Max, El y Will desayunaban juntos aquella mañana mientras hablaban sobre lo genial que fue su fiesta de pijamas.
— Buah chicos tengo que venir más veces a vuestra casa. ¡Me lo pasé tan bien anoche!
— ¡Yo también! Nunca había estado en una fiesta de pijamas pero lo de ayer fue increíble. Y jamás habría pensado que me gustaría pintar las uñas. —dijo el chico de pelo castaño.
— Y que se te daría tan bien, mira. —la pelirroja le enseñó las uñas que Will le pintó anoche. Eran unas uñas azules impecables decoradas con unas flores blancas. Eleven mostró las suyas también, estas estaban teñidas de un color rubí precioso y con estampados de todo tipo.
— Enséñanos las tuyas Will —dijo su hermana
El chico torció el labio y mostró sus manos. Las chicas parecían confusas.
— ¿Por qué ya no las tienes azules? Te las pintaste ayer, ¿cierto? —preguntó Max
— Sí pero me he quitado la pintura antes de desayunar.
— ¿Por qué?
Había una razón, pero Will no estaba preparado para contestarla. Se sentía súper avergonzado en ese momento. Quería decirles la verdad, pero no podía ser ahora. ¿Qué pensarían de él? Así que inventó una excusa rápida.
— Solo me lavaba las manos y se me quitaron con el jabón.
La pelirroja arqueó la ceja, abrió la boca como si fuera a responderle pero al final no dijo nada.
Después de desayunar, Max y Will cogieron sus bicicletas para ir al centro, dónde estaban todas las tiendas y establecimientos de ocio. Ahora que el StarCourt estaba prácticamente destruido los comercios se trasladaron al Centro. Antes de que se marchasen Joyce abrió la puerta de casa y se acercó a ellos.
— Chicos, si queréis os puedo llevar yo. Hoy tengo que ir a trabajar así que no me cuesta nada y podréis llegar antes.
Los niños asistieron. En realidad estaban cansados y no tenían ganas de pedalear. Anoche no pararon de bailar y no es que se hubieran acostado demasiado pronto.
El castaño y la pelirroja se montaron en el coche. Joyce y los chicos se dirigían hacia el centro cuando Max preguntó.
— El no estará sola toda la mañana, ¿verdad? No creo que sea bueno para ella estar sin compañía demasiado tiempo.
— No te preocupes cariño, Jonathan llegará a casa pronto. Él cuidará de ella si le pasa algo. —dijo la madre Will.
La chica suspiró aliviada. Se preocupaba mucho por su mejor amiga. Will lo reconocía. Le recordaba a su relación con Mike. Él siempre le pregunta si está bien y si algo va mal hace lo que sea para que se sienta mejor. Alguna vez pensó que le decía todas esas cosas porque lo que tenían era más que amistad, pero después de ver su relación con Eleven vio que estaban realmente enamorados. Mike siempre pensaba en ella, hablaba de ella, quería estar con ella... Fue entonces cuando se dio cuenta de que los sentimientos de Mike por Eleven eran los mismos que los de Will por él.
Cuando empezaba a pensar en el chico de pelo azabache no podía parar. Entraba en bucle. Se veía sumergido el un mar de sentimientos buenos y malos y estaba en un momento de su vida en el que o cogía fuerzas y nadaba o no hacia nada y dejaba que estos le hundiesen. Will intentaba hacerse el fuerte pero siempre acababa ahogándose en aquel océano.
Sin darse cuenta Max y él ya estaban en el centro de Hawkins. Se dirigieron hacia el cine. Habían quedado para ver una película con sus amigos y luego iban a tomar unos helados. Dustin, Lucas y Mike ya estaban allí.
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SUMMER 1985: ❝una historia de Will Byers❞ [COMPLETA]
FanfictionDespués de haber derrotado al Azotamentes, la vida en Hawkins vuelve a la normalidad, y nuestro peculiar grupo de amigos podrá disfrutar de lo que queda de verano. Todos menos el protagonista de esta historia que tendrá que lidiar con su nueva vida...