Part of Me ❦ [Grizz Visser; The Society]

03. cuídate.

     La mañana siguiente me levanté temprano, unos minutos después de Helena, pues mientras me estrujaba los ojos sentada en la cama, pude oír el agua cayendo de la ducha en el baño de su cuarto. Al darle un vistazo rápido a la habitación, conseguí mi mochila recostada en una de las sillas. La tomé y me la puse en el regazo mientras volvía a sentarme en el borde de la cama. Extraje una muda de ropa, mi peine y una toalla y los acomodé en una orilla para luego dirigirme al baño del pasillo.

      Antes de meterme a la ducha le di una rápida revisión a mi celular. Sin datos, ni wifi, y ningún mensaje de mi padre; solo una llamada perdida de Grizz, que obviamente no estuve interesada en devolver.

      Traté de no pensar mucho mientras me enjuagaba el cabello en mi champú de lavanda que guardaba en casa de Helena, por casos de emergencia como éste. Mi padre no había dado señales de vida, pero tal vez estuviera ocupado haciendo su trabajo, si era cierto que los habían evacuado por el olor; las últimas semanas estuvo trabajando tiempo extra, coordinando entre la señora Bingham y el señor Eliot una manera de solucionar el problema. Por otro lado, no pude evitar pensar en Grizz. 

      Ebria como estaba, aún podía recordar lo que hablamos y lo que pasó. Y ese beso, dios mío, qué beso. De recordar su boca sobre la mía y en mi pecho, me recorría un escalofrío. ¿Conocen esa sensación de haber esperado tanto por besar a alguien que cuando finalmente lo haces, sientes que podrías morir en paz? Algo así podría haberme sucedido, si no tuviera tantas ganas de obtener más.

      Y estaba la cuestión de lo que me había dicho, eso de que solo lo besé porque era quien estaba más cerca, que no me gustaba él en realidad. Pues si hablamos de gustar, Grizz siempre me había atraído físicamente, incluso como persona lo encontraba simpático, inteligente y diferente al resto de sus idiotas amigos, pero nada más, nunca me lo había planteado como una posible cita o había estado estrictamente enfocada en él. Así que por más cruel que suene, podríamos decir que sí, si él no hubiese estado allí y alguien soltero, como Will o Shoe hubiese estado dispuesto a tomar esos shots de tequila conmigo, habría terminado usando a esa persona.

      Esa era la verdad, pero aún no entendía por qué eso tenía que molestarle a Grizz. No es como si fuésemos algo.

      Salí de la ducha y después de echarme desodorante, mi porción diaria de crema humectante en el cuerpo, me vestí con unos jeans ajustados, una camiseta negra sin mangas y encima un suéter gris de mangas largas que me llegaba hasta la mitad del estómago. Estaba desenredando mi cabello húmedo frente al espejo cuando Helena tocó la puerta.

— ¿Vee? Acabo de recibir un mensaje de Luke, iba saliendo del pueblo y ocurrió algo. Quiere que lo veamos en el puente —me informó, con la voz un poco temblorosa—. Ahora mismo.

      Fruncí el ceño y despues de dejar la toalla estirada, abrí la puerta. Helena vestía una de sus faldas a cuadros, camisa y tenis, y estaba recostada de la pared con los brazos cruzados, una expresión preocupada el rostro.

— ¿Qué sucede? —pregunté lentamente, empezando a tener la misma sensación amarga de cuando habíamos regresado al pueblo.

—No lo sé, no entiendo nada. Solo dice que es urgente —suspiró ella, negando con la cabeza—. Vamos, te preparé algo de café.

      Asentí, algo aturdida, y luego me acerqué a Helena y la envolví en un corto abrazo, pero lleno de confianza. A veces ella tenía que darme seguridad, y otras tenía que ser yo.

—Quita esa cara, todo estará bien. —levantó el rostro y me ofreció una sonrisa tímida. 

[...]