Part of Me ❦ [Grizz Visser; The Society]

22. una gran decision.

22

     Decir que la declaración de Dewey había alterado las cosas era ser condescendiente. El pueblo entero se convirtió en una olla a punto de hacer ebullición. Mientras que unos maldición a Dewey y aseguraban que siempre les había parecido un bicho raro, otros comenzaron a especular sobre qué haría Allie respecto a él y Campbell. Nuestra nueva líder no se había pronunciado después de la última sesión, ni una sola palabra había dicho acerca del destino del pelirrojo ni sobre el arresto del mayor de los Elio.

     La noche del segundo día, justo después de enviar un mensaje a Sam, me encontré rodeada de mis amigas en la sala de la casa de Helena, que ponía en el televisor una repetición de Mean Girls. Como no estaba de ánimos para nada después de su derrota en el juicio, subió y nos dejó con la película y un tazón de galletas y palomitas de maíz.

— ¿Han oído algo de lo que sucederá con Dewey? —preguntó Madison, en medio de la escena donde Regina George hacia tendencia de las camisetas con dos agujeros.

— ¿Grizz no te ha dicho nada? —agregó Olivia entonces, echándome una corta mirada. No compartíamos palabra desde la noche que nos acostamos juntos en su casa, y si Liv seguía interesada en mi novio estaba desde hacía mucho antes de que comenzamos a salir, seguramente se había dado cuenta por sí sola de nuestro distanciamiento.

—Sólo que Allie no ha decidido —mentí; eso era algo que todos sabíamos.

— ¿Y qué pueden hacer, en realidad? —bufó Gwen—. En casa lo condenarían a varios años de prisión.

—Tal vez fianza después de unos años —terció Erica.

—Excepto que no estamos en casa —recordé, montando los pies sobre el sofá—. Y no podemos darnos el lujo de mantenerlo encerrado.

     Erica dió pausa a la película y se giró hacia mí con el ceño fruncido— ¿Qué quieres decir?

     Solté un suspiro.

—Nada, y de nada sirve hacer suposiciones. Es mejor sólo esperar a que Allie decida.

—No, espera —Madison me frenó. Parecía curiosa— ¿Qué ibas a decir?

     Me removí en mi lugar, tratando de lucir incómodas ante su interés en mi respuesta. 

—No les gustará mi opinión respecto a Dewey, chicas.

     Olivia hizo un sonido ahogado, como sorprendida.

—Heaven, no estarás pensando...

—Tú crees que deberían ejecutarlo —dijo Gwen con tono serio, como si fuera una afirmación tan simple. Era normal que se diera cuenta, siempre había sido la más fría, o cínica, de todas nosotras.

     Alcé la mirada hacia ella, agradecida de que me diera pie para explicar mi posición. Si otros tantos irían por ahí sembrando semillas de discordia e inconformidad, me parecía que yo tenía una idea muchísimo mejor que germinar dadas las circunstancias.

—No creo que deberían, creo que es la única opción viable —expliqué con severidad—. Escuchen, amigas, a todas se nos erizó la piel del miedo cuando oímos la declaración de Dewey, ¿cierto? Había odio en su voz, repulsión de verdad, no era pasajero ni movido por el calor del momento. Si lo dejan libre, ninguna de nosotras estará segura. Y si queda encerrado, entonces él no hace nada mientras nosotros nos partimos la espalda para sacar a este lugar adelante. Casi como una indulgencia.

     Las causas de mi resolución eran mucho más profundas que esa, pero la única persona a la que tenía que exponerlas a fondo era Allie.

—Ninguna de las dos opciones suena bien —notó Olivia bajito, viéndose las manos con pesar.