Un mismo corazón

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La conocí dentro de un quirófano en ese momento éramos internas, ambas queríamos ser médico cirujano pero yo me sentía nerviosa por alguna extraña razón ahí dentro, no es que no hubiera visto como se habría un cuerpo lo había visto y practicado muchas veces pues ahí comenzábamos todos los doctores abriendo cuerpos de personas fallecidas y la verdad me gustaba ver la anatomía y el gran trabajo de nuestro organismo interno, era maravilloso sobre todo el corazón.

Estaba a punto de comenzar la cirugía, obviamente yo no estaba sola había muchas personas tras de mi y a mi alrededor pero sobre de toda las demás personas tenía una enfrente que me ponía inexplicablemente nerviosa y al igual que yo era interna, la había visto un par de veces durante los días que llevaba en el hospital pero me parecía alguien con demasiada personalidad y mirada fría, además de que siempre estaba sola, su belleza era genuina, era realmente guapa, sus ojos verdes sobre mi me ponían nerviosa y yo como boba no podía dejar de verla, luego descubrí en su mirada que había una chispa de diversión cuando sus ojos se toparon con los míos, me sobresalte cuando el médico cirujano encargado de vigilarnos dijo que era momento de comenzar la cirugía, me tembló un poco la mano cuando tome el bisturí, me sentí torpe, había abierto cuerpos pero no pude hacerlo en ese momento así que me retiré a tiempo y me hice a un lado, vi como ella me dedico una última mirada tan fría como la manera en que abrió sin dudar a la persona que estaba en la plancha, todos observamos lo bien que estaba haciendo su trabajó el médico encargado sólo dirigía de vez en cuándo hasta que terminó la operación exitosamente, al salir de la sala me sentí aliviada, sentí como si hubieran quitado un gran peso de encima sobre mi.

-Hola - me llamo la voz un tanto grave de una mujer.

-Hola - dije girando para ver de quien se trataba y me sorprendí al ver quien era.

-Me llamó Beatriz - dijo extendiendo su mano larga para estrecharla con la mía.

-Mucho gusto - dije correspondiendo a su saludo - me llamo Aileen.

- El gustó es mío - dijo sonriendo y cuando lo hizo me pareció aún más atractiva.

- Que vergüenza - dije rehuyendo su mirada.

-¿Qué te da vergüenza? - me preguntó, pero esta vez su tono de voz era más suave, para tratar de darme confianza.

- No pude hacerlo.

-Esta bien - dijo quitándole importancia - lo harás en otra ocasión o puedes elegir otra especialidad, aún estas a tiempo.

- Creo que tienes razón - dije sonriendo, por alguna razón aquellas palabras me dieron cierto alivio.

Desde aquel día comenzamos a platicar, ella siempre venía a mi y las compañeras con las que me llevaba me hacían burla para después alejarse de mi a penas llegaba Beatriz a mi lado, decían que les causaba miedo ver a esa mujer alta, delgada y de mucha presencia, se me hizo costumbre estar a su lado y si ella no venía a mi yo iba a buscarla, me gustaba su compañía y era recíproco.

Antes de tomar cardiología entre al quirófano una vez más siendo yo quien operará y dándome cuenta de que esa no era mi verdadera vocación, lo mío era el corazón y me quedé en cardiología pero con esto ver a Beatriz se hizo menos pero tuvo una ventaja, ya que cuando nos tocaba descansar unas pocas horas tuve la suerte de estar con Beatriz y como nadie quería estar tan cerca de ella yo tuve la gran suerte de quedarme a su lado durante todo el tiempo que fuimos residentes. Cuando teníamos un día libre íbamos a casa, yo dormía casi todo el día pero cuando despertaba lo único que hacía era salir con Beatriz, comer cualquier cosa que llevará muchas calorías además de ir al cine y platicar de nosotras, yo nunca me había considerado lesbiana pero tal vez si bisexual, realmente nunca tuve amoríos con nadie sólo me concentre en estudiar y alcanzar mis objetivos hasta que me topé con Beatriz, ella había logrado que la mirará de un modo diferente, la viera como a una futura pareja pero yo no sabía si Beatriz sentía lo mismo por mi, hasta que una noche en la que estábamos descansando en el hospital nos acostamos en la misma cama, hacía un poco de frío eran principios de enero así que a mi no me pareció mala la idea de acurrucarme con ella, nos acostamos juntas, alguien apagó las luces y fue entonces que sentí las manos de Beatriz tomado mi cintura y acercando su cuerpo más al mío que no rechazo su gesto, yo tuve la confianza de tomar su rostro entre mis manos, era algo que ansiaba a hacer desde hacía mucho, ella se dejó y fue entonces que me beso, yo recibí sus labios gustosa la bese ávida de sus besos y fue en ese momento que me di cuenta de que estaba enamorada de Beatriz quien me confesó en un susurró que le gustaba y que si quería ser su novia, yo fui muy feliz, no era el momento más romántico pero para mi fue el momento indicado, estar a su lado en ese momento sintiendo sus brazos alrededor mío y sus labios en mi piel me hicieron el mejor invierno y año nuevo de mi vida.


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