I─¿HUNTER O HUNT?

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𝐜 𝐡 𝐚 𝐩 𝐭 𝐞 𝐫     𝐨 𝐧 𝐞















Odio a las personas. Son desleales, avariciosos, no les importa dañar al más inocente de ellos con tal de conseguir lo que desean, y la prueba de ello son los miles de personas que me rodean, cada una camina en su mundo solo mirando sobre su hombro para cerciorarse que no los roben—cosa que harán—cada una siendo víctimas y villanas de sus propias historias, ninguna siendo héroe.

Pasar entre ellos sin ser notada no es algo difícil, las personas en la isla suelen ser un poco arisca así que doy algunos golpes y empujones cada vez que alguien intenta engancharse a mí. Cada persona tiene una historia bastante peculiar en esta isla, algunas ciertas, otras simples exageraciones o mentiras ¿cuál es la verdad de ellas? Es algo que solo ellos saben.

─ ¡Quítate niña!

¿Lo bueno de esta isla? Nadie te nota si no posees algo relevante, detalles que para las personas como yo es muy importante. Personas que querernos pasar desapercibido. 

─ ¡Apártate de mi camino mocoso!

En dado caso sería mocosa, idiota. Pero como dije antes, nadie te nota si no eres relevante.

Mi camino por la isla sigue a su ritmo acostumbrado, mientras el sol—si es que esos leves rayos sobre la barrera cuentan como uno—calientan mi piel. El camino es igual que el de todos los días, simple, aburrido y lleno de olor a basura y alcohol. 

A unos pocos pasos de mí están las puertas cafés que tanto buscaba, con mis botas piso con cierta diversión algunos charcos de agua y sin siquiera limpiarlas entró al pequeño local con el gran cartel de Pachica encima de él. Apenas atravieso la puerta un olor a pastelillos llenan mis fosas nasales.

─ ¡Pastelito!

Detrás del mostrador hay un gran hombre tan alto que parece casi surreal que él pueda entrar en este lugar sin romper nada, con unos brazos bastante fornidos como romper una mesa con solo tocarla y un delantal rosa rodeándole la cintura. 

─ ¡Kronk!

¿Se acuerdan de que les dije que odio a todo ser viviente? Kronk no entra en ellos, ni siquiera puede entrar en la lista de ciudadano promedio, él es bueno, a veces muy bueno para su propio bien, supongo por eso Yzma y el trabajan también juntos, porque son en cantidades exorbitantes lo que el otro necesita. 

─ ¿Qué haces acá pastelito? ─pregunta─, pensé que Yzma te había mandado algunas cosas.

Antes que lo pregunten, Yzma tampoco aplica a esa lista. Aunque ella sea mala siendo buena, pero en mi defensa también es mala siendo mala. Yzma es el gris, no puedes inclinarla nunca a un lado, ella es todo y nada a la vez. 

─ Lo hizo ─tomó asiento en uno de los taburetes frente a él─, y después se encerró en la cocina, de donde luego empezó a salir un humo morado con un olor horrible, así que agarré mis cosas y salí.

─ ¡¿Hizo un experimento sin mí?!─La cara de desconcierto de Kronk me causa risa, es como si fuera la primera vez que lo hiciera, cuando es como la cuarta vez que lo hace, esta semana. Como dije, Yzma es mala siendo buena. 

𝗧𝗛𝗘 𝗤𝗨𝗘𝗘𝗡─DescendentsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora