Capítulo 11

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- Entonces, esta noche cenas con ella - terminó de explicarle el plan Dylan a Alfred.
- No sé si funcionará - confesó sentándose en el sofá, mientras se frotaba la sien.
- Alfred - llamó su atención - no te compliques la vida, haz como yo - dijo señalándose a  sí mismo.
Dylan y Gala habían tenido una conexión increíble y, mientras él intentaba planear cualquier cosa para pasar tiempo con ella, esta pensaba exactamente lo mismo. La diferencia entre estos dos y Alfred y Bella era que, ninguno de los dos tenía pelos en la lengua y, por tanto, no iban a desperdiciar ninguna oportunidad, lo tenían clarísimo.
- No es tan fácil - se justificó el chico.
- Bella - lo imitó - ¿quieres cenar conmigo esta noche? - se rió - ¡lo ves! No te va a decir que no.
Alfred continuaba sin verlo claro.
- Tía, pero a saco eh - reía Bella mientras se volteaba en su cama para ver a Gala cara a cara.
- Sí, sí, mira que yo tengo poca vergüenza, pero este hombre ni la conoce - explicó ella mientras se retorcía un mechón de su pelo rojizo.
- Pues ya sabes, en esta isla no estamos para perder el tiempo - se levantó marchándose a la cocina para hacer la comida.
- Si guapita - gritó - aplícate el cuento entonces - se levantó para ponerse a su altura - ¿Piensas tirarte esta noche al niñato? - preguntó estallando en carcajadas ambas.
- ¡Qué poco glamour tienes, tía! - pegó en su brazo izquierdo - no sé ni siquiera lo que voy a hacer de comer, como para saber lo que voy a hacer esta noche - resopló.
- Alimentarte a base de yogurt - guiñó su amiga el ojo.
- ¿Te apetece comer yogurt? - preguntó extrañada Bella haciendo que su amiga comenzase a golpear la encimera del ataque de risa que le dio.
- No me has entendido, tía - Bella la miró con los ojos abiertos, casi casi saliéndose de sus órbitas.
La comida transcurrió entre risas y anécdotas, ambas estaban en su salsa mientras ellos continuaban planeando el cómo de sus futuras citas pensadas. Alfred no podía parar de darle vueltas al tema y a las cosas, una y otra vez, mientras Dylan intentaba tranquilizarlo haciéndole saber que todo iba a ir bien. Pero él no lo tenía tan claro.
- ¿Sabes algo de Jorge? - preguntó tras un suspiro bella mientras lavaba los platos utilizados durante la comida.
-  No - mintió la chica mientras secaba los vasos recién fregados.
- Venga - animó - ahora, dímelo de manera que me lo crea - la miró amenazante.
- Bella, creo que es mejor hablar de esto más tar
- No - interrumpió la chica - necesito saber su respuesta - dijo apagando el grifo.
La chica, con total tranquilidad, se secó las manos, dejó el trapo en el banco y fue, lentamente, hacia el sofá para sentarse en forma de indio.
- Necesito saber si seré libre, si podré vivir la vida que creo que me merezco - dejó un mechón de su pelo detrás de su oreja derecha - me siento imbécil - negó la cabeza - incluso, necesito saber si está bien, qué hace y cómo se ha tomado todo esto - respiró hondo mientras su amiga compartía mueble con ella - definitivamente, soy gilipollas - admitió.
- No Bella, tú no eres la gilipollas - la tranquilizó su amiga mientras le acariciaba las manos - el gilipollas ha sido él por perderte. No debes estar preocupada, lo más mínimo, por ese cabrón - escupió las palabras - por una persona que no ha sabido quererte, cuidarte y tratarte como merecías. Yo entiendo que necesites saber cómo está porque eres una persona buena y empática, que la gente a la que quiere le preocupa de verdad, pero él no te merece, cariño - recogió las lágrimas que rodaban por el rostro de la joven.
- Pero - sorbió la nariz.
- Pero - la interrumpió - hay un chico maravilloso que esta haciendo lo imposible para hacerse un hueco en tu vida y tú ni le das el más mínimo espacio que merece - ambas sonrieron dulcemente mientras Gala veía cómo Alfred se acercaba con Dylan hacia su ventanal - así que, ve al baño, lávate esa cara y sal a recibir a los invitados que están ahí.
Bella se levantó como si su alma la llevara el diablo, entró al baño, se apoyó en la pica, se miró al espejo y sonrió.
Se veía guapa y feliz, no sabía si era por el chico que estaba escuchando entrar a su salón acompañado de su amigo, pero lo que sí que tenía claro era que definitivamente iba a dejarse llevar por los impulsos que gritaban por salir de su interior.
Salió del baño a su habitación, se miró en el enorme espejo que sostenía la puesta se armario, se soltó el pelo y sonrió otra vez.
Llevaba un vestido suelto hasta las rodillas de color crema, que hacía que resaltase el moreno que estaba cogiendo estos días, e iba descalza como su amiga pero, aún así se veía muy estilizada. Se colocó de perfil y frunció su vestido viendo cómo ya no había rastro en su abdomen de lo más maravilloso que le había pasado en su vida. Acarició su vientre con suavidad mientras su cara cambiaba completamente, ya no sonreía.
Unos golpes en la puerta, indicando que querían su atención, la hicieron despertar del mundo en el que había estado los segundos restantes.
El pelirrojo de Gala asomó por la puerta ordenándole a la chica que saliese  que Alfred quería ir al baño.
Esta abrió completamente la puerta de su habitación saliendo para indicarle al chico que estaba libre el baño para que entrase.
Estuvieron apenas cinco minutos hablando cuando el chico volvió a aparecer por el comedor escuchando la conversación que estaba a medias:
- Entonces 21:30, no? - preguntó Dylan - pasamos a por vosotras y vamos al restaurante - explicaba mientras le hacía un gesto a Alfred para que se acercase.
- Perfecto - respondió Gala bajo la atenta mirada de Bella.
- Pues ya estaría, nosotros vamos un rato a descansar, os dejamos, vamos Alfred - despertó al chico que se había quedado pasmado ante las palabras de su amigo - adiós - susurró cerca de los labios de Gala cuando esta se levantó con ellos para después besarlos.
Bella se quedó sin saber qué decir, sabía que su amiga no conocía la vergüenza pero, de ahí a ser tan directa. Bella miró a Alfred para ver su reacción que fue exactamente la misma que la suya. Cuando cruzaron miradas ambos rieron ante la escena que les estaban ofreciendo sus amigos. Alfred, por su parte, tosió para hacerles ver la incomodidad de ese acto para ellos aún así, Dylan y Gala aparentaron total normalidad cuando rompieron el beso.
Durante el resto de la tarde, Bella y Gala se prepararon para la cena, se ducharon, eligieron modelito y se arreglaron para la ocasión. No querían hacerles ver a los chicos que estaban deseando quedar, pero la verdad era que las ganas podían con ellas.
Al igual que ellas, los chicos también se mostraron nerviosos aunque, lo que les deparaba esa noche no entraba, para nada, en los planes de Bella y Alfred.
- ¿Vamos? - preguntó Bella entrando al salón después de echarse perfume en su habitación.
- No creo eh - dijo una Gala ya lista mientras se retorcía en el sofá.
Bella se agachó preocupada a su lado mientras se terminaba de colocar los pendientes que pensaba lucir esa noche.
- ¿Qué te pasa? - dijo preocupada la chica.
- Creo que me ha sentado algo mal - respondió apenada mientras hacía un gesto para restar importancia - tú tranquila, ve allí que ya estarán esperando y les explicas que estoy enferma - se volvió a retorcer.
- Tía, no te voy a dejar aquí sol
- Vete Bella - la interrumpió - sé que para ti es importante esta cena, no hay más que ver cómo se te iluminaban los ojos esta tarde mientras te preparabas, ve y disfruta chiqui - le acarició el pelo mientras intentaba recomponerse.
- Voy a estar atenta al móvil, cualquier cosa me llamas, ¿vale? - le advirtió esta mientras le mostraba su preocupación.
- Está bien - repsondió con pesadez - y disfruta, pequeña - le dio un beso y marchó hacia el restaurante.
Estaba a unos escasos quince minutos dando un paseo pero ella llegó en menos de diez porque iba con quince minutos de retraso. Al entrar, un mesero muy amable se dirigió a ella y la acompañó a una mesa donde la estaba esperando un Alfred mirando el móvil.
- perdón por la tardanza - dijo agitada llamando la atención del chico mientras se sentaba - ¿ya habéis pedido algo? - preguntó cogiendo rápido una carta e intentar ponerse al nivel.
Alfred sonrió, estaba hipnotizado por Bella, cada vez que la veía era distinto, un lugar diferente, un motivo distinto pero, siempre tenía el mismo sentimiento, su corazón se aceleraba de la misma manera y sentía la misma adrenalina que tenía segundos antes de salir a un escenario.
- ¿Alfred? - dijo despertándole de su ensimismado sueño.
- Eh, no, te estaba esperando - dudó - bueno, os estaba esperando ¿y Gala? - preguntó mirando hacia atrás buscándola.
- Se ha puesto enferma - explicó empezando a dudar - ¿y Dylan?
- También se ha puesto enfermo - dijo con picardía.
El silencio se hizo entre ambos para romperlo con una carcajada. Dylan y Gala se las había jugado.

"Espero que te lo pases muy bien, pedazo de zorra, dale un beso a Dylan de mi parte"

Le puso Bella a Gala por Whatsapp.

"Tranquila, espero pasármelo genial, tienes vía libre en casa. Ah, que no me entere yo que te lo pasas menos bien que yo, eh"

Vio la foto que le había mandado Gala con Dylan, rió ante sus amenazas y guardó el móvil para ver a la luz que desprendía el chaval que tenía enfrente y con el que iba a compartir, mínimo, velada.
Porque sabía a lo que su amiga se refería y sabía que ya iba siendo hora de dejarse llevar por sus sentimientos.
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Hola ¿qué tal? Mi nombre es Bidunett y me vuelvo a presentar porque hace tropecientos años que no me pasaba por aquí.
Pero, ¡YA ESTOY DE VUELTA!
Y con un MARATÓN
Durante esta semana iré subiendo más capítulos de lo habitual para compensar estas dos semanas de sequía. Entre Arenal Sound y  verano no he podido escribir NADA pero, eso ya no es problema.
Bueno, el siguiente episodio viene CAR GA DI TO jejeje
¿Qué pensáis que pasará?
Podéis comentarme lo que queráis por Twitter: @ ekalbii que, no importa si llueve, truena o pedrega que yo voy a estar ahí jajaja
¡Un besazo! Y ¡hasta pronto!

CREMAWhere stories live. Discover now