Pasado #7

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Salieron al pasillo y ella se separó hacia la derecha.

     —¿A dónde va? —preguntó Dreadwing al ver su iniciativa de no querer seguirlo por la izquierda.

     —Iré por mi nave, ¿viene conmigo?

     —No, no veo la necesidad de usar una nave cuando usted tiene propulsores.

     —Entonces nos vemos allá —dijo ella en un tono melancólico.

     Como si todo comportamiento anterior no hubiera ocurrido, Skyla se retiró a pasos largos. Dreadwing vio su gran figura alejarse por el pasillo. Pensó que ella actuaría de igual manera, que sería difícil despegarse de ella. Hasta había planeado las palabras que le diría para librarse del agarre, pero no fue así. La seriedad y la mirada vacía que transmitió no se parecía en nada a su comportamiento atrevido de hace poco.

     Ella es buena acatando órdenes —aunque prefiere ser la que las da—, así que si Megatron le encargó una misión, ella lo haría. Lo que no sabe Dreadwing es que Skyla no hacía ninguna misión sin su hermana Ever, así que fue en busca de ella en lo que él se adelantaba.

     Dreadwing llegó primero hacia el grupo de coordenadas que Megatron le había ordenado —al no tener que desviarse hacia el norte a buscar una nave para luego volar hacia el sur. Un bosque iluminado por un brillante sol de las cuatro de la tarde era un bello escenario que ofrecía el planeta, y esta iluminación era perfecta para una pelea desbalanceada contra dos Autobots.

     En tiempos de carrera como estos, era obvio que se aparecerían Bulkhead y Bumblebee de entre los árboles para también quedarse con la reliquia.

     —Dreadwing —dijo Bulkhead.

     —Autobots —contestó Dreadwing.

     Dreadwing instintivamente sacó el cañón de su espalda y comenzó a lanzar granadas de este. Los dos Autobots corrían y brincaban para esquivarlos, hasta que se separaron. Una batalla de dos contra uno no era de qué temer para el teniente Dreadwing, pero aun así estaba inquieto al tener que enfrentarse solo contra ellos cuando la misión era de dos.

     Bulkhead se acercó con su bola metálica apunto de estrellar contra su rostro, mientras que por detrás se acercaba Bumblebee en su modo vehicular, para luego transformarse en el aire con una patada aérea. Dreadwing logró apartar la bola de Bulkhead y en un giro rápido esquivó la patada de Bumblebee que estrelló contra el gran pecho del verde. La patada empujó a Bulkhead y los dos chocaron contra unos árboles.

     —Ustedes, Autobots, no pueden contra mí —dijo Dreadwing al ver que no se levantaron del todo.

     Dreadwing siguió caminando con el radar en mano hacia la reliquia. ¿Por qué demora tanto?, pensó él a punto de abrir el recipiente y ver que Skyla todavía no había llegado, hasta que Bulkhead le abrazó los brazos por detrás y lo arrastró lejos de la reliquia. Era obvio que unos golpecitos no iban a hacer desistir a los Autobots, pero la prioridad era llevarle la reliquia a Megatron cuanto antes. Dreadwing pataleaba y ejercía fuerza por los brazos para tratar de librarse del agarre, así que Bumblebee por delante lo debilitó con un golpe en el abdomen y un disparo concentrado. Dreadwing se jorobó del impacto y luego escupió un poco de energon. Aun así, el teniente aún tenía fuerzas para seguir peleando y eso Bulkhead lo sintió en los brazos.

     —¡Golpéalo más duro! —gritó Bulkhead—. ¡Todavía se mueve!

     La desventaja era notoria. Alzó la vista llena de ira a Bumblebee, y cuando el amarillo estaba a punto de golpearle el rostro unos disparos del cielo chocaron contra la espalda de Bulkhead y el pecho de Bumblebee. El impacto hizo que el gran verde soltara a Dreadwing y se golpeara contra un árbol, mientras que el amarillo se estrelló contra una gran piedra. Dreadwing cayó sobre sus cuatro extremidades y luego trató de levantarse temblorosamente.

     Skyla abrió la compuerta de abajo de la nave y saltó de este antes de que se abriera por completo al ver la dificultad que tenía Dreadwing de levantarse. Ella corrió bajo su brazo y lo ayudo a recobrar la compostura.

     —¿El caballero necesitaba una dama que lo rescatara? —dijo Skyla con media sonrisa en su rostro.

     Dreadwing se quejó del dolor. —¿Qué la retuvo tanto? —dijo con dificultad.

     —Mil disculpas, caballero Dreadwing. En el tráfico me encontré con otra nave y me las arreglé para esquivarlo.

     Bulkhead al ver la nave decidió llamar a Wheeljack, que casualmente estaba cerca. Si Dreadwing y Skyla escaparan por esa nave, el único que sería capaz de perseguirlos en el aire sería Wheeljack.

     —¿Puedes pelear? —preguntó Skyla.

     —¿Para qué pelear si se tiene esto? —De la espalda Dreadwing sacó uno de sus explosivos.

     —Entonces usted encárguese del grandulón. —Skyla volvió su rostro a Bumblebee que trataba de levantarse—. El insecto es mío.

     Skyla se separó de Dreadwing y se dirigió hacia Bumblebee.

     —¿Dos contra uno?, ¿no saben de modales? —Ella preguntó incrédula mientras caminaba lentamente apoyada de su espada como bastón—. Al fin te encuentro, parásito. Me debes algo, y no me gustan las deudas.

     El impacto fue tan fuerte para los dos Autobots que les resultaba difícil poder recuperarse. Bumblebee trataba de enfocar la vista. Si la suposición de Skyla era que él se acordara de ella, no estaba resultando. Lo único que veía a través de la borrosa silueta blanca era sus intenciones de matarlo por como batuteaba suavemente la espada de lado a lado, así que negó con la cabeza mientras clavaba sus grandes y redondos ópticos en ella. No entendía porqué el odio directo.

     —Agh, esa mirada. —Skyla no tiene pupílas, pero por como movió con asco la cabeza se dio a entender que rodó los ópticos—. Es la misma mirada que me diste aquel día en Cybertron, ¿crees que te voy a perdonar con eso? —Ella negó suavemente la cabeza mientras chasqueaba con la glosa—. No lo creo.

     Y cuando Skyla echó la espada para atrás desde la cintura para ganar impulso y atravesarlo, la misma técnica que usó ella con la nave, lo uso Wheeljack.

     Dreadwing estaba a punto de arrojarle la granada al casi muerto de Bulkhead hasta que de reojo vio a unos disparos empujar a Skyla hacia atrás, haciéndola rebotar violentamente contra el suelo.

     —¡Capitana Skyla! —llamó Dreadwing al verla recibir un golpe en la cabeza. Se acercó a ella e inconscientemente la alzó entre sus brazos—. Suficiente, nos vamos. Se le volvió a abrir la herida.

     Ella se dio cuenta que era cierto cuando apenas pudo escuchar lo que dijo Dreadwing y todo lo veía en cámara lenta y con mareos. Y esos mareos indicaban balbuceos y delirios. —Vaya, que bien se siente estar entre sus brazos y recibir órdenes de usted, señor Dreadwing. —Skyla apoyó una mano en el pecho de él para llamar su atención—. Vamos, diga algo más.

     Si antes Bumblebee no la recordaba, ahora con el nombre pudo. Ahora ya sabe el porqué ella fue directo hacia él, cree que él fue quien mató a la co-capitana en esa batalla en la nave Carcer, cuando realmente no fue así. ¿Pero qué podía hacer cuando a través de los ópticos de Skyla parecía que Bumblebee arrojó la piedra? Lo único que podía tratar de hacer, como dice Optimus Prime, era aclararle las cosas con la verdad y diálogos. No con armas.

     —¿Ahora tres contra dos? —balbuceó Skyla asomando su cabeza por el brazo de Dreadwing para ver la nave de Wheeljack dar la vuelta—. Que falta de respeto.

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Rellenosqueparecenrellenosperonosonrellenos.

Trauma gracias a una amiga :)

Las quiero un Cybertron por leer hasta acá pese a los rellenos.

xoxo, NoMoreStress.

Sirviente AzuladoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora