cabo, resulta ser que todo gira en torno al amor.

     Megatron se raspó la caja de voz y continuó, odiaba la tensión en el aire. —Vi tu historial, te desempeñaste bien en Cybertron antes de la guerra. Nos serás de gran ayuda. —Megatron hizo una pausa—. Puedes unirte a mis tropas, pero solo actuarás bajo mis órdenes. No quiero más perdidas por aquellos rebeldes que me han desobedecido y actuado por impulso —dijo con el semblante en ella, pero una ligera piedra de indirecta le llegó a Dreadwing. Este bajó la mirada al recordar cuando desobedeció a Megatron para vengar a su hermano.

     —Gracias, lord Megatron —dijo Skyla con una pequeña reverencia con la cabeza.

     —Llegaste en buen momento. —Megatron caminó hacia una de las mesas de los lados donde estaba Soundwave para mostrarles las coordenadas en la pantalla—. Dreadwing necesitará ayuda en recuperar una reliquia para mí, ya que al parecer no puede conseguirlo por sí solo —dijo él con un tono agresivamente pasivo, y Dreadwing bajó aún más la cabeza decepcionado de sí mismo por haberle defraudado a su amo en aquella misión en el ártico.

     Skyla miró a Dreadwing con una sonrisa de lado, resulta ser que no podrán separarse por un rato, o al menos lo que dure la misión.

     Ansioso, inquieto, algo contento y decepcionado, eso es lo que Dreadwing se siente en ese instante. Pensó en reprocharle a lord Megatron, ¿pero quién era él para contradecirle al líder? Donde manda capitán, no manda marinero, así que lo único en que podía pensar es que ahí iba de nuevo la capitana a chuparle el brazo.

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Las quiero un Cybertron.

xoxo, NoMoreStress.

Sirviente AzuladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora