Estaba tumbada sobre la cama pensando en todo lo que me había dicho Aaron respecto a Eduard. No sabía si creerle, aunque lo justo sería al menos tener una conversación con Eduard para que pudiera explicarse.
Decidí dormirme para apizaguar los nervios y poder tener las ideas menos calientes. Me desperté con las mismas ideas y con los mismos miedos. Me levanté de la cama rápidamente y salí del camarote con prisa, me paseé por el barco buscando a Eduard pero no lo encontré.
Iba andando por los pasillos de barco, a pesar de ser de día estaba oscuro y solo estaba iluminado por algunas velas colgadas de la pared de madera, mi paso era seguro y probablemente el gesto de mi rostro era un fiel reflejo de que no era mi mejor mañana.
Escuché unos pasos y me paré en seco, esperaba que fuera Eduard, pero me equivocaba, apareció ante mi la alta figura de Aaron.
- Katherine , ¿ estas bien ? Ayer me quedé preocupado - estaba frente a mi apoyado sobre la madera del pared y mirandome fijamente a los ojos
- Si, estoy bien, solo me maree un poco - era evidente que mentía
- Espero que no te encontrarás mal por lo que te dije sobre Eduard, no quiero que te influya - parecía sincero, aunque no llegaba a confiar del todo en él.
- No te preocupes Aaron, todo está bien- dije lo más sincero que pude - si no te importa voy a subir a la cubierta - Aaron asintió con la cabeza y lo dejé allí en medio del pasillo mientras yo subía las escaleras para subir al exterior del barco.
El sol deslumbró mi vista y fui andando a ciegas durante unos segundos provocando que me golpeara con algún marinero, este me tomó de los hombros con cuidado.
- ¿ Estas bien ? - era la voz de Eduard, cuando al fin lo pude ver me fijé en su rostro, tenía mal aspecto, unas grandes y oscuras ojeras adornaban su rostro junto con la barba de varios días, estaba muy delgado y parecía que no se aseaba desde hacía un par de días, pero ello apenas me importó, aparté sus manos de mis hombros como si de fuego se tratara, Eduard al ver mi reacción torció el gesto.
- No, no estoy bien Eduard - mi voz sonaba molesta y nerviosa - me gustaría hablar contigo muy seriamente - clavé mis ojos en sus azul mirada.
- Kate, creo que ahora no es bien momento- oteó el barco, parecía nervioso y preocupado, no dejaba de llevar la mirada de un lado a otro
- Es ahora o no lo haré nunca más Eduard - levanté un poco la voz para que se percatara de mi enfado
- Kate, por favor, hagamoslo por la noche, ahora no es buen momento - volvió a poner sus manos sobre mis hombros y cuando apenas lo rozaron aparté sus manos de forma brusca
- Siempre es cuando tu quieras- mi voz sonaba cada vez más alto provocando la atención hacia conversación de alguno de los marineros - no pienso volver hacerte caso, estoy cansada de ti y de tu aura de misterio que te rodea continuamente, apenas se nada de ti - estaba muy nerviosa y comenzaba a notar que las rodillas empezaban a temblarme - y menos aún el motivo por el que me llevastes contigo - Eduard me miró fijamente a los ojos, le había cambiado el gesto del rostro al escuchar estas últimas palabras y ahora estaba muy serio, con el gesto fruncido aunque las miradas y el interés que los marineros cada vez más evidente lo estaban poniendo realmente nervioso
- ¿ Qué pretendes decirme ?- agachó su cabeza hasta colocarla a la altura de la mía, nuestros rostros estaban muy cerca, se oían los cuchicheos de aquellos que intentaban lograr entender nuestra situación
- Se el verdadero motivo por el que me has llevado contigo, me parece ruin y despreciable, no podía imaginármelo de ti, he llegado a pensar que incluso sentías algo por mi- le miraba fijamente a los ojos, Eduard apenas lograba entender que intentaba decirle
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Y en el fin del mundo
Historical FictionEl mundo que conocemos ha sido destruido, la población que ha sobrevivido a las guerras, a las crisis y a la hambruna, ha corrido a refugiarse en el campo, en los bosques, intentando comenzar de nuevo y huyendo de la amenaza inminente del emperador...