Capítulo 3

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Narra Shisui:

Lo senté en el suelo con cuidado, me levante y me dirigí en donde estaban los demás porque yo quiero saber más de este pequeño.

Al llegar y sentarme al lado de mi amigo (n/a: no se de donde salieron tantas sillas) comencé a preguntar muchas cosas que me interesaban, entre ellas la edad del pequeño.  Si lo se, se que suena como un interrogador pero, de esa forma aprendo mas de él.

Después de tanta interrogación y de recibir miradas raras de mi acompañante, comenzamos a hablar de cosas triviales para pasar el rato y de esa forma él dejo de mirarme con incredulidad.

Paso media hora y ya teníamos que irnos, al menos sirvió para acompañar un rato a la anciana Shimizu quien a estado sola todo este tiempo.  Y ahora ya tiene una pequeña compañía y yo vendré a ayudarla cada vez que pueda con él.

Como no tengo hermanos esa a sido mi decisión, doy por afirmada mi resolución y volteo a ver al pequeño para percatarme el como comenzó a utilizar su chacra para elevar sus juguetes.

Eso me a tomado desprevenido y estoy seguro que no soy el único que esta viendo este panorama tan inquietante.

—¡Esta es la primera vez que lo hace......verdad!

Shimizu: ¡No, siempre a de guardar sus juguetes en su habitación!

Itachi: ¡Guarda sus juguetes en su habitación!

—¿Una pregunta?  —comencé a idear una adecuada—   ¿que elemento sabe usar?

Shimizu: ¡El chacra del viento.......al igual que su hermano mayor!

—¡Hermano!

Shimizu: ¡Tiene el mismo talento que su hermano mayor cuando él era un pequeño de dos años!

—¿Habla de Obito?

Shimizu: ¡Así es!

Itachi: ¡Obito!

Shimizu: ¡Obito era muy hábil con el chacra del viento, pero le costaba el del fuego.....razón por el cuál era considerado menos que los otros miembros del clan!

—¡Ya veo!  —en seguida cerré los ojos para reflexionar mejor todo lo sucedido recordando cada palabra de la anciana, del como llego a su casa. Que era idéntico a Obito cuando pequeño, iguales de diablillos, energéticos. Jamás se rendían a nada, lo decidido que eran. Todo esto lo hacían ver como dos gotas de agua en uno.
Y Sabú, Sabú lo único de diferente era el color de cabello, sus alas y sin olvidar sus ojos de dragón.

Sabú: ¡Viiiiii!   

Abrí los ojos como plato al escuchar la velocidad en que ese pequeño corría de su cuarto a esta dirección, es muy pequeño para correr tanto y eso me llamo mucho la atención.....

Itachi: ¡Ya tenemos que irnos!

—¡Agua fiestas!  —Le dije con un puchero ya que ganas de irme no tenía.

Nos paramos y nos dirigimos a la puerta de salida, en cuando nos detuvimos para despedirnos.  La anciana Shimizu estaba pensativa y no nos escuchaba.

Itachi: ¡Parece que no nos escucha!   —estaba serió y con los ojos cerrados.

Planeaba decir algo pero al fina me quede callado.  Cerré los ojos y me puse a reír para mis adentró.

Itachi: ¿Pasa algo?

—¡No, no pasa nada!

Itachi: ¿Y como te noto divertido?

—¡Anciana Shimizu!  —preferí mil veces dirigirme a la otra persona que responder una estupidez.

Mi hermanoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora