Capitulo 20

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Después de los acontecimientos de aquella noche, _____ temía encontrar alguna tensión entre ellos y le pareció ver menos a Kendall durante un par de días. Pero entonces, Emma pilló un severo catarro y la alarma consiguiente les hizo olvidarse de sí mismos. El doctor les tranquilizó diciendo que se encontraba bien, pero la mantuvieron en la cama unos días, febril y abatida. Kendall se trajo el trabajo a casa y visitaba a Emma con regularidad para volver a su estudio y a la seguridad de la pantalla de su ordenador.

-¿No podrías quedarte un poco más para hablar con ella? -protestó _____ una noche mientras se preparaban para acostarse. Ya se comportaban con naturalidad el uno con el otro.

Kendall suspiró.

-Sigo pretendiendo hacerlo, pero no sé qué decir. He estado jugando al Trivial toda la tarde con ella.

-Sí, pero después ella quería hablar del ballet que había visto en la televisión y tú me la pasaste a mí y escapaste.

-Tú puedes hablar de ballet mucho mejor que yo -dijo él a la defensiva-. Mira, cuando esté mejor, las llevaré a las dos donde quierán. ¿Bastará eso?

-Sólo si te tomas interés en comentarlo con ella después.

Kendall enterró la cabeza entre las manos.

-Ya hemos hablado de esto antes -gimió-. Estoy haciendo lo que puedo. Pero en lo que se refiere a las palabras, yo...

-Ya sé que las palabras son duras para ti -dijo ella con más delicadeza-. Pero a menudo son palabras lo que ella quiere. Comprarle cosas es fácil. Incluso cuando quería una madre, el Gran Arreglador simplemente salió y lo consiguió. Pero podría no haber echado tanto de menos una madre si hubiera tenido un padre que hubiera estado a su lado.

-Yo le dedico mi tiempo -dijo él, furioso-. No puedes decir que no.

-Pero, ¿cuánto tiempo pasas a solas con ella, hablando de lo que ella quiere hablar? El día que yo conocí a Emma la llevaste a la feria con Tom.

-Necesitaba que Tom nos acercara a la feria para ahorrarle el paseo a Emma -se defendió él con rapidez.

-Pero me uniste al grupo demasiado rápido, ¿verdad? Entonces me extrañó, pero ahora lo entiendo.

Él suspiró.

-Bueno, ¿y de qué quieres que hable con ella? ¿Debería contarle todo lo que pienso y siento? ¿No comprendes que a veces tengo miedo de hablar con mi hija por miedo a lo que pueda escapárseme?

Ella le rozó el brazo ligeramente.

-Lo siento. Ya sé que haces lo que puedes.

-Pero no es suficiente. ¿No crees que no lo sé? No me culpes mucho, _____. Hay cosas que no puedes entender.

Ella se quedó en silencio antes de decir despacio:

-Quizá lo entienda mejor de lo que crees.

-Ya sé que quieres a Emma, pero sólo la conoces desde hace unos meses. ¿Puedes imaginarte perder a un niño que ha sido parte de tu vida durante años? Por supuesto que no puedes.

Ella lo miró fijamente.

-No tengo que imaginármelo. Lo sé.

Algo en su actitud le llamó la atención y la miró a la cara.

-¿Qué estás diciendo?. Pensé que no habías tenido ningún hijo.

-Tenía una hermana pequeña. La crié cuando mis padres murieron. Estaba cargada de vida hasta que...

Mi Mejor NOCHE DE BODAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora