Esas palabras, esas exactas palabras de tenemos que hablar le causó un pánico que no sabía de qué se trataría.
—¿Por qué tenía miedo? —preguntó Dreadwing.
—Cosas malas le suceden a las personas que aprecio cuando no estoy consciente —contestó Skyla.
Dreadwing miró hacia abajo, no sabía cómo soltarlo. Se tomó su tiempo y la volvió a mirar. —Capitana Skyla, ¿por qué se me pega tanto?
—Porque le tengo un aprecio, señor Dreadwing —dijo Skyla tomando asiento. Ella no titubeaba a la hora de contestar—. No lo ve, pero usted es un buen bot que solo carga rencor consigo.
Escuchar esas palabras lo puso en un curso que se podría decir alegre, o confundido. ¿Cómo él puede ser un buen bot cuando forma parte de las filas Decepticons? Se supone que los que forman parte de esa fuerza, forman parte de ella al ser tachados como una decepción ante la sociedad cybertroniana. Bueno, no importa lo que pensara, tenía que detener estos sucesos que lo vuelven confuso, y tal vez así le sirva mejor a Lord Megatron.
—Si le preocupa porqué actúo así, tengo varias razones. —Skyla continuó—. Soy así porque entiendo su dolor. Sé lo que es perder a alguien y sé que ese dolor es intenso, así que trato de ayudarle a disminuirlo, así como con Knockout, y así como conmigo.
La spark de Dreadwing comenzaba a alegrarse, se sentía especial, hasta que escuchó que no era el único. Ella no solamente era cariñosa con él, sino que también con el quirófano de los Decepticons. —Capitana, mi vida no es asunto suyo.
—Es lo más estúpido que he oído. Si nadie se preocupara por otros, la vida no tendría sentido.
Knockout escuchó la conversación del otro lado de la puerta y, viendo que no iba por buen camino decidió intervenir, sin saber si estaba haciendo bien o mal. —Teniente Dreadwing, es hora de su hibernación —cantó el cirujano para cortar la tensión—. Pronto lord Megatron lo llamará y no querrá ir en ese estado a otra misión.
—Con permiso —dijo Dreadwing con una pequeña reverencia con la cabeza antes de retirarse junto con Knockout.
Skyla lo vio alejarse antes de cerrarse la puerta. Ella sentía la necesidad de protegerlo, de cuidarlo, de rescatarlo de esa oscuridad a la que él no pertenecía.
Skyla no era ni buena ni mala, pero tenía un objetivo en mente. Dreadwing también no era ni bueno ni malo, ella lo veía en él, solo que él no tenía un rumbo en la vida y Skyla quería ser la que lo guiara. Así que los siguió hasta otra cabina repleta de cápsulas de hibernación.
Skyla sintió la culpa de que Dreadwing se encontrara en ese estado de hibernación por los golpes en la misión. Si ella hubiera llegado antes, él no estaría así. Entonces decidió qué —así como Dreadwing estuvo acompañándola todo el tiempo que tomó la cirugía— iría en busca de dos cubos de energon para apilarlos uno encima del otro y sentarse sobre ellos. Aunque a Dreadwing le gustase o no, aunque estuviera a punto de rechazarla por ser una distracción, ella se quedaría a acompañarlo a lado de la cápsula hasta que él despertara.
Entonces el tiempo pasó y Dreadwing despertó. Al salir de la cápsula se topó con Skyla a su lado, dormida apoyada en la pared.
Dreadwing estaba confundido. Le agradaba la compañía; de ella. No la había disfrutado desde que él y su hermano se habían separado.
Ya no se sentía solo.
Dreadwing apoyó su mano en el hombro de ella. —Capitana —llamó suavemente.
Skyla abrió los ópticos con delicadeza y bostezó. —¿Ya se encuentra mejor?
Sí, ya se encontraba mejor, pero eso no era lo que importaba. —¿Qué hace aquí? —Ella se puso de pie y se apoyó de su espada—. ¿Por qué es así conmigo?
Knockout asumió que ya era hora de que despertara Dreadwing, así que se dirigió a la cabina de cápsulas.
Skyla comenzó la enumeración. —Uno, se lo debo por salvarme la vida; dos, usted es un buen bot que solo sigue órdenes. Usted tiene una buena spark, aunque le cueste verlo; y tres, quiero ayudarlo. Entiendo por lo que ha pasado y me atrevería a decir que somos iguales, aunque no lo quiera creer.
Dreadwing se tomó el tiempo de escoger las palabras para que no se malinterpretase ni sonara grosero. —Solo le hice el favor por lo que hizo con mi hermano. Solo eso.
—No le creo, señor Dreadwing. —Skyla se acercaba a pasos lentos hasta quedar a escasos centímetros de él y hablar grácilmente—. ¿Por qué entonces en la misión decidió recogerme a mí en vez de la reliquia? ¿Por qué decidió quedarse a mi lado en la operación? Estaba en hibernación, no me habría dado cuenta si me hubiera soltado la mano. —Entonces hasta él mismo no se creía las palabras que él había dicho—. ¿No será que comenzó a encariñarse conmigo? —Él no contestó. Estaba intimidado por la cercanía de Skyla, y el nerviosismo llegó a su punto máximo cuando ella acunó su mejilla para que se vieran a los ópticos—. Porque yo sí le tengo un aprecio, teniente Dreadwing. Me preocupo por usted más de lo que se imagina, y quiero ayudarlo.
Como para cerrar su voto de devoción, ella se puso de puntillas y se acercó él con sutileza —lo suficiente como para que el teniente tuviera el tiempo de detenerla si no estaba de acuerdo, aun así no la detuvo— plantando un casto beso en su mejilla para demostrarle la sinceridad de las palabras. No trató de hacerlo con la típica personalidad carismática de ella, sino que esta vez trato de demostrarle su lado caritativo y hacerle saber que se puede apoyar en ella.
Dreadwing detuvo todo su ser en seco y abrió los ojos perplejos. Era la primera vez que una femme tuviera las agallas —o la spark— para hacer un gesto como ese. Un gesto muy lindo, y por un momento en toda esa guerra se sintió querido, pero no quería llegar más de eso. No le gustaban las distracciones y a lord Megatron tampoco. La confianza de ella se había excedido hasta las nubes, que de milagro el beso no fue en los labios.
Dreadwing la tomó de los hombros con la fuerza suficiente para demostrar su seriedad y la apartó de él. —Mire, capitana, es suficiente. No quiero nada con usted. —Le soltó los hombros—. Veo que ha malinterpretado las cosas.
Ella sabía que ese movimiento era riesgoso. Pero es típico de ella, que prefiere aceptar la responsabilidad de sus actos a que lamentarse de nunca haberlo hecho, como por ejemplo, aceptar el dolor en su orgullo por haber sido rechazada. —Para nada, discúlpeme si fui una tonta al creer que esto sería posible.
Skyla se acercó a la puerta y esta se abrió automáticamente, mostrando a Knockout en la guardia antes de retirarse. Dreadwing apretó los puños, no sabía si había hecho lo correcto.
Tampoco sabía que Knockout se había quedado todo este tiempo en la entrada escuchando.
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3/3
Cuando regrese de la playa se viene otra maratón.
Es hora de continuar esto.
Las quiero un Cybertron.
xoxo, NoMoreStress.
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Sirviente Azulado
FanfictionDECEPTICON'S LOVE #2 ________________________ Él, su honrado caballero de brillante armadura. Ella, su conquistadora capitana del amor. Lástima que su amor por él no pudo salvarlo de su honor.