31. el odio une a las personas.

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— ¿Así que pudiste arreglar las cosas con Grizz?

     Me quité las manos de la boca, donde las tenía para intentar calentarme los dedos con mi propio aliento, y le eché una mirada a Helena por encima de mis pestañas. Íbamos caminando alrededor del pueblo sin un destino fijo, esperando que dieran las cinco para el debate de la iglesia.

—Al menos no estamos molestos —me limité a decir.

      A pesar de haberme disculpado, y de poder entender perfectamente a qué se refería Grizz con "todo lo haces sola", realmente dudaba que fuese algo que yo pudiese cambiar. Para poder compartir alguna idea importante con él, debía venirse madurando un tiempo en mi mente. No podia conversarle de todo lo que me hiciera titubear, ni tenía intenciones de hacerlo. Sin embargo, yo sabía que no era el momento ideal de discutir sobre ello. Ya habría tiempo, si era necesario, cuando volviese.

— ¿Luke y tú aún no solucionan nada? 

      Helena, envuelta en su abrigo gris y con la mirada fija en el suelo, se limitó a encogerse de hombros.

—Tuvimos una conversación bastante patética ayer por la noche. Ni siquiera nos hemos casado, pero dudo que vaya a dormir hoy en la casa —masculló con voz débil—. Y tal vez ni siquiera nos casemos —bufó.

—Oye, pero ¿qué dices? —la detuve tomándola del codo. La mirada de Helena se alzó hacia mí, y se hallaba inundada de desesperanza. Un halo rojizo le bordeaba los ojos. Fruncí él ceño, profundamente extrañada ante su aspecto—. Helena, tú y Luke son como... la pareja. Ya verás que todo se solucionará. Él te adora. Deberías haber visto la manera en que te miró cuando anunciaste que se casarían.

      De sus labios brotó un ruido extraño, entre risa y suspiro. Pareció reconfortada por mis palabras, aunque creo que eso me alivió más a mi que a ella. Después de todo, yo había visto de primera mano lo devota que era mi amiga con su relación, y el que dudase de su estabilidad era simplemente inconcebible; como alterar el orden en el universo.

      Helena asintió con la cabeza, reafirmando mis palabras, y se limpió con el pulgar la única lágrima solitaria que había conseguido escapar.

—Respecto a otros temas —empecé, para distraer su mente—. He pensado que después del debate podríamos hablarle a Allie de la situación de Elle. Sé que le dimos su espacio, y honestamente Allie también estaba muy ocupada preparando su discurso, pero ahora es el momento. Hay que hacer algo para protegerla de Campbell.

—Heaven... En realidad no sé dónde está Elle —me detuvo Helena. Habíamos parado en medio de la calle y alcé una ceja en su dirección—. Sé fue hace dos noches y no he podido encontrarla. Sé que no está con Campbell, porque la habría visto. 

      Mi corazón dio un vuelco súbito— Dios mío, Helena, ¿y qué si se tiró de un puente?

— ¿Qué? ¡No! —Helena negó—. Me dejó una nota. Dijo que iba a resolverlo sola.

—Sí, ¿pero qué si le pasó algo? —insistí.

      Helena miró a ambos lados de la calle, antes de volver a mí. La verdad, yo sólo tenía ganas de irme a dormir por varios días. Los problemas y preocupaciones se iban acumulando uno tras uno y parecían pesar cada vez más sobre mis hombros.

—Tú lo dijiste, ¿no? Hablaremos con Allie después del debate.

***

     Helena fue la encargada de mediar el discurso (como era de esperarse), así que se dispuso una pequeña mesa para ella entre las de Allie y Harry, los únicos postulados. Yo tomé asiento en la segunda hilera de bancos detrás de donde estaba Allie, para poder verla mejor. Se veía calmada, sin embargo, y había repasado su discurso varias veces, por lo que confiaba en que todo le saldría bien. Helena lanzó una moneda  al aire y Harry resultó elegido para iniciar el debate.

Part of Me ❦ [Grizz Visser; The Society]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora