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RANMA

Akane había seguido llevando su vida, pero los dos sabíamos que tanto ella como yo estábamos a cada segundo pendiente del otro.

Los primeros días después de nuestra ruptura no podíamos ni mirarnos a la cara, pero ahora que había pasado un tiempo éramos como unos buenos amigos.

A akane nadie me había tirado los tejos, lo cual agradecía por el momento.

Sin embargo, cada día la veía más hermosa, más fuerte, y más esbelta.

Solíamos entrenar juntos todas las mañanas, incluso los fines de semana.

-escucha ranma, este sábado no podré entrenar contigo, me voy con las chicas al centro. - me dijo akane abrochándose su cinturón del mono de entrenamiento.

-nunca has faltado a un entrenamiento. - me alegraba que saliera con sus amigas, pero algo me decía que no sería una quedada de solo chicas. 

Ranma 1/2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora