Unos días después que me entere que Anna estaba embarazada, comencé a comprar unas pastillas para el embarazo.
Tras la primera ecografía, nos entregan una foto de nuestro pequeño bebe, Anna la guarda muy feliz yo igual.
Aun nadie sabe la noticia, ya que pensamos la manera de confesar todo esto.
¿Qué dirá Troya cuando se entere?, trato de no pensar demasiado aquello, no me quiero estresar.
En este último tiempo todo ha sido felicidad entre los dos.
Fue un día en el que hacia unas compras en el centro, cuando veo una tienda de bebe. Sin poder evitarlo mis pies me arrastraron al interior.
En él compre un trajecito amarillo unisex, el cual traía un gorrito y unos zapatitos.
A la vendedora le pedí que me lo envolviera en un papel de regalo.
Al llegar ese día a la casa, Anna se encontraba comiendo una manzana con sal cuando le entregue la bolsita.
Esta al abrir el regalo se emocionó profundamente al ver el adorable conjunto, la primera ropita de nuestro futuro hijo.
Su emoción fue tal, que se puso a llorar.
Se supone que esa no debía ser su reacción, la miro y luego reímos ya que me dice que son las dichosas hormonas.
Un sábado en la mañana, cuando llegaba a la cocina, al sentir el olor del cilantro me dieron unas ganas tremendas de vomitar, fue tanto que lo tire al basurero, sin embargo el olor aún seguía en el ambiente.
Mientras abría las ventanas, llega Anna, la cual se tapa la nariz y me pregunta que es ese olor tan horrible.
Le digo que se trata del cilantro, y ambos hacemos una cara de asco.
Desde ese día, el cilantro quedo completamente vetado de mi casa.
Días después, una mañana en la que dormía abrazado a Anna, la siento levantarse rápidamente, me despierto sobresaltado ya que se quejaba de dolor.
Rápido la lleve al hospital, en donde nos dijeron que debía tener más cuidado, ya que aquello eran síntomas de pérdida.
Al oír eso me asuste demasiado y me puse extremadamente cuidadoso con Anna.
Tanto asi, que me cambie de habitación.
En un principio ella reclamo, sin embargo luego de entender mi postura aceptó.
Una tarde de sábado, en la que veíamos una película en el living, ella me dijo emocionada.
-Fathy, toca aquí, creo que se movió.
Pongo mi mano en su pancita sin esperanzas, hasta que en verdad siento algo que se mueve ahí dentro.
Sonrío y me derrito completamente ante esta escena.
Luego comienzo a hablarle a mi bebe.
-¿cómo se llamara?-le pregunto.
-por el momento, es mi pequeño Fathy.
-¿y si es niña?
-la pequeña luna.
-¿Por qué Luna?
-porque la luna es la única testigo de lo nuestro.
Sonrío.-tienes razón.
Tan poco tiempo ha pasado y ya lo quiero con toda mi alma.
Finalmente cuando nos decidimos a contarles todo a nuestros familiares y amigos cercanos, organizamos una junta en mi casa.
Estaba invitada hasta la mamá de Anna.
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Anna, yo te amo
RomanceNada de lo que pudiera hoy narrar es una excusa a lo sucedido a lo largo de los años desde el día en que la conocí... Aquella fría mañana de abril marcó el inicio de una buena amistad la cual fue protagonista de los mejores años de mi adolescencia...