Sirviente Azulado

Pasado #20

Pese a la amenaza de Knock Out, Dreadwing regresó a la puerta del laboratorio. Estaba decidido que no se iba a rendir y tampoco se iba a alejar más nunca de ella. Skyla es una femme muy romántica y enamorada cual princesa, que Dreadwing prometío ser ese caballero que la protegería incluso de lo que ella no quisiera. Se recostó en la pared a esperar a que Skyla despertara y saliera a voluntad propia. 

     Esperó y esperó mientras que los minutos se convirtieron en horas. Cruzó los brazos, se recogió después de resbalarse, se sentó en el suelo con las piernas estiradas pero Skyla nunca salió. Incluso se podía escuchar al otro lado de la puerta todo el desastroso escándalo de la sierra de Knock Out trabajar haciendo que Dreadwing se preguntara ¿cómo no se despierta con eso?

     En cambio, salió Megatron con un brazo nuevo. El brazo del Prime a quien se lo profanaron. —¿Dreadwing, qué haces aquí? —preguntó viéndolo hacia abajo.

     Dreadwing se levantó del suelo de un brinco y se sobó la nuca avergonzado. —E-espero a la capitana, lord Megatron.

     Megatron carcajeó al notar que Dreadwing estuvo esperando como un idiota. —Knock Out la cargó a su habitación para que siguiera descansando. Te dije que te apresuraras —suspiró decepcionado—. Ve, por el momento no te necesito. Tengo que pelear con un Prime y quiero ir solo. —Dicho eso, Megatron siguió avanzando y antes de doblar y desaparecer por otro pasillo, ordenó—. Cuida la nave en lo que no estoy.

     —Le agradezco mucho su voluntad, mi señor —dijo Dreadwing con una tierna sonrisa de amor en su rostro y una reverencia con la mano en su pecho.

     Megatron escuchó los pesados pasos del teniente correr entusiasmado tras su espalda y alejarse por otro pasillo. Esa melancolía hizo que él mismo se detuviera y bajara la cabeza apretando los puños arrepentido.

     —Ojalá yo hubiera hecho eso por ti, mi amada reina.

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     Dreadwing no perdió el tiempo. Corrió a carrera hacia la habitación de la capitana, dobló por los pasillos y apartó a Vehicons e Insecticons hasta llegar a la puerta de su habitación con un freno. Algo que sabía de ella, después de dormir varias noches juntos, es que no le gustaba que la despertaran de golpe, así qué tocó la puerta con delicadeza y con la sonrisa de un sparkling esperando a que llegue su mamá a casa, se sacudió los hombros y pecho para mostrar buena apariencia mientras esperaba una respuesta.

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     Skyla frotaba la cinta con el índice y el pulgar mientras miraba una de las pantallas en frente. Acompañaba a Soundwave en el puente y ahora que no surgían distracciones tales como Dreadwing, tenía mucho tiempo libre para seguir rastreando la ubicación de Bumblebee, y con cada día que pasaba, sentía que lo estaba alcanzando. Skyla no se había topado con el teniente en ningún momento de la Némesis y estaba agradecida con Primus de que fuera así. No quería saber nada sobre él por un largo tiempo para poder pensar tranquila y así, completar su objetivo de venganza.

     Soundwave se retiró del puente y justamente a Skyla le dio sed. Quería su frecuente energon caliente pero sin Soundwave a cargo, no podía dejar el puente solo. Detrás de ella estaba un Vehicon que tecleaba sin despegar la mirada de la pantalla roja. Se acercó a él por detrás y apoyó una mano en su hombro.

     —Hola, ¿cómo te llamas? —preguntó ella.

     El Vehicon se giró asustado ante esa pregunta. Ninguno de los grandes a cargo le había dirigido la palabra a menos que sea para darle órdenes enrabietados o descargar sus iras.