XXIX

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- ¡Mocosos malagradecidos! -soltó la madre de Eunhyuk a través del altavoz-. No invitarnos a su boda, es una deshonra para toda la familia.

- Estoy de acuerdo -musitó la madre de Donghae-. ¿En qué estaban pensando?

En nada, quiso responder Eunhyuk; mientras Donghae se desternillaba de la risa al lado suyo. Era un milagro que estuvieran en Hawaii, mientras sus madres explotaban a través del teléfono; al menos la gente a su alrededor no hablaban su idioma y pasan por unos turistas más en la paradisiaca isla.

Realmente nada de lo ocurrido había sido planeado. Estaban en un viaje de descanso antes de partir hacia la nueva etapa de la gira mundial. Después de todo lo ocurrido y la declaración de Donghae frente a la psicóloga, tomaron la decisión de irse a vacaciones juntos y ver cómo fluía su relación a solas.

Fluyo de  la mejor manera, tanto que el segundo día de estar al otro lado del océano, tomaron la decisión de unir sus vidas. Aunque vivieran juntos en el apartamento de Hae, él había decidido que lo mejor era casarse que vivir en la zozobra de que algún día Eunhyuk se echara para atrás.

De modo que tres días atrás en la mañana, su novio lo había arrastrado a las oficinas gubernamentales y sin esperarse, le pidió casarse en un sitio donde los matrimonios del mismo sexo era legal. No lo dudo en ningún momento; las semanas pasadas fueron las más felices de su vida y no dudaba que en el futuro lo serían aún más.

- ¿Ya tuvieron su noche de bodas? -pregunto nuevamente su suegra-. Pero que cosas digo, seguramente estos tres últimos días no han salido de la habitación.

-Pregunten quien va arriba -sonó la voz del padre de Hyuk con una risa.

- Yo creo que son versátiles -contestó la voz de Sora con desparpajo.

- ¡No hemos hecho nada! -grito Hyuk muerto de la vergüenza-. Hemos estado trabajando en el nuevo proyecto para el concierto de nuestra sub-unidad.

Otra vez Donghae trataba miserablemente de no reírse de la cara de su esposo, su monito estaba rojo y se tapaba los ojos al escuchar su familia.

- No te burles Donghae -soltó Hyuk dándole un zape en su cabeza-. Solo queriamos que lo supieran, saben que en Corea no podremos hacerlo con la libertad que tenemos aqui.

- No se preocupe omma -medio Donghae-. Cuidare a su hijo como si fuera una perla.

- Pobre Hyuk -repuso Donghwa-. Saben que pierde las cosas a menudo. Cuidate cuñado o te dejan para siempre en esa isla.

Antes que alguien aportará algo más a la conversación, ambos colgaron la llamada con el corazón más ligero.

Su familia los amaba y nada de lo ocurrido era un error para sus seres queridos.    

;) Nos acercamos al final

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;) Nos acercamos al final. Hasta una próxima oportunidad.

Amar... sin ser correspondidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora