Yaiza.
El resto del día pasó más o menos normal, después de felicitar todos a Abi la llevamos abajo y nos comimos el pastel que habíamos preparado para ella el día anterior. Luego nos las arreglamos para hacer una "fiesta" en el salón. Fue increíble.
Lo único raro era que Alba estaba un poco distraída, no paraba de mirar el reloj que llevaba en la muñeca, como si estuviera esperando a algo.
Alrededor de las 20:00, la pequeña rubia dijo que iba arriba un momento, y luego bajó guardándose el monedero. Me acerqué a ella extrañada.
-Alba- ella me miró confundida- ¿a dónde vas?
Se puso visiblemente nerviosa.
-Ehm...- tartamudeo- voy un momento al bar que hay en el pueblo, el gordo de Niall se ha terminado los nachos y se ha bebido más de la mitad de las cervezas.- terminó sonriendo hacia mí. Dudé un poco pero al final la dejé ir, más que nada porque Laura me llevó prácticamente a rastras hasta dejarme frente a Harry, quien estaba medio borracho de tanta cerveza, tan borracho estaba que me dejó cortarle el pelo, CORTARLE EL PELO, seguramente me querría matar después, ya que se lo estaba dejando crecer para luego donarlo, pero creo que con lo que tenía ya era más que suficiente.
Cuando salí del baño- llena de pelos, que parecía el mismísimo yeti- fui a la cocina y me eché un poco de Coca-cola en uno de los vasos que había en la encimera. Y ahora no encuentro los hielos, simplemente genial, pues a mi la Coca-cola calentorra no. Cojo uno de los vasos que ya esta lleno y le saco cuatro hielos para luego echármelos a mi. A pocos metros de mí están Laura y Calum comiéndose la boca el uno al otro, a María y a Louis no les queda nada para lo mismo, y Lucía y Niall están muy acaramelados. El móvil me vibra en el bolsillo y lo saco, es una mención de Twitter, de la perra de Ashley, tiene las tetas más grandes que su cabeza, y encima se compra sujetadores tres tallas más pequeños, por lo que tiene las tetas a la altura del cuello, me extraña que pueda respirar. Es un tweet mencionandonos a todas, y con una foto adjunta. Espero a que se cargue y... Oh Dios mío.
La fotografía es de Cameron prácticamente tirandose a una pelirroja más de plástico que de piel, y a todas las pijas de la clase -junto con los populares- de fondo levantando sus copas llenas de lo que seguramente será vodka, orujo, o cualquier bebida alcohólica con más de 70%.
Como Andrea vea esto le da. Salgo corriendo de la cocina hasta el salón, buscando a la chica como si la vida me fuera en ello. La encuentro de pie, en medio del salón, quieta, con la boca abierta de par en par y los ojos que casi se le salen de las órbitas.
Mierda.
Andrea.
Esta noche está yendo genial. Creo que no me lo he pasado tan bien nunca. Durante lo que llevamos de fiesta he bailado con todos, y eso incluye a Zayn, que básicamente lo que hizo fue restregarse contra mí, pero estaba tan borracha en ese momento que me dejé llevar.
El ya conocido pajarito de las notificaciones de Twitter resuena en mi bolsillo. Lo saco y abro la aplicación.
No puede ser.
¿Cómo ha podido hacerme esto? No lo entiendo. Confié en él, ¿y así es como me lo paga?
Siento como el mundo se me cae encima, pero no lloro. Me limito a quedarme quieta, con la boca y los ojos abiertos de par en par.
Siento que alguien me abraza, por el perfume se que es Yaiza, sigo quieta, mirando a la nada, esperando que esto sea un estúpido sueño del que voy a despertar, pero no es así, ahora noto como las lágrimas caen por mis mejillas.
Alba.
Salgo de casa y me meto en el coche antes de que alguien tenga la oportunidad de notar mi ausencia.
Arranco y voy hasta la estación de autobuses, aparco el coche -Laura vendrá a recogerlo mañana- y me meto a la estación, donde el bus está a punto de salir.
Me subo a este, y me siento en un sitio pegado a la ventana. Saco el móvil, me pongo los cascos y pongo reproducción aleatoria. Suena "Say something" de Christina Aguilera.
Genial, la canción perfecta para este preciso momento.
A los pocos minutos me quedo dormida apoyada contra la fría ventana de cristal.
Un golpe en mi cabeza me despierta, el autobús a frenado, ya estoy en casa. Cojo mi maleta y bajo, salgo a la calle, donde está Nash vestido con el pantalón del pijama, una sudadera de Nueva York y un beanie gris. A su lado se encuentra Paloma, mas "arreglada". Lleva unos jeans negros ajustados, un jersey con colores militares y unas botas negras.
Nada más verme se lanza a mis brazos, gritando un montón de incoherencias que no logro entender.
-¡Dios!- se aleja un momento para mirarme a los ojos- ¡No sabes cuánto te he echado de menos guarra!- me vuelve a abrazar con fuerza.
-Es que sin mi tu vida no tiene sentido- río mientras enrosco mis brazos alrededor de su cuerpo.
-Eh- se queja Nash- ¿y yo qué?- pregunta poniendo un pucherito.
-Lo mejor para el final, ¿no?- me acerco a el y paso mis brazos por su cintura aplastándole contra mí. He echado mucho de menos a este imbécil, tengo tantas cosas que contarle... y sólo un día para hacerlo.
Nos separamos y empezamos a caminar hacia el coche. Mientras tanto yo le envío un mensaje a Laura para que sepa que estoy bien.
*Ya he llegado, estaban Nash y Paloma esperándome, ya os echo de menos :( estaré bien tranquila. Te quiero :) ♡*
Paula.
Salgo del cuarto intentando colocarme el pelo, detrás de mi sale Luke en las mismas condiciones, todo despeinado y con los labios hinchados y rojos.
Me dirigo a mi cuarto a mirarme al espejo y poder ir en condiciones, pero tengo que pasar por las escaleras y algunos están ahí, así que me meto al baño y cierro echo el pestillo.
Me giro al espejo y empiezo a arreglarme el pelo, pero un zumbido me desconcierta. Miro alrededor hasta ver un móvil encima del radiador. Es el de Laura, solo ella le pondría a un IPhone una funda de AC/DC.
Cuando llega un mensaje nuevo, la pantalla se enciende sola dejando ver qué te ha mandado, y no puedo evitar mirarlo. Es un mensaje de Alba... ¿pero ella no estaba aquí?
*Ya he llegado, estaban Nash y Paloma esperándome, ya os echo de menos :( estaré bien tranquila. Te quiero :) ♡*
¿Que cojones está pasando aquí?
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For you |Michael Clifford|
Teen FictionAlba es una chica normal, la típica de barrio medio, ni rica ni pobre, no puede quejarse de tener una mala vida, pero tampoco puede decir que sea perfecta. Su pasado es una mierda, un agujero negro del que logró escapar y del que no quiere volver a...