Capitulo 15

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La sorpresa resultó ser un coche de caballos abierto. _____ se rió encantada y Emma saltó de alegría. Kendall la condujo dentro, pero cuando estaba a punto de cerrar la portezuela, ella le dijo:

-Creo que te olvidas de algo.

El entendió a la primera y tendió la mano a su hija.

-Sube.

-Pero se supone que los novios deben ir solos -dijo Emma, dividida entre la esperanza y la tradición.

-No pensarás que no íbamos a dejarte disfrutar de tu propia idea, ¿verdad? -preguntó su padre-. Vamos.

Emma le asió la mano con ansiedad y saltó al carruaje. Se sentó frente a ellos y no dejó de mirar con adoración a _____ durante todo el camino a casa. A veces saludaba a la gente que pasaba a su lado agitando la mano como si fuera un miembro de la realeza de visita. A su paso se congregaban pequeñas multitudes que les saludaban encantados de la imagen que ofrecían los tres.

-Mi hija acertó al hacerte comprar ese vestido -dijo Kendall con una sonrisa.

-Nuestra hija -le corrigió ella con firmeza.

-Sí, nuestra hija tiene un gusto exquisito.

-Mami no lo quería comprar porque decía que era demasiado caro -le confió Emma-, pero yo dije que no importaba lo que costara -miró a su padre con cierta ansiedad-. Si es demasiado, me lo puedes descontar de las propinas.

Su padre sonrió.

-Gracias, cariño. Agradezco tu oferta, pero no la aceptaré. No me importa lo que costara. Es precioso. Y también mamá.

-Sí, está muy guapa, ¿verdad? -dijo Emma, feliz.

Después de que diera los discursos de recepción, llegaron los brindis. A Emma le permitieron dar un sorbo de champán para brindar por su nueva madre con los ojos brillantes de alegría. La imagen de aquella alegría ya hacía que todo mereciera la pena.

Un primo llamado Chaz, de quien Kendall le contó en un susurro que era el payaso de la familia, hizo un discurso tan divertido que dejó a todos los invitados riendo a carcajadas. Cuando la banda de cuatro empezó los primeros acordes, Chaz hizo una reverencia hacia Emma y la condujo a la pista.

-Estará bien con él -dijo Kendall-. Chaz es un idiota, pero buena persona. Ahora, ¿puedo bailar con mi mujer?

Mientras daban vueltas por la pista de baile, Kendall murmuró:

-Estás maravillosa. Lo dice todo el mundo.

-Tus perlas han sido el toque final -susurró ella-. No esperaba una cosa así.

-Por supuesto que te he regalado lo mejor que he encontrado. Quería que supieras que yo...

-Sí, ha sido un gran día, ¿verdad? -comentó alguien a sus espaldas.

_____ suspiró. ¿Qué habría estado a punto de decir?

-¿Hasta qué hora pensarán quedarse? -le preguntó él al oído.

-Supongo que hasta no muy tarde, pero no puedes pedirles que se vayan.

-Bueno, pues desearía que se fueran todos.

A _____ se le aceleró el pulso ante lo que podría significar. Cuando la música terminó, cada uno siguió bailando con otras parejas. _____ bailó cada baile como en un sueño. En la sala hacía calor y el corazón le cantaba ante la imagen de lo que se abría delante de ella.

La tarde transcurrió feliz. Kendall bailó con Emma, que fue enviada a la cama no sin protestar. Chaz le pidió baile a _____. Parecía estar en el final de la veintena, con facciones cambiantes y mucho encanto volátil. Había bebido mucho champán, lo que reconocía él mismo con franqueza.

Mi Mejor NOCHE DE BODAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora