Capítulo 12

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Cuando me desperté era mediodía, pero continuaba nublado y el viento parecía ser más y más fuerte, las olas parecían montañas de agua que querían deborar el barco. En la cubierta era un continuo caos, las velas del navío iban de un lado a otro, las olas no dejaban de chocar contra el casco del barco y saltaban dentro del barco y mojaban y hacían caer a la tripulación.

El frío nos hacia temblar, algunos llevaban abrigos hechos con piel de animal, mientras que otros no tenían esa suerte y tiritaban del frío haciendo castañear sus dientes. En la platafoma donde se encontraba el timón estaba Aaron, con un gran abrigo de piel negra y con semblate muy serio.

Subí hasta la tarima y me situé al lado de Aaron, él me dedicó una leve sonrisa, tímidamente le respondí y bajé mi mirada al suelo algo avergonzada.

El viento agitaba con fuerza mi cabello que estaba recogido en una larga trenza que caía sobre mi espalda.

Eché un vistazo hacia la cubierta, veía a los marineros luchando contra el mar agitado. Pude ver como sacaban a Eduard al exterior, su aspecto estaba muy desmejorado, su piel tenía un color grisáceo y aunque no estuviera cerca de él podía ver unas enormes ojeras, en sus manos y pies unas cadenas que apenas le dejaban caminar. De le agarraban de uno de sus brazos, con violencia le tiraron al suelo y junto a él colocaron un cubo de latón y una esponja para que fregara la cubierta.

Con lentitud agarró la esponja y comenzó a fregar el suelo. Mi cuerpo se estremeció al verlo de aquella forma, tan débil y desmejorado. Vi como giraba su cabeza hacia donde yo estaba, cuando logró verme una mueca se le dibujó en la cara, no le agradaba verme al lado de Aaron.

Avergonzada, agaché mi cabeza evitando cruzar más miradas con él.

La tormenta tomó más fuerza, el viento era violento y las olas hacían mover el barco como si te tratara de un sonajero. Los mástiles no dejaban de crujir haciendo que el miedo se apoderada de mi.

En medio de la cubierta vi al pequeño Ratón intentado ayudar en lo que podía, a pesar de su corta edad.

De repente el crujir del barco se hizo más intenso, las olas más violentas, el viento más fuerte. Los hombres comenzaron a moverse de un lado hacia otro maniobrando.

Levanté mi mirada hacia el mástil central y vi como comenzó a partirse en dos, sentí estremecer mi cuerpo, paralizada por el miedo no pude hacer nada.

Vi como caía lentamente, seguí mi trayectoria con mis ojos muy lentamente. Hasta que finalmente cayó sobre la cubierta. Los hombres comenzaron a gritar a moverse nerviosamente de un lado a otro.

Al caer el mástil había roto la barandilla de madera que recorría el barco y había caído al agua mercancía pesada.

- ¡ Hombre al agua !- comenzaron a gritar los hombres, seguidamente miré a Aaron, él hizo un gesto a uno de los marineros para que cogiera el timón y salió corriendo hacia donde se encontraban los hombres concentrados.

Le seguí, me asomé a uno de los lados en los que continuaba habiendo barandilla sin romper. Vi un trozo de madera flotando en el mar y agarrado a él estaba el pequeño Ratón llorando como un bebé con miedo. Dirigí mi mirada a Aaron y fui hasta donde él estaba.

- Aaron, tienes que hacer algo, no puedes dejarlo ahí- mi respiración estaba agitada, volví a mirar al pequeño al cual las olas no dejaban de cubrile. - ¡ Aaron haz algo se va ahogar ! - volví a gritarle al capitán

Él simplemente se limitó a apartarme de su camino y volver al puesto de mando, abandonando al pequeño a la deriva, hacia una muerte segura.

Sentí mis rodillas aflojarse y mis ojos llenarse de lágrimas, los hombres volvieron a sus tareas, mientas yo seguía parada con un nudo en mi garganta y en el estómago.

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⏰ Última actualización: Nov 17, 2014 ⏰

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