Parte 12

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Han pasado dos semanas y ya me encuentro totalmente sano...

Este último tiempo he estado discutiendo continuamente con Jennifer, ya no nos entendemos.

Ambos estamos insoportables, prefiero no hacerle caso.

Un día miércoles me encontraba tomando apuntes rápidamente de algo que decía el profesor, cuando me vibra el celular.

Es un mensaje de Troya. Sin embargo lo ignoro por el momento.

Leo el mensaje a eso de las tres de la tarde.

"hermano, supiste lo que paso.

La Anna tuvo un accidente, está en el hospital de viña... la tiene cruda."

Leer aquel mensaje casi me provoca perder el equilibrio.

Sin analizarlo por un momento, no me doy cuenta cuando estoy saliendo de los estacionamientos de la U. para dirigirme al Hospital en el que esta Anna, ¿pero qué le ocurrió? ¿Un accidente? ¿Qué clase de accidente?

Maldigo a la maldita cruz verde y a los putos transeúntes.

No me demoro más de media hora en llegar al hospital.

Una vez ahí me encuentro con Troya y Tomas.

-¿Qué paso?-pregunto preocupado.

-no se hermano, Tomas estaba con ella.

-¿Qué paso?-me dirijo al Tomas.

-le calló aceite caliente en una mano, accidente laboral. Es el mismo aceite en que se fríen las papas fritas. Estaba ella frente a las freidoras, sacando el aceite usado, cuando se le resbalo y le cayó en la mano.

-como mierda paso eso.

-no lo sé, no estaba ahí.

Maldigo por lo bajo.

Esperamos un tiempo, luego aparece Anna con la mano vendada.

Al verla no puedo evitar abrazarla fuertemente.

-¿Cómo estás?, me tenías preocupado, como te quemaste con el aceite de las papas Anna, se supone que tu atiendes a los clientes. ¿Qué tenías que hacer ahí metida?

Anna no me contestaba, solo miraba hacia su novio, el cual se acerca a ella y la abraza arrebatándomela.

-ves amor, eres muy torpe, tienes que tener más cuidado para la próxima, nos tenías preocupados.

-¿y es muy grave?-pregunta Troya.

-no, pero me quedara una marca o algo asi...

-ya bebe, vamos se hace tarde.

-yo los puedo llevar, esta mi auto afuera.-les digo.

Tomas me mira sonriente y tomándole la mano sana a mi amiga, me dice que no es necesario, luego al darse la vuelta desaparecen asi como asi, sin siquiera despedirse.

-qué raro.-me dice Troya acercándose a mí.

Aún estábamos en la sala de esperas del hospital.

-¿qué cosa?-le pregunto.

-como se le cae el aceite en la mano, si se supone que la estaba sacando para tirarla. No sería más lógico que se le hubiera caído en los pies, o en ambas manos y no simplemente en una, además si se supone que Tomas no estaba ahí cuando sucedió el accidente, ¿Cómo es que pudo describir cómo es que se le derramo el aceite encima?, además ¿Qué hacía Anna sacando aquello sin guantes especiales o algún tipo de protección?

Lo miro en silencio, analizo el punto de vista, y me doy cuenta que tiene razón, sin embargo pudieron haberle contado a Tomas lo sucedido... ¿pero en qué momento?

-creo que lees demasiado a Sherlock Holmes.

-bueno, no es mi problema si a ti te la venden.

-olvídalo, vamos, mejor te llevo a tu casa.

-ya.

Dos días han pasado desde aquel accidente tan extraño y pasajero, y no sé porque lo que dijo Troya aún me ronda por la cabeza.

En verdad tiene razón, ¿cómo lo supo?

"hola Anna, ¿cómo sigues de tu mano?"

"mejor, aunque aún me duele"

"y ahora me vas a decir que sucedió con el aceite"

"no quiero recordarlo..."

"oye, te dejo, estoy algo ocupada"

"hablamos luego"

"saludos"

Que conversación más cortante...

Me encontraba saliendo del cine con Jennifer, eran las siete de la tarde y la noche ya caía.

Mi novia traía un aura distante y silencioso.

En el momento en que entramos al auto, cuando estaba colocando las llaves, esta me toca la mano y me dice "tenemos que hablar" asiento y entonces esta comienza un discurso.

-Fathy, ¿tú me amas?-me pregunta de una vez.

Aquello me deja sin palabras, que se supone que debo contestar ante aquello. Un "si, te amo", no. No lo siento para decirlo, no podría mentir con un te amo, con eso no. Aunque el mundo entero lo hace, me gusta ser la mínima diferencia, aquella que no jura falso amor.

-...no Jennifer, no te amo.

Ella desvía la mirada, observa los demás autos, luego me mira.

-no pienses que te atacare, en cierto modo ya lo sabía... solo que en este último tiempo ha sido más notorio.

-lo siento, en verdad.

-ya...

-Jennifer, tu eres una mujer muy dulce, muy hermosa, sin embargo no puedo amarte, te quiero, pero no te amo.

-¿Por qué?

-es la misma pregunta que me hago, ¿por qué? Siento decepcionarte Jennifer, en verdad. Pero ya no puedo seguir con esta farsa, con este engaño, y sé que los dos sabemos que es mejor terminar esto, porque sé que a la larga te are más daño del que te estoy haciendo ahora.

-sentiste algo por mí al menos.

-no...

-¿hay otra mujer?

-si...

-me engañaste con ella...

-solo una vez estando contigo.

Las incesantes lágrimas de Jennifer no dejan de correr por sus mejillas, verla me hace sentir mal, sin embargo siento que me libero con esta ruptura, ya que no soy quien para seguir lastimándola de este modo.

Lo último que hace Jennifer es asentir, luego con un esfuerzo de sonrisa sale del auto y se aleja por el frio estacionamiento.

Enciendo el motor del auto y la alcanzo.

Lo último que le pido es que me permita llevarla a su casa, esta lo permite, y Luego de despedirnos, termino el capítulo con ella, como un buen recuerdo...

Anna, yo te amoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora