CAPÍTULO 3. MI RAYITO DE SOL

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Luego de calentar la cena que me dejó Cristal en el refrigerador hago una video llamada con Celine, y ella me empezó a contar lo que sucedió con el chico de su salón y daba saltitos de alegría que hacían que dejara caer la laptop en la cama y la cámara daba en dirección a su techo.

- Lo siento - endereza la laptop y me sonríe.

- Mujer calmate, vas a terminar dañando tu ordenador.- Celine se ríe y rueda los ojos de una manera muy exagerada que me resulta chistoso.

- No es para tanto, exagerada - toma un poco del batido de fresa que tiene en su mesita de noche y prosigue con su historia, parece que este Jeremy le dió una de sus mejores experiencias porque no para de sonreír como niña a la que le compran una muñeca que habla.

- Solo diré una cosa, y es que ese tal Jeremy te respete y que te trate como debe ser o se las verá conmigo - ella me tira un besito - no me sentiría más segura sin ti en mi vida, te quiero osita. - ese es el sobrenombre que me pusó desde pequeña por que decía que era su osita de felpa para abrazarme siempre.

- Y yo a ti mi Koala - ella me regala una sonrisa y cierra la videollamada, y mis ojos se ponen llorosos al instante en que recuerdo cuando mis padres nos llamaban a ver películas en la sala, cuando nosotras estábamos jugando a las muñecas en el patio trasero. Antes soliamos hacer pijamadas en mi casa y dormiamos abrazadas, Cristal nos acompañaba siempre.

- Llegue princesa - grita mi hermana al llegar a casa y yo doy un brinco de la cama y me dirijo a las escaleras y las bajo corriendo y me lanzo a sus brazos y ella se sorprende pero me rodea con sus brazos y me aferra a ella, esa acción transmite calor a mi pecho y no puedo evitar soltar lágrimas.

- Te extrañe demasiado, eres lo que más amo en esta vida - ella ne hace mirarla a los ojos y me pasa un mechón de cabello por detrás de mi oreja y me limpia con delicadeza las lágrimas que solté.

- Y tú eres toda mi vida - noto como se le quebranta la voz y me da un beso en la frente. - traje unos regalos para ti - me separa de ella y me muestra unas bolsas de color chocolate y me dirige al sillón, me pone dos bolsas de cada lado - quiero verte abrirlas.

- No hacia falta, mi rayito de sol - decido abrir una que tenía un lazo azul, era la única bolsa que tenía un lazo en ella - que hermoso - paso las llemas de mis dedos por la tela del lazo y procedo a ver lo hay en su interior y saco una cajeta de que tamaño mediana y miro a Cristal que tiene una sonrisa de oreja a oreja - ¿qué es?

- me temo que tendrás que averiguarlo - dice señalandome la cajita.

- Que respuesta más cruel - abro la cajita y siento como mis ojos se vuelven a poner llorosos cuando veo un collar que tiene grabado el apodo por el que me llama mi hermana mi princesa tenia una corona justamente arriba de la palabra princesa - Cristal... está demasiado hermoso.

- Eres mi princesa hoy y siempre - la abrazo y ella me abraza con mayor fuerza - vamos, ven te ayudaré a ponertelo - me giro mirando al frente y levantando mi cabello para que ella pueda ponermelo.

- Te agradezco demasiado - ella me pasa otra bolsa de las que trajo y en esta había un outfit que me resultaba muy hermoso, era una falda negra de jeans que marcaba justamente la forma de la cintura perfecta, una blusa de ombligo afuera gris también era de tener un hombro al descubierto y un gorro de lana negro - nadie más que tú puede conocerme tanto y tan bien, te adoro.

- Y yo a ti, vamos quiero verte abrir las demás - abro todas las bolsas y todas son Outfits hermosos que mi hermana escogió para mi, ella conoce mis gustos por lo menos los que tenía antes del accidente de nuestros padres, pero estoy retomado poco a poco gracias a que estoy asistiendo a terapia con el psicólogo Fuster, y veo que me falto sacar algo más del fondo de la última bolsa que abrí - ¿QUE? - grito al ver mi libro favorito en el fondo, recuerdo haberle hablado demasiado de ese libro y que me resultaba muy interesante - Cristal, mucjas gracias - me lanzo a sus brazos y ambas caemos de espalda en el sillón y nos reímos de una manera muy sonora.

Perfecta ImitadoraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora