29. el dilema.

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— ¿Sabes que yo iba a hacerlo?

     Levanté la cara, antes apoyada en la almohada, para mirar a Grizz, con los ojos entrecerrados y somnolientos. Tenía las manos detrás de la cabeza y su pecho estaba despojado de su camiseta, que ahora yo llevaba encima. La habitación estaba fría gracias al ambiente de noviembre y sólo debajo de la cobija conseguía calor, sin embargo la sensación de las sábanas heladas contra mi rostro era agradable. Contuve un bostezo al tiempo que me acurrrucaba como un gato junto a Grizz, que a diferencia de mí se había colocado solo un boxer, y volvía a cerrar los ojos, mi frente apoyada en su hombro.

— ¿Ah, sí?

—Sí —confirmó; y su voz era un susurro—. Quería decírtelo desde hace varios días, pero temí que...

—Fuera a enloquecer.

—Sí —repitió—. Pero me decidí cuando fui con Luke a buscar el anillo. No es que quiera darte uno, sino que él dijo algo acerca de cómo te ve quien te ama.

Sostuve la cobija más cerca de mí— No te veo de ninguna forma, sólo cómo eres: increíble.

Una risa ronca lo hizo vibrar contra mí.

—Sí, justo así —hizo una pausa—. No siento que sea tan increíble, pero tú sí. Cuando me ves con esos lindos ojos azules... sé que tienes esperanza, que crees en mí. Y yo te amo por lo que me haces sentir cuando me ves así.

— ¿Eso no es un poco ególatra?

—Tal vez; pero no te amo sólo por ello —continuó con tono claro y limpio—. De todos modos, como no encontraba las palabras, pensé en escribirte una carta... Así podría dejarte a solas para que lo procesaras.

Sentí una mano suya deslizarse por mi cintura. Encantada por la propuesta, me di vuelta para que pudiera abrazarme y pegar mi espalda a su pecho. Entrelacé mis dedos con los suyos a la altura de mi estómago. Su piel desprendía calidez contra la mía, que era tan fácil de congelar ante la mínima brisa, y me sorprendí ante lo fácil que era sentirme cómoda y relajada entre sus brazos.

—Lamento que hayas temido que yo fuera a enloquecer.

—No te preocupes, Vee —lo oí bostezar—. Ahora vamos a dormir, ¿sí?

Reí por lo bajo ante su voz somnolienta. Pero lo acompañaba en las ganas de descansar, por lo que me acurruqué mejor en su pecho y dejé de hablar.

***

     El informe de Allie sobre lo que había sucedido con las personas que enfermaron, como lo que lo causó y las medidas para evitarlo en un futuro, se hizo al día siguiente. Me sentía mucho mejor y aunque mi cuerpo se regocijó en esas horas de descanso sin hacer nada, tenía claro que cuanto antes volviera al trabajo, mejor sería. Las decoraciones de Acción de Gracias aún colgaban de las paredes de la iglesia, como las guirnaldas y los banderines, igual que las mesas vacías de platos y cubiertos. Allie subió al primer escalón del estrado y el resto se organizó frente a ella, algunos de pie, y otros sentados en sillas o el borde de algunas mesas. Yo había tomado un lugar junto a Helena, puesto que Grizz y Luke debían cubrir sus turnos.

No hubo risas por ningún lado; el pueblo entero miraba expectante a Allie, intrigados por su declaración oficial acerca de la noche que había mantenido a la mayoría en vela. Y cuando por fin habló, esperamos en silencio hasta la parte crucial: lo que nos había enfermado. Yo ya lo esperaba, después de todo, en días anteriores mi novio estuvo registrando ciertas casas en busca de lo que pudiera haber sido. De la opción más lógica.

Part of Me ❦ [Grizz Visser; The Society]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora