Me despierto con el cuerpo adolorido, definitivamente dormir en el auto nunca ha sido una buena opción, pero finalmente cuando no tienes remedio ya que tu mejor amigo no conoce de los famosos "matorrales", esto es lo que hay que soportar.
Apago la radio y me dirijo a la orilla del lago. Hace una mañana nublada, el agua esta tenuemente grisácea, pero despejará. Aun así hace un poco de frio, miro mi reloj, y en él pone que nada más son las 8:00 en punto, observo a mí alrededor. No hay nadie despierto, salvo un vecino que como yo, mira al lago y al cielo idiotamente como si nunca hubiera visto un amanecer gris. El individuo me saluda, y yo lo hago también, pero rápidamente me volteo ya que no quiero entablar alguna conversación.
Al rato después enciendo una fogata, y pongo una tetera para preparar té. Y eso es como si fuera un elixir, como poner a una persona borracha y odiosa en un lugar repleto de zombis hambrientos. Así me siento al ver que todos aparecen en ese momento, seguramente esperaban al primer idiota despierto para hacer el desayuno. Y aquel idiota era claramente yo, como aquel vecino fugaz, el cual se encontraba en la misma situación.
Luego de desayunar, la mañana pasa más o menos regular, el cielo ha despejado por completo y hace unas dos horas que hace un calor de infierno, típico en las famosas tardes de enero.
Eran como las dos de la tarde y me encontraba a las orillas del lago hablando con Troya, mientras hacíamos un atado de leña para el fuego.
Estábamos riendo cuando me llega el sonido de una voz melódica, la conozco, sí que la conozco. Con Troya nos volteamos y vemos que dos de las chicas discuten, rápido nos acercamos para ver qué sucede.
-ya... ¿y eso que tiene que ver?- escucho que Anna le dice a Victoria.
La rubia de las piernas largas, la cual estaba de brazos cruzados y cara de enojo, mira a Anna (la cual es unos cuantos centímetros más baja), de pies a cabeza, luego añade.
-qué yo me vengo a divertir, no a estar como una esclava cocinando.
Anna, la cual llevaba puesto un traje de baño el cual consistía en un mini short y una especie de polera a juego, se pasa las manos por la cara y la mira. Sé que está molesta.
-mira, se supone que todos aquí estamos para divertirnos, pero no por eso no nos vas a ayudar. Todos hemos hecho algo. Porque exactamente tú reclamas, nadie más lo ha hecho. Solo te pedí que pelaras unas papas y nada más. No veo cual es el problema de eso, ¿o es que tienes las manos crespas, o temes echar a perder tu manicure?
Victoria voltea los ojos y tuerce la boca, molesta.
-Mira Annia, si tú vas a cocinar, a ya tú. Pero yo no lo hare, solo porque me ordenas que lo tengo que hacer.
-en primer lugar me llamo Anna, y en segundo no te estoy ordenando nada, solo te lo pedí. Pero parece que no sabes diferenciar las cosas.
Helena quien está escuchando atenta al igual que Troya y yo, se entromete y opina.
-victoria, porque no dejas de molestar y te pones a hacer algo, solo estás haciendo show.
Victoria abre mucho los ojos y la boca, luego se enfada más.
-se supone que deberías estar de mi lado, en cambio te vas con esta que apenas conoces. Valla amiga.
Anna voltea los ojos, Helena entonces le dice a su amiga.
-mira no mescles cosas, lo único que te dije fue que dejes de reclamar, y te pongas a hacer algo.
-no, no voy a hacer nada, y si quieres que haya comida para la hora de almuerzo, para eso está la chacha.
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Anna, yo te amo
RomanceNada de lo que pudiera hoy narrar es una excusa a lo sucedido a lo largo de los años desde el día en que la conocí... Aquella fría mañana de abril marcó el inicio de una buena amistad la cual fue protagonista de los mejores años de mi adolescencia...