Final alternativo.

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Acababa de caer Gavroche, Dafne se sentía entumecida, pudo abrazar su pequeño cuerpo una vez más. Cuando el voluntario se llevó a Gavroche, probablemente a dejarlo junto al cuerpo de Eponine, Dafne se dejó llevar por un impulso, cogió su pistola y escaló por la barricada; escuchó a Combeferre llamar a Enjolras, y escuchó a Enjolras llamarla y subir por la barricada tras ella, pero Dafne estaba cegada por la rabia. Enjolras consiguió alcanzarla y la abrazó, obligándola a bajar de la barricada. 

- Voy a matar a esos hijos de puta. - Todavía entre lágrimas, maldecía a aquellos hombres, juraba que les mataría por haber matado a un niño.

- Dafne, no hagas tonterías, por favor. - Enjolras gritó mientras tiraba de ella hasta bajarla de la barricada.

- ¡Esto es tu culpa! - Gritó a Enjolras, todavía lloraba. Sus mejillas ardían, sus ojos le escocían, algo en el corazón la estaba matando, la ira se apoderaba de su cuerpo. - ¡No tenías que permitir que se uniese! ¡Era un niño! - Tiró el arma y se apartó de la barricada y comenzaba a caminar por una de las calles libres de soldados. Dejó a Enjolras destrozado, pero se estaba yendo, entonces sobreviviría. Un estúpido pensamiento apareció por su cabeza, Dafne volvía a escapar de Apolo. Suspiró y volvió a la barricada al escuchar al oficial gritar.

- ¡Pueblo de Francia escuchádme! ¡No tenéis ninguna posibilidad, no malgastéis vuestras vidas!

- Vamos a morir frente a nuestros enemigos, pero hágamosles sangrar mientras podamos. - Se giró Enjolras hacia los estudiantes.

- Hagámosles pagar por cada hombre. - Dijo Courfeyrac que continuaba afectado por la muerte de Gavroche.

- ¡Dejémos que otros se levanten para ocupar nuestro lugar hasta que la tierra sea libre!- Gritó Enjolras apuntando con el arma. - ¡Cañones! - Gritó el oficial haciendo retumbar la tierra.

Los disparos comenzaron, varios soldados cayeron pero también los estudiantes comenzaron a caer. Bahorel fue el primero. Feuilly también cayó, y después Bossuet. Se quedaron sin pólvora, ahora la única opción era sobrevivir el mayor tiempo posible. Jehan golpeaba en las puertas, suplicando que alguien abriera y les escondieran, pero nadie contestaba. Jehan también cayó, todos los que quedaban, por orden de Enjolras subieron al Musain.

Dafne paró, miró hacia atrás, había oído todos los disparos. ¿Qué estaba haciendo? Se preguntó antes de correr de vuelta la barricada, sus piernas le temblaban, el estómago estaba revuelto, su corazón parecía que iba a explotar pero ella no paró de correr. El olor a metal y a pólvora invadían la barricada, vio como el voluntario se llevaba a Marius que sólo estaba herido, vio a sus amigos muertos; Jehan, su dulce Jehan, estaba cubierto de sangre. Escuchó disparos en el Musain. Entró corrió sobre la madera y las botellas rotas, subió otra planta más. Courfeyrac, Combeferre y Joly también estaban muertos. Corrió a la planta de arriba con miedo de encontrar a Enjolras muerto. Pero vio a Grantaire correr hacia un grupo de soldados que rodeaban a Enjolras.

- ¡Matadme con él! - Gritó abriéndose paso entre los soldados. Él se juntó a Enjolras.

- Todavía podéis arrepentiros. - Dijo el oficial.

- Viva la república. - Sin duda era la voz de Enjolras, los soldados cogieron las armas, se preparaban para dispararles.

- ¡No! - Dafne empujó a algunos soldados, uno de ellos la agarró pero todos podían oírla, todos la miraban. El oficial la miraba, Grantaire la miraba y Enjolras, agradecido de poder verla una última vez, también la miraba. - No les matéis, por favor.

- ¡Es un traidor! - El oficial hizo justicia a su cargo y se puso firme frente a la joven.

- ¡Es mi prometido! - Dejó de mirar al oficial para girarse a Enjolras. - Por favor, Enjolras, no lo permitas. No me dejes sola, por favor. - Lloró mientras el soldado la sujetaba.

No fear, no regretDonde viven las historias. Descúbrelo ahora