Capitulo 26

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Emma alzó la vista excitada cuando entraron en la habitación y Kendall le sonrió. Era lo más duro que había hecho en toda su vida.

-¿Lista para el gran día?

Ella asintió con vigor.

-Me gustaría que fuera ya mañana -dijo.

-¿De verdad, cariño? -consiguió decir él.

-Quiero que me operen y entonces, cuando se haya acabado, me pondré mejor. Podré ir de acampada y dar clases de ballet y... y todo -miró a _____ con ansiedad-. Podré, ¿verdad, mami?

-Podrás hacer todo lo que quieras, cariño.

La niña suspiró.

-Entonces, está bien.

Kendall se cruzó con los ojos de _____ y ella supo lo que estaba pensando. ¿Cómo podría decir las cosas que quería decir, cosas que implicarían una despedida a aquella niña que estaba tan confiada en su recuperación? Mientras él se debatía con su dilema, la puerta se abrió y entró una enfermera.

-Es la hora de su sedante -dijo.

Emma tragó la píldora y se recostó. Tenía los ojos todavía abiertos, pero ya la estaba haciendo efecto.

-Buenas noches, mami -murmuró-. Buenas noches, papi.

Los dos la besaron y después se sentaron, cada uno a un lado de la cama hasta que se quedó dormida. Ella permaneció casi inmóvil durante toda la noche mientras ellos la velaban, sabiendo que podría ser la última vez.

Emma se despertó temprano.

-¿Es ya mañana? -fue su primera pregunta.

-Sí -le aseguró _____.

Kendall tomó la mano de Emma y la miró a la cara. A _____ le pareció que las palabras temblaron en sus labios, palabras que nunca había sabido cómo decir antes, pero que, seguramente, diría ahora.

Y entonces, de repente, fue demasiado tarde. Entró una enfermera seguida de otra. En pocos momentos, la maquinaria estaba en movimiento. A pesar de lo temprano de la hora, David Warfield ya estaba allí saludando a Emma con ánimo. En apariencia, era el hombre más indescriptible que _____ había visto en su vida, de mediana estatura, y una edad y colorido indeterminados. Hasta su voz carecía de personalidad. Pero el doctor Canning había insistido en que no había nadie como él en el mundo para realizar aquella operación.

Tuvo unas cuantas palabras amables con los padres de Emma, pero enseguida volvió su atención a su paciente.

-Cuanto antes empecemos, mejor -dijo.

Cuando Emma estaba a punto de ser llevada, se despidió:

-Adiós, mami. Adiós, papi.

-Adiós, cariño -dijeron los dos.

Y entonces desapareció, llevada a unas regiones donde ellos ya no la podían seguir.

-Adiós -murmuró Kendall.

-Ella no lo decía en ese sentido -susurró _____.

-Ya lo sé. Es tan valiente... y tan pequeña.

Las horas pasaron. Los dos esperaron sentados de la mano hablando de vez en cuando. Pero realmente no había nada que decir. Una vez se abrió la puerta del extremo del corredor y salió corriendo una enfermera. Los dos se pusieron tensos, seguros de que salía a comunicarles lo peor, pero pasó por delante de ellos y desapareció.

Otra hora. Dos. La enfermera que había administrado el sedante a Emma se acercó caminando despacio. Se detuvo frente a ellos.

-Lo siento -dijo con tono de delicada preocupación. Ya se había acabado. La peor pesadilla había sucedido.

Emma estaba muerta. La mano de Kendall se quedó paralizada entre la de _____ y su cara era fantasmal.

Lloren mucho ya se va a acabar la novela en unos capítulos...

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